En la historia latinoamericana hay muchos presidentes que se han destacado por mantener una política de sumisión a los intereses norteamericanos, aunque casi siempre lo han hecho en secreto y sin hacer manifestación de ese entreguismo.
Sin embargo, varios ex presidentes latinoamericanos, y un español, han publicado en un diario norteamericano una carta al presidente electo norteamericano, Barack Obama, donde no sólo refrendan su sumisión a los designos de Washington,sino que además reclaman ayuda para terminar con los gobiernos "populistas" de la región.
Vale la pena comenzar primero con los nombres de los firmantes de la nota publicada por Wall Street Journal de Estados Unidos el pasado 12 de diciembre. En primer lugar, el ex presidente del gobierno español, José María Aznar, seguido por el dos veces ex presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, el mexicano Vicente Fox, el ex presidente de Colombia, Andrés Pastrana y el ex presidente de El Salvador, Francisco Flores.
En la nota destinada al presidente electo le advierten que "Vivimos en un mundo peligroso. El fallecimiento del comunismo era un paso adelante en la causa de la libertad. Pero la historia ha vuelto. Los viejos enemigos de sociedades libres y abiertas plantean nuevos desafíos al mundo. El terrorismo continúa planteando una amenaza a la civilización y a la paz. El islamismo es un modelo y un yugo para millones de personas. La utopía regresiva se está separando en muchos países latinoamericanos a través de una onda del populismo. El nacionalismo y el fanatismo religioso continúan alimentando conflictos y la inestabilidad. Los enemigos de la libertad que comparten visiones antioccidentales ahora están formando nuevas alianzas". Claramente, ubican al islamismo como enemigo, coincidiendo con la extrema derecha norteamericana y pro israelí.
Coincidiendo con esos mismos preceptos los ex mandatarios y activos políticamente en la región, también plantean, al igual que el Departamento de Defensa norteamericano, que el nuevo peligro en la región son los gobiernos "populistas".
"Los derechos y las libertades están disminuyendo progresivamente dentro de algunos países latinoamericanos, mientras que se están poniendo en ejecución duras políticas exteriores como medio de aumentar influencia y de debilitar al enemigo común: el oeste. Los latinoamericanos deben continuar trabajando con sus socios y amigos americanos para asegurar la protección de la democracia y de otras instituciones civiles. Debemos promover una transición a la democracia en Cuba y dirigir nuestros esfuerzos para evitar el resurgimiento de regímenes autoritarios".
Llegan al extremo de definar a los estadounidenses como "americanos" extrayéndose ellos mismo del continente y aunque no identifican a los regímenes autoritarios, es evidente que apuntan contra Cuba en primer lugar, Venezuela y Bolivia por ser gobiernos que apuestan a un proceso transformador alejado de las prácticas tradicionales.
"La tradición de libertad abrazada por EE.UU. es acorde con las tradiciones hispanas y su cultura. La coexistencia pacífica de las tradiciones americanas e hispanas refuerza la idea de que América Latina es parte del mundo occidental. América Latina necesita ayuda contra las amenazas que actualmente enfrenta. Es esencial que América latina pueda contar con la ayuda de los Estados Unidos si es para promover y consolidar valores y principios comunes".
Otra vez, los ex presidentes se someten al imperio y reclaman "ayuda" para enfrentar a los gobiernos populistas que consideran enemigos, y usando el viejo lenguaje de la guerra fría, reclaman mantener el continente en el mundo occidental.
La sóla catadura moral y política de los firmantes debería ser motivo suficiente para echar sus reclamos a la basura.
Sin embargo, el hecho de que estos políticos retrógrados se muestren a la luz pública tan sumisos, debería convocarnos para abrir una alerta sobre los proyectos de la derecha latinoamericana en el futuro. La solicitud de ayuda pública a Estados Unidos revela la desconfianza de que puedan volver a conquistar los espacios políticos que monopolizaron durantes décadas, y que están dispuestos a buscar mediante cualquier método frenar la marcha iniciada por los pueblos latinoamericanos buscando la segunda independencia.
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