inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 05-Dic-2008

Esperando el cambio

 
Cándido. Cuando el mundo está inmerso en la crisis más grave de su historia -que se identifica mejor con el calificativo de "multicrisis"- de la que nadie es capaz de avizorar una salida racional, cualquier pronóstico de futuro, resulta imprudente. Pero, no obstante, hay señales, que más allá de la retórica, permiten barruntar el sentido de la marcha de los acontecimientos. Esto vale para las expectativas suscitadas por el acceso de Obama a la presidencia de los Estados Unidos, que estuvo precedido por la promesa del "cambio".
Cambio que debería encararse en dos escenarios, interno y externo, a cual más catastrófico, que son parte de un todo. En el primero, la otrora superpotencia, se encuentra en niveles tercermundistas cuya imagen más dramática son los millones de habitantes que han caído en una situación de pobreza extrema. Es explicable que la prioridad de la nueva Administración, sea la de procurar, sin que nada asegure que pueda lograrlo, corregir, aunque sea gradualmente pero desde ya, una situación que puede volverse socialmente explosiva. No hay que olvidar que los millones de jóvenes que, con inusual entusiamo, votaron por Obama, expresaron un ferviente rechazo, no sólo por la corrupta e incompetente Administración Bush, sino a un sistema, y la esperanza del cambio.


En el plano "externo" las expectativas fueron más cautelosas. Hubo palabras ambiguas, sobre un restablecimiento de nuevas formas y contenido de las relaciones internacionales, violadas con el más absoluto desprecio por los principios cínicamente enarbolados como "justificación" de sus tropelías. La "democracia", los "derechos humanos", el "terrorismo", bla bla bla.. Para cualquier analista objetivo, uno de los puntos neurálgicos del escenario mundial, es la situación del Cercano Oriente y especificamente la ocupación de Palestina por las fuerzas de Israel. En el mantenimento de una situación que retrotrajo a la Humanidad a los tiempos del nazismo y el régimen del apartheid en Suráfrica, la responsabilidad principal le corresponde a Estados Unidos, desde antes de Bush, y una "comunidad internacional" -Unión Europea-. que actuó, una vez más, como furgón de cola del imperio. La designación del nuevo equipo de Obama, con Hillary Clinton responsable de "exteriores" no permite abrigar esperanzas, de un verdadero cambio.



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