Ricardo Daher. Desde la asunción del presidente George Bush el mundo ha sufrido un triple shock: el cambio radical de la política exterior de Estados Unidos con el abandono de la colaboración internacional y la decisión de ignorar las resoluciones y mecanismos de la ONU, los atentados a las Torres Gemelas, la desproporcionada reacción de Bush y la guerra a Irak, y en tercer lugar, la crisis financiera de estas últimas semanas, sostuvo el ex embajador de Suecia en la ONU, Pierre Schori.
Pierre Schori, ex embajador de Suecia en Naciones Unidas y ex ministro socialdemócrata, presentó la pasada semana en Suecia, y esta semana en Madrid la versión en español, de su libro "Los años de la semilla del mal".
En su obra, el ex diplomático sueco y actual director general de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior (FRIDE) con sede en Madrid, relata en su obra los entretelones de las presiones de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para obtener respaldo a la invasión a Irak, y la transformación de su política de relaciones internacionales tras la asunción de George Bush a la presidencia.
En un encuentro celebrado en Malmö, Pierre Schori recordó que con el cambio del milenio existía en Naciones Unidas un ambiente de optimismo y la convicción de que era el tiempo de discutir y promover iniciativas para contrarrestar los efectos negativos de la globalización.
Recordó que el entonces Secretario General de la ONU, Kofi Annan, impulsó el programa de las Metas del Milenio con el objetivo de reducir a la mitad el número de personas en situación de pobreza para el 2015.
También señaló el poder de Estados Unidos en la época y el papel que jugaban otras potencias que hoy son de primer orden en el mundo. Para ilustrar esa situación mencionó una anécdota en una recepción organizada por la entonces primera dama, Hillary Clinton. Según recuerda Schori, acompañó al entonces primer ministro sueco Göran Persson a la recepción y en la entrada, para saludar a los anfitriones, ingresan en una cola. En determinado momento Persson le consulta quien era el personaje que estaba detrás de ellos, resultó ser Vladimir Putin, el presidente de Rusia, esperando su turno como una potencia de segunda. Ahora, el presidente de Rusia no haría cola, concluyó.
Ese optimismo de inicios del 2000, cambió radicalmente con los atentados a las Torres Gemelas de Nueva York y la "reacción desproporcionada" del presidente Bush, comentó el diplomático sueco. Desde el 11 de septiembre, una frase de Bush congeló todas las buenas intenciones, "la guerra contra el terrorismo". Bush impuso la agenda internacional. "El mundo se convirtió en rehén de Bin Laden y de la desproporcionada reacción de Bush", comentó.
Triple shock
Desde la asunción de Bush, subrayó Pierre Schori, el mundo sufrió un triple shock: el cambio radical de la política exterior, dejando de lado la colaboración internacional e ignorando las organizaciones internacionales, los atentados a las Torres Gemelas y la guerra a Irak, y el tercer shock, la crisis financiera desatada recientemente.
Recordó que a fines de 2002 y principios de 2003, el presidente Bush quería lograr a toda costa una resolución de la ONU que lo autorizara a atacar a Irak. Al no lograr en la ONU consenso para atacar, Bush ignoró al Consejo de Seguridad y lanzó la guerra por su cuenta.
En su libro, explicó, relata las presiones de Estados Unidos, el espionaje a delegaciones a otros países, el descubrimiento de micrófonos en el despacho de Kofi Annan entre otras acciones.
Sin embargo, Schori insistió en que ninguno objetivos propuestos por el presidente norteamericano han sido logrados. "El mundo es más inseguro", subrayó, y en Irak la situación es más complicada de lo que parece. Dijo que si bien oficialmente Estados Unidos tiene 150.000 soldados en Irak, hay otro ejército de 110.000 mercenarios actuando en el país. "Un cuarto de millón de soldados para ocupar Irak y sin lograr un sólo objetivo", dijo el ex diplomático sueco.
En el 2002, recordó, el presidente Bush anunció que los talibanes estaban derrotados, pero hoy están más fuertes que nunca. En mayo del 2003, Bush anunció que había ganado la guerra, y todavía no se le ve salida al conflicto, sostuvo.
Crisis financiera
Como consecuencia de los 8 años de gobierno de Bush, de libre mercado donde las empresas podían actuar sin controles, el mundo enfrenta ahora una crisis financiera que ningún experto se atreve a predecir su final ni cual será la situación en el mundo en corto plazo.
Carlos Marx sacudiría su cabeza como diciendo ya se los advertí, comentó.
Criticó las posiciones neoliberales y destacó que ahora son los Estados los que deben intervenir para resolver la situación. Ha habido un terremoto ideológico, dijo. Bush ha nacionalizado más que Putin, y a Islandia la ha tenido que ayudar Rusia. Los expertos económicos no saben que va a pasar exclamó. "Esto es consecuencia de los ocho años de política económica neoliberal de Bush". E insistió en la necesidad de establecer nuevas normas en las relaciones internacionales.
Pierre Schori considera que con la administración Bush se llega al fin de una época, en la que Estados Unidos impone la agenda internacional.
El diplomático sueco señaló que Bush ha querido exportar, con ballonetas o dólares, su modelo de democracia en el mundo, y ha fracasado estrepitosamente. Junto con el derrumbe de la imagen de Estados Unidos, aseguró, caen también o se despretigian sus prácticas, y citó como ejemplo, el papel de los organismos financieros internacionales, el Banco Mundial y Fondo Monetario Internacional de condicionar sus préstamos al Tercer Mundo.
Schori contó una anécdota para ilustrar los extremos de los condicionamientos del Banco Mundial y el FMI. Recordó que en los 70 visitó junto al entonces primer ministro de Suecia, Olof Palme al presidente Nyerere de Tanzania, en el hotel donde se alojaban le entregaban apenas medio jabón de mano, obligados por la política de recorte fiscal que le imponía los organismos internacionales.
También insistió en la necesidad de reformar las instituciones financieras como el FMI.
Con la crisis internacional es más evidente la necesidad de una reforma integral, dijo, y destacó las iniciativas del primer ministro británico Gordon Brown de convocar a una nueva cumbre Bretton Wood (la conferencia financiera en la localidad de ese nombre en Estados Unidos y que creó el Banco Mundial y el FMI y estableció el patrón dólar de julio de 1944) para reformar la economía. Según la propuesta de Brown, apoyada por Schori, es necesario establecer controles a la economía del mundo, incluyendo a la de Estados Unidos.
Pero además, el ex diplomático sueco sostuvo la conveniencia de reflotar una propuesta del ex primer ministro sueco, Ingmar Carlsson de 1995, de establecer una especie de Consejo de Seguridad Económico.
En esta nueva situación los políticos están tomando la iniciativa frente a los economistas que han fracasado como demuestra la crisis financiera.
Imagen de EE.UU. muy deteriorada
Schori sostuvo que la imagen de Estados Unidos está muy deteriorada, y como símbolo de esta situación, destacó una reciente foto de la reunión del presidente francés, Nicolas Sarkozy, el presidente del Consejo de la Unión Europea, José Manuel Barroso, y del presidente norteamericano George Bush. En la foto se observa a Sarkozy hablando con gestos, en la tarima de Camp David con el símbolo de la presidencia de Estados Unidos, a Barroso a su lado, y un poco retirado, mirando como sin entender, al presidente Bush.
Junto con el declive de Estados Unidos, el llamado "dominio occidental" se debilita, exclamó Schori y destacó que comienzan a surgir otros polos en Asia con China e India, Rusia en Europa, Unasur en Sudamérica.
En ese sentido destacó el proceso de integración en Sudamérica, un proceso que se realiza sin la participación de Estados Unidos. Recordó que cuando la crisis entre Colombia y Ecuador en marzo pasado, la solución surgió de una cumbre de países sudamericanos sin la participación de Estados Unidos. También destacó la iniciativa del Banco del Sur para conceder préstamos a los países de la región sin las condiciones que impone el FMI, la propuesta de crear un mecanismo de defensa regional sin la participación de Estados Unidos.
Europa debe plantear su agenda a los candidatos norteamericanos a la presidencia
El ex diplomático sueco recordó que Olof Palme insistía en los 60 que se debía pensar en la situación posterior a la guerra de Vietnam, y es conveniente pensar ahora en el mundo después de la guerra de Irak.
Europa necesita tomar la iniciativa a hacer escuchar su voz sobre como deberían ser las relaciones internacionales en el futuro. Sin embargo, lamentó, todos están esperando el resultado de las elecciones en Estados Unidos.
Schori dijo que si bien el resto del mundo no vota, si es afectado por la política norteamericano, por lo que debe usar la libertad de expresión para hacer oir su voz en el diseño de la política exterior norteamericana y en la definición de las relaciones internacionales.
A su juicio, se debe discutir al menos cinco grandes temas, y Europa debe presentarle a Estados Unidos sus puntos de vista de manera conjunta. Entre esos temas destacó una política de desarme en el mundo y de no desarrollo de armas nucleares, el papel de China como potencia, la guerra de Irak y la situación en Medio Oriente, el conflicto en Afganistán, y la necesidad de aceptar y trabajar en una política internacional que acepte el multilateralismo, reforzando y modernizando las Naciones Unidas, y aceptando el papel de nuevos bloques de países emergentes.
Cuestionó que Europa no critique a Estados Unidos cuando hay hechos evidentes de delitos, como las torturas, el ataque e invasión a Irak, y reclamó de los líderes europeos una política internacional transparente, más europea y global, y menos trasatlántica, es decir menos vinculada a Estados Unidos exclusivamente.
Recordó que hace unos meses se llevó a cabo en Estocolmo un encuentro internacional sobre Irak, en el que participó la Secretaria de Estado Condoleezza Rice. En el encuentro, criticó, ningún gobierno le preguntó a Rice hasta cuando pensaban quedarse en Irak, si iban a instalar bases permanentes, sólo se limitaron a recolectar más dinero para Irak. Destacó que en Irak no se construyen escuelas mientras las tropas de ocupación siguen bombardeando a la población civil.
También llamó la atención sobre las negociaciones que llevan a cabo Estados Unidos y el gobierno de Irak para la permanencia de las tropas de ocupación al cumplirse en diciembre el mandato de la ONU. El presidente Bush, ya en 1998, denunció el ex diplomático sueco, declaró que había que sacar a Sadam Hussein de Irak y establecer allí bases militares permanentes de Estados Unidos para "defender" el abastecimiento de petróleo a occidente.
Schori se definió partidario de que Barack Obama resulte vencedor en las elecciones norteamericanas. Explicó que si se analiza los asesores de cada candidato, queda claro que John Mc Cain mantendrá la misma posición que el actual gobierno de George Bush, mientras que Obama tiene asesores que hacen prever un cambio. Sin emabrgo criticó la posición de Obama sobre Afganistán. El candidato demócrata es partidario de un retiro ordenado de tropas de Irak, pero al mismo tiempo de incentivar la acción militar en Afganistán.
Schori considera que no hay una solución militar en Afganistán y que cualquier solución al conflicto debe incluir una negociación que incluya al movimiento talibán.
Efectos en Suecia
Schori destacó que la política internacional de Bush ha tenido efectos negativos en Suecia. Recordó que Suecia está en guerra al mantener tropas en Afganistán. Unas tropas que no tienen muy claro sus objetivos en ese país, y que cada día están más cerca de entrar en combate denunció. Una segunda consecuencia es la llegada a Suecia de miles de refugiados de Afganistán e Irak. La comuna de Södertälje recibe más refugiados que Estados Unidos y Canadá juntos, ilustró.
De paso el ex ministro socialdemócrata criticó la política del actual gobierno conservador de enviar a Irak a los refugiados a los que niega el derecho de asilo argumentando que no hay un conflicto armado en ese país.
El ex dirigente de la Socialdemocracia sueca cuestionó la política exterior del actual gobierno conservador sueco y defendió la necesidad de que el país tenga una agenda indepediente en política exterior, y que intente incidir en la definición de las posturas comunes de la Unión Europea.
Insistió en la necesidad de influir en la campaña electoral norteamericana planteando exigencias a los candidatos. Entre los temas en que Suecia y otros países deben exigir definiciones al nuevo gobierno norteamericano, están el respeto a las Naciones Unidas, respeto a los derechos humanos, que exista un compromiso de poner fin a las torturas, que se cierre la cárcel de Guantánamo y se les otorgue un juicio civil justo a los prisioneros, "y que por fin les devuelva al pueblo cubano la base militar que ocupa en Guantánamo".
Una nueva política exterior socialdemócrata
El ex embajador de Suecia en la ONU, aunque reivindicó su identidad socialdemócrata, cuestionó la dirección del partido al considerar que están guardando silencio ante los problemas importantes.
Criticó al anterior primer ministro socialdemócrata, Göran Persson, que modificó la política exterior sueca. Dijo que ni Cancillería ni el Partido Socialdemócrata tuvieron injerencia en esa definición, y denunció que las decisiones y lineamientos exteriores lo definía Persson en su domicilio. En su libro también critica a Persson por la posición adoptada durante la crisis previo al ataque de Estados Unidos a Irak y por la decisión de estampar como secreto el informe final que envió sobre su actuación como embajador sueco en la ONU. El informe de Schori fue clasificado por el Ministerio de RR.EE. bajo la dirección de Laila Freidvald como secreto porque su difusión, se argumento que podía dañar las relaciones con "una potencia extranjera".
El canal 4 logró tras una instancia judicial obtener el informe de Cancillería, pero le fue entregado con 8 páginas en blanco.
Schori aclaró que en su informe decía que sería bueno para el mundo un cambio de gobierno en Estados Unidos. Ahora el mismo se puede leer completo en el libro "Los años de la semilla del mal".
Por otra parte, Schori sostuvo que el Partido Socialdemócrata debe tener una clara definición sobre el respeto a los derechos del pueblo iraquí y exigir el retiro de tropas extranjeras. Al mismo tiempo, un posible nuevo gobierno socialdemócrata debe establecer una moratoria en el envío de refugiados iraquíes y afganos a sus países -decisión del actual gobierno al considerar que en esos países no hay guerra- hasta tanto no se aclare definitivamente la situación de esos países.
La socialdemocracia debe establecer también una nueva estrategia para Afganistán. Recordó que el parlamento aprobó el envio de tropas suecas a esa país, bajo el paraguas de Naciones Unidas, pero para asistir a la reconstrucción. Sin embargo ante el deterioro de la situación están cada vez más cerca de entrar en combate. El gobierno actual, denunció Schori, quiere enviar más tropas y no se sabe a que van. Un gobierno socialdemócrata debe suspender el envío de tropas y definir la misión de la que ya están en ese país.
Reveló que el costo de la misión militar sueca en Afganistán es el doble de la ayuda para la reconstrucción enviada a ese país.
Otro aspecto a priorizar por la socialdemocracia debe ser el fortalecimiento de Naciones Unidas y no aceptar que otras instancias asuman su papel, por ejemplo, la OTAN.
Asimismo, Schori reclamó que su partido defina la necesidad de trabajar por la paz en Medio Oriente y considerar a Hamas como una de las partes de la negociación. Recordó que Hamas recibió un fuerte respaldo electoral y condenó la decisión europea de considerala como una organización terrorista.
También se pronunció por el diálogo con Cuba, y rechazó las sanciones europeas a la isla, al tiempo que defendió la actual política española hacia La Habana.
Otro de los aspectos abordados fue la definición de una política activa de desarme y sostuvo que había que rescatar el informe de la Comisión Blix al respecto. Condenó el escudo antimisiles que Estados Unidos comienza a instalar en República Checa y Polonia.
Finalmente, Schori sostuvo que un futuro gobierno socialdemócrata debe trabajar por el multilarismo y buscar acuerdos con los grupos emergentes en Asia, Africa y Sudamérica.
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