Simón. Está claro que los trabajadores y los empresarios tienen una medida diferente para establecer una crisis.
Para un trabajador, la crisis tiene elementos como el desempleo, la baja de salarios o del poder adquisitivo, el aumento del costo de vida, de la vivienda, la salud, etc. Para un empresario, la crisis no está relacionada con pérdidas, sino con el incumplimiento de los objetivos de ganancia.
Para ser más explícito basta un ejemplo. El portal de Internet Yahoo anunció este martes que en el primer trimestre del año logró beneficios netos por 54,34 millones de dólares. Es decir que ganó dinero. Sin embargo, la empresa sostuvo que la ganancia fue un 64% inferior a la obtenida en el mismo período del año anterior, por lo que reducirá su plantilla y despedirá a 1.400 empleados.
Mientras los dueños de la empresa se lamentan por no haber ganado demasiado, y consideran que están en crisis, 1.400 trabajadores deberán pagar para que esos directivos sigan manteniendo sus altas ganancias.
Mientras tanto, y siguiendo esa lógica de que lo importante son las ganancias, las Bolsas de Valores en todo el mundo, siguen cayendo ya no por temor a la crisis financiera, sino por la certeza de que la economía mundial está entrando en recesión.
El presidente del Banco Central de Canadá, declaró categórico que Estados Unidos ya está en recesión.
De las 49 compañías estadounidenses que anunciaron sus previsiones de resultados entre el lunes por la noche y el martes, 45% fueron negativos, 30% conformes a las expectativas, 21% moderados y solamente 3% positivos, según la página web de informaciones financieras Briefing.com.
Cabe recordar que cuando se dice "negativo" no quiere decir pérdida, sino que no se cumple con las metas de crecimiento propuesto, y ello afecta al valor de las acciones de la empresa, ya que su cotización en la Bolsa está relacionada no sólo con el valor real de la empresa, sino también con las expectativas de crecimiento y de ganancias.
Así, las ganancias por debajo de los previsto, va a provocar un aumento del desempleo, ya que las empresas recortarán gastos y siempre empiezan por reducir su plantilla, y por consiguiente un menor consumo, lo que a su vez retraerá los mercados, bajarán las exportaciones y los estados recaudarán menos, por lo que también recortarán sus gastos sociales fundamentalmente.
Mientras sigamos en un sistema capitalista, donde el objetivo es el lucro y la ganancia, siempre serán los trabajadores los más afectados. La única manera de evitar esas situaciones, cada vez más graves, es un cambio de sistema donde el objetivo sea la solidaridad, la justicia social, y la participación ciudadana.
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