Por Juan Cameron
Entre el 3 y el 7 de septiembre en curso se llevó a cabo, en San José de Mayo, capital del departamento de San José, en Uruguay, una importante feria cultural destinada a la promoción de la lectura y el libro, cuyo objetivo principal estuvo enfocado a la literatura infantil.
Desde tempranas horas las delegaciones escolares, guiadas por maestras y compuestas por ordenados estudiantes de guardapolvo y moño, llenaban las dependencias del Club San José, frente a la Plaza 33 Orientales de la capital departamental.
La ciudad observó un intenso movimiento durante los cinco días que duró el encuentro. A los viejos carros y rastrojeras que ya son tradición en San José de Mayo, se suman los cientos de motocicletas que circulan por sus calles desde la mañana, muchas de ellas conducidas por madres que llevan a sus hijos a clases. No fue impedimento el intenso frío y la llovizna -hubo días con máximas de 7 grados- que se dejó caer sobre toda la llanura aledaña al Río de la Plata.
En el largo trayecto desde el Aeropuerto de Carrasco, atravesando Montevideo, pocas son las variaciones geográficas que se observan durante los un poco más de cien kilómetros de recorrido. En Uruguay los kilómetros parecen más largos que en otros lugares del continente. Apenas una circulación normal de vehículos, un incendio de pastizales al horizonte y la siniestra imagen del Penal de Libertad a la izquierda del camino interrumpen la visión.
El intenso programa responde al esfuerzo e iniciativa de María Celeste Verges, Asesora de Educación de la Intendencia de San José de Mayo, quien cuenta con el apoyo de una treintena de funcionarios municipales, la mayor parte mujeres, y la colaboración de las maestras del área. En diversas áreas resultó fundamental el trabajo de Graciela Busto, encargada de Prensa y Relaciones Públicas, y del artista plástico Juan Carlos Barretto, director de Cultura. En tanto, en el acto inaugural, el miércoles 3 de septiembre, intervienen el Intendente Juan Chiruchi, Celeste Verges y el poeta chileno Jaime Quezada.
El espíritu libertario y luchador del pueblo charrúa se hace evidente a la hora de definir posiciones. Una suerte de lema que parece gestado en una vieja escuela de preceptores se instala a pesar de la infame dictadura que sufriera el país sudamericano.
A pesar del enfoque hacia la niñez, la programación es nutrida. El poeta Washington Benavides presenta sus versiones de 23 poemas de Mário Sá.Carneiro en el Espacio Cultural San José, ubicado a un costado de la amplia Plaza 33 Orientales, en la vereda opuesta a la iglesia catedral. En medio, los árboles podados alzan sus blancos dedos hacia el cielo, quien sabe si en rogativa o en una extraño gesto sarcástico. La feria sucede también en tres carpas -de la Palabra, del Arte y de las Manos- levantadas en los espacios peatonales. La idea ha sido cubrir la mayor cantidad de expresiones artísticas. Al mismo tiempo ocurren actos en la Feria Librera, en el Club San José, en el Club Fraternidad y en el Instituto Histórico-Cultural y Museo de Bellas Artes. En este último, el jueves 4 de septiembre, coincidente con el aniversario del triunfo de la Unidad Popular en Chile, Quezada entrega el Premio del Concurso Juvenil Nacional de Poesía Pablo Neruda, cuyo galardón consiste en una estadía por diez días, en el país trasandino, invitado por la Fundación Neruda. El ganador y una decena de jóvenes poetas, verán publicados sus trabajos en la antología que editará la Intendencia de San José con motivo de este certamen.
Entre los diversos actos literarios destaca la presentación del libro Trilogía, de Guillermo Degiovanangelo, que obtuviera el premio Fondos Concursables 2007 del Ministerio de Educación y Cultura. Degiovanangelo, nacido en Canelones en 1956, ha vivido también en ciudad de México, Barcelona, La Habana y Nueva York y es autor de más de una decena de libros en prosa y en poesía.
El escritor y caricaturista Hermenegildo Sabat, quien reside en Buenos Aires y colaborara para Brecha y Marcha, fue, junto al brasileño Ziraldo, una de las estrellas del encuentro. Figuraban también el la programación los escritores Tomás de Mattos, Helena Corbellini, Esteban Valenti, Alberto Gallo, Mario Delgado Aparaín (quien se excusó) y Javier Ricca, para hablar de la historia y de la ficción como cruce de fronteras en la novela. Como ejes importantes de la discusión aparecían las recientes obras No robarás las botas de los muertos, de Delgado, y La intriga de Ayuí, de Ricca, ambas vinculadas a la ciudad de Paysandú y a la figura del coronel Josef Gervasio Artigas. Javier Ricca (1967) había presentado en la mañana de ese mismo día 7 de septiembre, su libro El Mate/ los secretos de la infusión/ Desde la cultura nativa hasta nuestros días, un interesante manual que ya, en su cuarta edición se establece como la más completa crónica histórica y social de esta costumbre que, sin ser natural de Uruguay, es sin duda uno de sus emblemas.
La delegación venezolana, como ya es costumbre en estos encuentros internacionales, certificó el alto interés que por la cultura hay en su país. A la intensa labor de Elena Ruiz, encargada de Relaciones Internacionales del Centro Nacional del Libro, se suma la labor de dos jóvenes investigadoras y del poeta Freddy Ñañez (1976) quien expuso sobre el tema "Nuevas políticas editoriales en Venezuela/ hacia la construcción del libro necesario". La idea de fundamentar el concepto de movimientos culturales frente al de industrias culturales es el lema que cruza a esta iniciativa nacional y que, según explicó el poeta de Táchira, se denomina Misión Robinson.
En la capital de los maragatos, en el rincón más silencioso de la Plaza, hacia el este, se alza la sombra de Rubén Darío, quien en 1912 anduvo por la ciudad. Una placa sobre el muro de una casa que -indica Juan Carlos Barretto- será prontamente refaccionada, recuerda al ilustre nicaragüense. En la Plaza 33, en tanto, los jóvenes pasean por las tardes con el termo bajo el brazo y la calabaza en el otro. Para llenar el implemento con agua caliente deberán desembolsar ocho pesos uruguayos, unos 40 centavos de dólar, en el buen dispuesto y generoso Club San José. Los poetas regresan agradecidos de Celeste, su esposo y Juan Carlos. Tras 38 años, Uruguay parece recuperarse.
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