Escribe Cándido
Mientras las peripecias del Plan de Rescate Económico del imperio maltrecho prosiguen hacia su incierto destino, ya que nadie sabe a ciencia cierta qué va a pasar en el supuesto de que la Cámara de representantes, revea su decisión anterior y lo apruebe, sorprende el ominoso silencio de los sumisos soldados de la dictadura del mercado. La realidad, insalvables contradicciones del sistema y el accionar delictivo de una mafia de guantes blancos, le ha cortado la mágica "mano invisible" al Mercado todopoderoso y este es el momento en que se asoma al abismo. El patético "hombre más poderoso del mundo" como suelen decir sus admiradores ! se ha colocado una máscara de humildad para pedir a los congresales la aprobación del repudiado plan. Que llega en mal momento porque la preocupación mayor para muchos de ellos, a un mes de las elecciones es la poder seguir en sus escaños. Y de ahi su reticencia a "quemarse" aprobando un plan perverso que hace pagar a las víctimas el daño ocasionado por los verdugos.
En este escenario de pánico, sorprende el silencio de los fanáticos predicadores de la "libertad económica" que garantizaría la "libertad" y el "bienestar" hasta para los más desfavorecidos..Desde la "revolución" neocon de Reagan y Thatcher habían ocupado cátedras universitarias, enclaves de "pensadores", editado libros y revistas financiadas por los dueños del casino especulador, asi como columnas de los grandes medios para pregonar las bondades del sistema.
Aunque entre los teóricos de la democracia, el mercado no figuró como un componente ineludible, los nuevos predicadores "vendieron" la idea de que libre Mercado y democracia son partes indivisibles. Y por tanto, toda acción política, revolucionaria o reformista, que prohiba o limite las potestades de la "libertad económica", es totalitaria y antidemocrática. La única mision reservada al Estado, según dicha prédica, es la de asegurar el "clima" apropiado para que los mercaderes puedan desarrollar sin interferencias sus actividades. Y, por supuesto, la de reprimir con todo rigor, a los disidentes del sistema.
Los hechos vienen a comprobar ahora que es justamente al revés. Lo incompatible con la democracia es la llamada neoeconomía.
Estadísticas de Naciones Unidas, muestran incuestionablemente los desastres, sociales y medioambientales, que las políticas neoliberales han causado, con dramática aceleración en décadas recientes. Precursores de la debacle actual, que tiene su centro precisamente en la Meca del capitalismo, Estados Unidos, y se extiende al mundo entero. Muchos de los causantes y beneficiarios de la "economía de casino" como la denominó Lula da Silva, que amasaron fortunas personales, son los encargados de salvarlo del colapso. Recordemos la desregulación de servicios esenciales en los países centrales y, compulsivamente, en los periféricos, y sus consecuencias. En Estados Unidos, la quiebra de la eléctrica Enron, seguida de la de WorldCom, vinculadas a figuras de la Administración Bush como Dick Cheney, su eminencia gris.
Ante la dramática realidad actual, cabría esperar un mínimo de honestidad intelectual, como pedía en estos días el profesor de la Universidad sueca de Gotemburgo, Bo Rothstein en un articulo en SvD del 27/9, y algún pedido de disculpas.Son co-responsables de crímenes contra buena parte de la humanidad. Perpetrados a través del "modelo de la muerte" como lo denominaron los obispos brasileños . La confirmación de las tesis sobre el carácter antisocial " y "talvez terminal" del capitalismo, señalaba Emir Sader en su articulo La crisis del capitalismo y la izquierda"Rebelion 21/9, no es para complacernos sino para "preparar meticulosamente la realización de nuestros sueños".
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