Ricardo Daher. La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que tiene como miembros a Venezuela, Cuba, Dominica, Bolivia y Honduras, se está enfrentando con éxito las estrategias de la integración neoliberal impulsadas por la administración norteamericana a través de los tratados de libre comercio, y al tiempo que impulsa la coordinación de los políticos productivas y sociales de los gobiernos, incorpora y desarrolla la participación de los movimientos sociales para que permanezca y se desarrolle en el tiempo, según se desprende de las intervenciones de representantes de movimientos sociales reunidos en el Foro Social Europeo celebrado en Malmö, Suecia, entre el 17 y 21 de septiembre pasado.
Aunque no fue fácil, América Latina logró hacer oir su voz en el Foro Social Europeo y trasmitir sus experiencias de cambios sociales y movilización. Uno de los eventos más concurridos por los europeos interesados en la realidad latinoamericana, fue el seminario "ALBA alternativa y nueva experiencia en Latinoamérica".
El ALBA, una iniciativa bolivariana
Nora Castañeda, presidenta del Banco de la Mujer de Venezuela recordó que en las décadas de los 80 y 90, Estados Unidos promovió en América Latina y el Caribe un modelo de neoliberal de integración. Para ello usó organismos como el Banco Mundial, El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Monetario Internacional.
En esa época, dijo Castañeda, se inventó el "paquetazo", medidas de ajustes económicos que supuestamente iban a promover el desarrollo, "pero que sólo lograron que los países ricos fueran más ricos, y los pobres más pobres".
"En ese contexto, en diciembre de 1998, una figura histórica llega al gobierno de Venezuela, el comandante Hugo Chávez. Un hombre comprometido con su pueblo y formado en el ideario de Simón Bolívar" resumió Castañeda.
Así, a principios del nuevo siglo, Chávez planteó un nuevo modelo de integración, la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) que se convirtió en un contrapeso al modelo neoliberal de integración, el ALCA.
La dirigente venezolana recordó que las potencias económicas nos arrebatan los recursos financieros y ahora pretenden también quedarse con nuestros recursos naturales, como los bosques naturales, su flora, el agua dulce, etc. "Se aprovecharon del petróleo y ahora quieren el agua y la biodiversidad, allí están las medicinas del futuro".
Castañeda subrayó que el ALBA propicia la unidad de los pueblos más que de los países, de los pueblos del sur, pero también con los pueblos del norte, con el objetivo de salvar la Humanidad.
El ALBA "es un instrumento de integración y unión en la diversidad y tiene como fundamentos la cooperación, la solidaridad, la complementaridad e igualdad de géneros. Pretende construir una sociedad fundamentada en el amor y la justicia, y combate el egoísmo, el individualismo y la competitividad", explicó la presidenta del Banco de la Mujer de Venezuela.
Sostuvo que en el ALBA se reconoce la necesidad de la transferencia de tecnología, "pero sin que se imponga sobre el saber de nuestros hermanos" y recordó que los pueblos originarios tienen mucha sabiduría para compartir con el mundo. "Debe haber un diálogo de saberes" subrayó.
La dirigente venezolana indicó que el ALBA prioriza las empresas públicas y su inversión para el desarrollo en oposición a las políticas privatizadoras de los procesos de supuesta integración económica impulsados por Estados Unidos. "Aceptamos la inversión extranjera si llega en beneficio de la Humanidad, y enfrentamos el auso del oligopolio y el monopolio.
Castañeda explicó que el ALBA debe servir para compartir riquezas y sabiduría entre los pueblos. "Venezuela tiene las mayores reservas petroleras comprobadas del mundo y es un recurso que estamos dispuestos a compartir", dijo, y esa decisión abarca también a los pobres de Estados Unidos y Europa.
Señaló que existe el sueño de lograr otras fuentes de energías que no contaminen, y que el día que eso se logre y sea suficiente, "ese día dejaremos el petróleo donde está".
Destacó además que, "como planteó Fidel Castro" este es un tiempo de batalla por las ideas, por lo que el ALBA presenta un ideario de lucha contra la pobreza, autonomía e identidad. "En América Latina somos afro, indígenas y europeos, tenemos la madre patria en Europa, Africa y en la Pacha Mama".
Finalmente, explicó que en la concepción del ALBA, los derechos humanos son integrales e incluyen desde el derecho a la vida hasta los derechos económicos, y que si falta uno sólo de ellos no hay vigencia plena de esos derechos.
Integración de los movimientos sociales
Por su parte, el representante de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), José Hernández valoró la integración de los movimientos sociales al ALBA, ya sea de países miembros o no, y su incorporación a la estructura de funcionamiento, a través del Consejo de Organizaciones Sociales, con el mismo status que el Consejo de Ministros.
Hernández recordó que en desde la década de los 50 han existido intentos y propuestas de integración regionales, pero siempre fueron mecanismos de integración económica.
Destacó que en los nuevos proyectos de integración como el Mercosur y la Comunidad Andina, se han establecido cartas sociales y espacios de participación social, pero casi no funcionan y no tienen injerencia en la estructura orgánica, debido a que esos acuerdos están centrados en cuestiones económicas. Las cartas sociales son formales.
"Con el ALBA comienza un proceso innovador en lo político, social y económica" subrayó Hernández.
En este proceso de integración la base es la cooperación y la solidaridad, y existe un interés político real en la participación de los movimientos sociales. Por eso se concretó una estructura organizativa y funcional a través del Consejo de Movimientos Sociales al mismo nivel que el Consejo de Ministros. De todas maneras, este proceso está todavía en construcción y abierto a movimientos sociales de países que no integran el ALBA.
El Consejo de Movimientos Sociales, explicó el sindicalista cubano, no es un espacio político ni para derimir disputas, sino un espacio para proponer iniciativas de desarrollo.
Advirtió además que los movimientos sociales tienen dificultades para ocupar los espacios existentes y por eso se están estudiando propuestas para poner en funcionamiento los espacios que se presentan.
El ahorro energético
Gisela Alonso, presidenta de la Agencia de Media Ambiente (CITMA) de Cuba, subrayó que el ALBA es un proyecto de enfrentamiento al noeliberalismo globalizado y abordó la relación de Cuba con los demás socios del acuerdo a través de la energía y de la concepción que ha tenido la Revolución sobre su desarrollo.
Recordó que el líder de la Revolución, Fidel Castro, ya en los primeros meses de 1960, sostuvo que Cuba debía ser un país de hombres de ciencia y pensamiento.
Alonso señaló que la década del 90 fue muy dificil para Cuba tras la caída del sistema socialista. Entonces los problemas energéticos se agudizaron y recordó con humor que en ese período tenían los "alumbrones" debido a que eran más largos los períodos sin energía eléctrica.
Cuba inició entonces un proceso de desconcentración de las termoeléctricas, más chicas, para que consuman menos petróleo, al tiempo que se comenzó el desarrollando del uso de energía renovable.
En diciembre de 1998 Hugo Chávez gana las elecciones en Venezuela y tiempo después plantea el ALBA. "Venezuela tenía petróleo y nosotros gente" resume Alonso, y y se inicia el intercambio. Médicos, maestros, técnicos cubanos contribuyen al desarrollo de los planes sociales de Venezuela.
Sin embargo, advierte Alonso, el acceso al petróleo "no nos da el derecho a malgastarlo" por lo que se prosigue con los programas de ahorro. En ese sentido destacó la obtención de crédito chino por el cual se inicia la sustitución de electrodomésticos por otros de bajo consumo, asi como de bombillos de bajo consumo. Esto último se extiende a otros países del ALBA.
En materia energética, explicó, Cuba está desarrollando dos campos eólicos pilotos y está investigando como desarrollar en el país las celdas de silicio para la construcción de paneles solares. La energía solar sería de gran utilidad en Cuba y en el Caribe, pero la tecnología de los paneles está en los países del norte y son muy caras.
Alonso informó también sobre el uso de la biomasa para la energía, pero fue muy clara al señalar que no se trata de producir alimentos para transformarlos en energía, sino el uso de los residuos de la forestación o la agricultura.
Estos son proyectos de trabajo conjunto dentro del ALBA destinado a las comunidades rurales.
ALBA contra el TLC en Nicaragua
Antonia Gutiérrez, de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) de Nicaragua comparó la destrucción de la producción agropecuaria provocada por el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, y los cambios que comienzan a darse con la incorporación del país al ALBA tras la asunción de Daniel Ortega a la presidencia.
La dirigente campesino recordó que en los 80 "tuvimos la oportunidad de tener una revolución hecha por los trabajadores" aunque se nos impuso una guerra financiada por Estados Unidos. Sin embargo, señaló, "logramos trabajar en la educación, la salud y avanzamos en el papel de la mujer en la sociedad".
Después de las elecciones de noviembre de 1989 que ganó Violeta Chamorro asociada a los contrarrevolucionarios financiados por Estados Unidos, Nicaragua soportó 16 años de gobiernos neoliberales que fueron desmantelando todas las conquistas sociales, "nos quitaron los avances logrados por los trabajadores, campesinos y las mujeres" subrayó Antonia Gutiérrez.
En ese período se firmó, junto a los países centroamericanos, el TLC con Estados Unidos. "Se fortaleció el proyecto neoliberal. Privatizaron la educación, la salud, y se instalaron las maquilas" explicó. La dirigente campesina dijo que estos cambios se hicieron violando la Constitución vigente que obliga al Estado a velar por la seguridad social del pueblo. Dijo que las maquilas no pagan impuestos y compiten deslealmente con los artesanos y pequeños productores, además de establecer salarios de explotación.
"Ahora con el ALBA -destacó Gutiérrez- hay más escuelas en el área rural y tenemos salud gratuita".
"En el TLC se nos imponen condiciones, mientras que los temas dentro del ALBA se resuelven por acuerdo", insistió. "Son acuerdos en favor de los sectores marginados y en beneficios del conjunto de toda la sociedad. Los acuerdos dentro del TLC es entre empresas transnacionales, mientras que en el ALBA hay más equidad social, respeto a nuestra identidad cultural y tradiciones, y para las mujeres campesinas se desarrollan programas especiales desde el Estado".
El ALBA apenas se inicia en Honduras
Para Santos Cornelio Chirinos, dirigente del Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (COCOCH), el ALBA apenas comienza en su país y enfrentado a los medios de comunicación que responde a la oligarquía local. "Aún es poco lo que tenemos" -admite Chirinos- y los medios de comunicación, que no están respaldando al presidente Manuel Zelaya, están en contra del ALBA y desvirtúan su acción en el país".
El dirigente campesino hodureño destacó que en el acto de firma de ingreso del país al ALBA, convocado por el presidente Zelaya, concurrieron más de 100 mil personas convocadas por el movimiento social.
Destacó que los ciudadanos ya estaban recibiendo los beneficios del ALBA antes de la incorporación del país a la iniciativa integradora, a través de la Misión Milagro, por la cual cientos de personas recuperaron la visión.
Chirinos recordó que en dos años habrá elecciones en su país y que la integración al ALBA puede ser modificado por el nuevo gobierno. Para ello sostuvo la necesidad de que la sociedad civil discuta y diseñe estrategias para que la integración de los pueblos pueda persistir.
Dificultades del Banco del Sur
Aunque el Banco del Sur no es parte del proyecto del ALBA, también integra la concepción integradora impulsada por el presidente Hugo Chávez en la región, destacó el belga Jérôme Ollier, del CADTM (Comité para la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo).
Recordó que el ALBA está integrado por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica y ahora Honduras, mientras que el Banco del Sur abarca principalmente a los integrantes del Mercosur, miembros y socios, es decir Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay, Venezuela, Ecuador, y Bolivia.
Para explicar las razones de la necesidad de ese banco, Ollier señaló que desde el 2005, con la suba de precios de las materias primas, los países del sur han incorporado enormes reservas a sus bancos centrales. Hasta entonces, los gobiernos usaban esas reservas para comprar títulos de deuda del gobierno de los Estados Unidos. De esa manera, los países pobres financian el desarrollo de Estados Unidos cobrando intereses de apenas el 3 por ciento. Al mismo tiempo, los países del sur solicitan préstamos al norte, pagando tasas de interés del 6, 7, 12 y hasta el 40 por ciento como el caso de Argentina durante la crisis de 2001.
"Es un sistema ridículo donde los países del sur dan dinero al norte al 3 por ciento y se lo piden prestado pagando más del doble de ese interés", dijo.
Hasta el Banco Mundial ha reconocido que el sur da más dinero al norte que al revés, y en base a esta situación podemos entender la necesidad de un banco del sur, destacó el exponente.
La idea del banco del sur ya existía desde los años 70, pero es retomada y planteada con fuerza por el presidente Hugo Chávez en 2004. En este planteo el banco debe tener un objetivo de solidaridad entre los países del sur como mínimo.
Pero esta coincidencia en la necesidad del crear el banco no implica una coincidencia sobre sus objetivos.
Una muestra de esto es que si bien el Banco del Sur fue inaugurado en diciembre del 2007, aún no se ha puesto en funcionamiento, según dicen, pro problemas técnicos. Entonces tenía 3 meses para solucionar esos "problemas técnicos", pero ya han pasado 10 meses y el banco sigue sin funcionar.
En realidad, sostiene el representante de CADTM, esas razones técnicas son políticas y están vinculadas la visión de Brasil y en menor medida de Argentina sobre los objetivos de esa institución financiera.
Brasil, señaló, tiene su propio banco de desarrollo para promover a sus industrias y exportaciones, con un capital anual de 22 mil millones de dólares.
El Banco del Sur apenas arrancaría con un fondo de 7 mil millones.
Brasil no estuvo interesado en un principio en el Banco del Sur, incluso se opuso, pero cuando los demás países comenzaron a avanzar en su concreción, se sumó al mismo. Brasil y Argentina, explicó el dirigente francés, pretenden que el Banco del Sur trabaje para financiar a las sucursales de las empresas transnacionales radicadas en estos países, bajo un modelo tradicional capitalista.
En las discusiones en curso se debe definir si el papel del Banco es resolver las asimetrías entre los países, si se financia a las empresas públicas o sólo las privadas, qué tipos de proyectos deben ser respaldados, si el Banco debe apoyar proyectos sociales o sólo productivos, de dónde deben prevenir los fondos, si de los Estados participantes o del mercado financiero, y como adoptar las decisiones, y definir si cada país tiene un voto independiente de su aporte, como la es la propuesta de Ecuador, o como plantea Brasil, otorgar votos según el aporte económico.
La decisión de estos temas determinará si el Banco del Sur se limitará a reproducir el modelo capitalista o se pone en funcionamiento como un banco solidario y al servicio de los pueblos de la región.
Para Ollier, la demora sólo sirve a los proyectos subimperialistas de las empresas extranjeras instaladas en Brasil y Argentina.
Finalmente destacó que el banco del ALBA fue puesto en funcionamiento en 6 meses mientras que el Banco del Sur lleva 3 años gestándose sin que se concrete.
El optimismo del representante de CADTM fue limitado tras la participación del representante de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), José Hernández, quien advirtió que el Banco del ALBA aún no está operativo aunque los plazos parecen más cortos.
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