inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 26-Sept-2008

Bolaño antes de Bolaño
Retrato del artista adolescente

 
Por Juan Cameron.
A Bolaño regalado podría haberse llamado este capítulo de las memorias personales del poeta Jaime Quezada. El trabajo, subtitulado "Diario de una residencia en México (1971-1972)" y editado en Santiago de Chile por el sello Catalonia a fines del 2007, fue distinguido como obra inédita por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura, en el concurso Escrituras de la memoria correspondiente al año anterior a su publicación.

Fluida resulta la prosa de Jaime Quezada. Hace unas pocas décadas, cuando la informática no se había instalado del todo en Chile, el poeta era un destacado escritor de misivas, cartas que a máquina y en cuidadoso formato enviaba a sus amigos desde distintos lugares del continente. Quezada gustaba en viajar. Durante el 71, cuando toda su promoción se reunía en el Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile en Valparaíso en tormo al llamado Primer Encuentro de Poesía Joven, él se las traía por Solentiname con dictadura y Ernesto Cardenal y todo eso. Pero también durante ese año y el siguiente tuvo una breve e intensa residencia en el Distrito Federal, en Casa de los Bolaño Ávalos, donde compartió y -por qué no decirlo a la hora de los mitos y, también, las desmistificaciones- y guió en parte al futuro escritor Roberto Bolaño, por entonces un odioso adolescente, más bien un muchachón, que luego de abandonar sus estudios se dedicara a leer, a leer y a leer. El poeta relata: "Casi dos años (1971-1972) viví en su casa, es decir, la casa de sus padres, en Ciudad de México, calle Samuel 23, una callecita de barrio de la colonia Guadalupe Tepeyac, muy cerca de la Villa, el corazón religioso guadalupano".


Entonces no es raro leer en ese cronista nato de Quezada, la prosa entretenida y cuidadosa a que ya nos tenía acostumbrados en la época de los buzones y de Correos. "Bolaño antes de Bolaño/ diario de una residencia en México" es parte de su propia historia más que un retrato del novelista cachorro formado en el país norteamericano. Porque, si bien el autor de Los detectives salvajes y de tanta impecable narración nació en Chile -en Santiago y en 1953, para ser más precisos- su calidad lo acerca más bien a los bonaerenses que a sus connacionales. La razón es otra. Llegado muy joven al país azteca, su formación literaria, su universo simbólico e, incluso, sus recuerdos, quedan determinado por un mundo más amplio y generoso en experiencias. La broma de "el mejor narrador argentino entre los nuestros" se genera en esa visión.


Quezada lo vincula, en esa prehistoria no muy explorada todavía, al ambiente intelectual capitalino. Con Diana Bellesi, íntima amiga y compañera del poeta en primeros y ya lejanos tiempos, lo conducen por los intrincados caminos de los cafés, los bares y otros lugares santos donde las tertulias suelen ocurrir. Y también intervendrá, como hermano mayor y amigo de la familia, en el regreso a México luego de una breve estadía en Chile, en 1973. Roberto Bolaño había aparecido por Santiago de Chile "después de un largo viaje en autobús desde Ciudad de México" la última semana de agosto de 1973. Un par de semanas vive en casa de Jaime, el calle La Blanca 0559, en la comuna de La Cisterna. El Golpe de Estado, sin embargo, lo sorprende en el sur, en Los Ángeles o Mulchén, en casa de parientes, y más de algún mal rato pasa en manos de los golpistas. Ahora, al revisar la historia (o los elementos historiográficos agregados al mundo virtual) resulta un tanto divertido leer sobre supuestas empresas revolucionarias, un viaje a Chile para unirse a la resistencia, etc., etc. Los mitos no cejan.


La vinculación del poeta con nuestro narrador nace en Los Ángeles. Quezada, natural de aquella ciudad, fue amigo de María Victoria Ávalos, madre de este último, y de León Bolaño, un boxeador destacado en la zona y en el país. Razones de trabajo movieron siempre a María Victoria de un lugar a otro hasta que, en 1968, emigraron a la capital mexicana. "Un año muy hito en la historia viva y trágica de México (...) Año de tensos movimientos estudiantiles, de publicitadas Olimpíadas, del trágico holocausto de la Plaza de Tlatelolco o de las Tres Culturas" nos explica el autor con su particular sintaxis.


No es Bolaño el principal motivo de estas páginas. Más bien la figura del escritor chileno formado en el extranjero inspira a Quezada para reconstruir su historia usándolo como eje. Podría tratarse de un capítulo anterior a Un Viaje por Solentiname, que Editorial Sinfronteras le publicara, en Santiago, en 1987. En este Bolaño antes de Bolaño, Quezada nos habla también de sus encuentros con Octavio Paz, con David Alfaro Siqueiros, con Juan Rulfo; nos relata también la gestación de su ya inencontrable Poesía Joven en Chile, antología editada por Siglo XXI y en la que aparece la mayor parte de la promoción universitaria chilena del 65. Esta selección de nombres incluye a Omar Lara, Hernán Lavín Cerda, Gonzalo Millán, Hernán Miranda, Floridor Pérez, Waldo Rojas, Federico Schopf, Manuel Silva Acevedo, Oliver Welden y el propio Quezada. A casi cuatro décadas de su publicación el tiempo ha certificado el buen ojo crítico del poeta de Los Ángeles.


Su estadía en el país del norte se debió principalmente a su participación en el Taller de Poesía de la Universidad Autónoma de México; oportunidad en la que fue, además, columnista en las páginas culturales de El Universal y en la Revista mexicana de cultura (suplemento literario de El Nacional). Pero también se desempeñó como analista político de la situación de Chile durante esos años de la Unidad Popular, en aquellos medios mexicanos.


Sin embargo la actitud de Bolaño fue -por otro lado- determinante para hacer girar estas memorias en torno a su figura. No fue generoso el novelista con su mentor en su postrero viaje a Chile. Aunque Jaime no lo mencione -el pudor siempre manda- lo cierto es que en la oportunidad Bolaño no se acercó a él y, es más, en apariencia lo evitó. Fue innecesario; el bueno de Quezada no habría jamás de hacerle sombra.


Jaime Quezada Ruiz nació en Los Ángeles, Chile, en 1942. Poeta, ensayista y crítico literario, es también un estudioso investigador de la literatura chilena contemporánea, en especial de la obra de Gabriela Mistral y también de la de Neruda.



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