Escribe Freddy Cancino Sepúlveda
El sábado 6 del mes en curso se llevo a efecto la Tradicional Media Maratón de Estocolmo. Dentro de los miles de participante nacionales y extranjeros se encontraba Luis Soto Guzmán acompañado por su compañera Frances, su cuñada Rebeca y otros chilenos exiliados en Estados Unidos, más dos compatriotas residentes en Estocolmo, Raúl y Pavel. Todos ellos llevaban en su recorrido en sus poleras los retratos de tres desaparecidos por la dictadura chilena y exigir verdad y justicia.
La lluvia y el frío imperante durante gran parte de la carrera no fue impedimento para que las organizaciones solidarias se hicieran presente en Stadshuset animándolos a su paso con lienzos, banderas, propaganda y consignas alusivos a la Campaña Internacional llevada a cabo junto a Luis Soto el de derogar la ley de Amnistía dictada por Pinochet y que el gobierno de la Concertación ha mantenido por la falta de voluntad política .Después del paso de todos ellos , la gente se dirigió a Kungsträdgården para recibirlos con flores, brindis , vivas al pueblo chileno y el rechazó y condena a la impunidad .
La meta había sido cumplida a cabalidad. A pesar de sus 65 años, Luis ha hecho de las maratones su bandera de lucha clamando justicia por sus compañeros desaparecidos Marcelo Concha, Lenin Díaz y Mariano Turiel. Por otra parte el compañero llego a revivir como en sus mejores años el exilio chileno, abriendo nuevamente en forma intensa la bandera de los desaparecidos que dormía plácidamente en cada departamento de esta ciudad. Los desaparecidos de nuestra América morena hoy se han levantado, tienen una nueva forma de lucha para decir basta de impunidad, han cerrado filas junto a Luis, Frances, Rebeca, Raúl y Pavel corriendo en la Maraton contra la Impunidad. Mientras el Estado de Chile sustente una orientación neoliberal y resguarde el marco jurídico de la Constitución de 1980, los derechos fundamentales de las personas se encontraran en un estado de permanente vulnerabilidad y por ende la situación de los detenidos desaparecidos seguirán estancados en los tribunales de justicia.
Los anhelos de justicia, caminan, tropiezan, se levantan, la justicia indolente, cómplice de los asesinos cierra los ojos con una coraza de olvido, avalando la impunidad. Los poderes fácticos del estado, el cinismo de una seudo Corte Suprema, el aire putrefacto de del parlamento han conspirado bajo cuerdas y bambalinas tratando de imponer plazos a los juicios para terminar absolviendo a los asesinos, utilizando el famoso verbo olvidar para dar paso según ellos a la tan mentada reconciliación nacional. La sombra de esa larga noche ocurrida el 11 de septiembre de 1973 , aniquila una y través a los desaparecidos, hoy ha cambiado sus uniforme de combate por trajes Giorgio Armani transformando la justicia en un coagulo que lucha por no desaparecer en el tiempo.
Mientras existan hombres como Luis Soto, los dictadores y sus familias saben que nunca podrán descansar tranquilos, en el cielo San Pedro no los quiere, en el infierno el Diablo tampoco, por lo tanto sus almas vagaran errantes entre las tinieblas y el purgatorio, escondiéndose de los desaparecidos y de todos aquellos que asesinaron .
Gracias Luis Soto por entregarnos tu humildad, tu fuerza y tu bandera de lucha.
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