El gobierno da marcha en reducción a las subvenciones a la prensa
La ministra de Cultura Lena Adelsohn adelantó que el gobierno mantendrá la subvención a los diarios Svenska Dagbladet y Skånska Dagbladet en los mismos niveles de 2006.
Al mismo tiempo el gobierno se mantiene expectante sobre la consulta realizada a la Unión Europea sobre el tema del subsidio a la prensa, cuestionado por el conglomerado multimedia Boner.
Según la ministra, es necesario mantener el apoyo a cierta prensa para que los lectores puedan tener libertad para informarse.
El gobierno plantea un aumento del subsidio del 10 por ciento en general, pero una disminución del apoyo a los grandes diarios. Esta iniciativa podría comenzar a regir ya el próximo año.
En la práctica significa que los diarios medianos tendrán un subsidio de 16,9 millones de coronas, en lugar de los 15,3 millones que reciben actualmente.
Svenska Dagbladet y Skånska Dagbladet, dos diarios de derecha afines al gobierno, recibirán cada uno 60,9 millones de coronas. El pasado año recibieron 65,4 millones de coronas.
El gobierno había propuesta reducirlo a 17 millones. Esta propuesta fue deshechada ahora, según explicó la ministra.
Malmö comienza a registrar las huellas dactilares
Quienes soliciten nuevo pasaporte en Malmö deberán registrar sus huellas dactilares, según un proyecto piloto emprendido por la policía.
Según la policía, la iniciativa busca impedir el robo de identidad y combatir el tráfico de personas. "Dos verificaciones biométricas significa un pasaporte más seguro" comentóUlf Sköld, de la Dirección Nacional de Policía al diario Metro.
El proyecto piloto en Malmö se mantendrá unos meses y abarcará a todos los solicitantes de pasaporte.
A diferencia de los viejos sistemas, no será necesario ensuciarse de tinta para dejar la impresión digital, sino que será mediante un scanner.
Los niños con padres mayores de 55 años
pueden ser más propensos a tener trastorno bipolar, según estudio
Los niños cuyos padres tienen más de 55 años pueden ser más propensos a presentar síntomas propios de un trastorno bipolar, según un estudio elaborado por científicos del Instituto Karolinska de Suecia cuyos resultados aparecen publicados en la última edición del 'Archives of General Psychiatry', de JAMA.
Para esta investigación, se realizó un seguimiento a un total de 13.428 niños suecos que habían presentado algún episodio de este trastorno del estado del ánimo, desde depresión hasta esquizofrenia o autismo.
A continuación, a cada niño se le comparó con otros cinco niños que no padecían este trastorno pero que si que tenían la misma edad, presentaban una situación socioeconómica similar y tenían antecedentes de brotes psicóticos en sus familiares.
De este modo, se observó que la diferencia entre unos niños y otros era la edad de sus progenitores varones ya que, con madres de edades similares, los niños cuyos padres eran mayores de 55 años tenían 1,37 veces más de posibilidades de que se les diagnosticara algún tipo de trastorno bipolar.
Según una de las autoras del estudio, Emma M. Frans, estos resultados pueden explicar la presencia de un "eslabón genético" que relacione la edad avanzada del padre con un aumento de los trastornos bipolares en sus hijos. "Las mutaciones se acumulan tras los errores que se producen en el ADN del padre", añade, mientras que los que se producen en el de la madre no se transfieren a sus vástagos.
Mankell no olvida el compromiso
El nuevo libro del escritor sueco Henning Mankell, Moriré pero mi memoria sobrevivirá. Una reflexión personal sobre el sida (Tusquets) le hace mudar de piel para iniciar un viaje interno desde su nórdico país al continente africano. La reflexión de Mankell como observador y partícipe de esta historia comienza con una pesadilla plagada de hombres muertos en un bosque de abetos en Suecia. "De improviso comprendo que los árboles no son tales, sino seres humanos. Personas muertas. Los rostros son de personas negras y yo sé que han muerto de sida". El libro arranca sin piedad en sus imágenes.
El afamado escritor de novela negra se dedica en un intenso texto a la crudeza de la mayor epidemia. Pero no es la primera vez que el escritor sueco Henning Mankell se olvida por un momento de la novela policiaca y de su inspector Kurt Wallander para dedicarse a una de sus pasiones: África. Pero esta vez se embarca en un análisis personal sobre la enfermedad que ha causado el 90% de 25 millones de muertes en el continente.
Hilvana sueños y realidad, tragedia y superación personal de la mano de la experiencia de Aída, una niña ugandesa cuya madre ha sido contagiada. Con la voz de los afectados, el autor marcha por la pandemia, en forma de crónica y análisis íntimo. Se adentra en la raíz de la enfermedad, desde el miedo de cualquiera a la infección hasta la convivencia cotidiana con la muerte. El libro incluye, además, anexos con cifras oficiales sobre el sida y breves alusiones bibliográficas a los mencionados libros de recuerdos.
Recuerdos a la espera
Moriré pero mi memoria sobrevivirá establece así una continua hipótesis comparativa sobre el comienzo del virus y sobre cómo se informó de la enfermedad en Suecia y en África. El otro eje del relato son los cuidados libros de recuerdos donde enfermos de sida escriben a sus hijos un legado y una memoria viva para su futuro. Desde este acto aparentemente insignificante se muestra la injusticia o la impotencia que existe en África ante el devastador efecto de la propagación del VIH por falta de medios. El escritor declara que el objetivo de su viaje por Uganda era conocer a estas personas en permanente estado de espera.
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