Desde hace ya mucho tiempo, las propuestas, programas, y hasta la capacidad de los candidatos han sido desplazadas por el poder del dinero. La gran preocupación es inicialmente recaudar fondos para lograr la candidatura y después imponerla, a través de los medios, al resto de la sociedad.

Cálculos primarios adelantan que esta será la campaña electoral más cara de la historia, donde los dos candidatos, republicano y demócrata, gastarán cerca de 2000 millones de dólares.
Con tanto gasto, alguno pensaría que más allá de las consignas, la campaña haga conocer alguna de las propuestas de gobierno.

Sin embargo más allá de algunas generalidades, como el anuncio de McCain de bajar más impuestos, o de Barack Obama de mejorar la asistencia social, ninguno menciona como salir de la evidente crisis económica, ni como resolver el enorme déficit fiscal, o retirar las tropas de Irak y Afganistán.
En general, los programas de gobierno no figuran en la publicidad electoral, ocupan poco espacio en las convenciones, y son diseñados por institutos que funcionan al margen del partido y que responden a intereses comerciales.

Este martes, el presidente George Bush, intervino a través de una video conferencia en la convención de su partido -supuestamente para demostrar su responsabilidad en la atención al huracán Gustav- y repitiendo el mismo cliché de la inseguridad y el terrorismo, presentó al senador Mc Cain como el único que garantizará la seguridad para Estados Unidos. "Para proteger a EE UU, debemos permanecer a la ofensiva, detener los ataques antes de que ocurran y no esperar a sufrir otro atentado", declaró Bush, antes de añadir que "el hombre que necesitamos es John McCain".

En el mismo sentido, la plataforma republicana aprobada sin publicidad en la primera jornada de la convención, permite prever que los esfuerzos bélicos en Irak y Afganistán continuarán.
Los analistas coinciden en que la plataforma de gobierno es similar a la aprobada por la convención de 2004 que llevó a Bush a su segundo mandato.

El documento sostiene que lograr un Irak "estable, unificado y democrático es algo que está al alcance de la mano", y no se plantea ninguna fecha para la retirada de tropas. Sólo adelanta que existe un compromiso con aquellos "que han sacrificado tanto" en Irak, para que las fuerzas estadounidenses sólo abandonarán el país "triunfales y con honor". La plataforma republicana, que no tiene que coincidir con lo que haga MaCain si llega a la Casa Blanca, concede gran espacio a atender la cuestión energética, y propicia la búsqueda de petróleo hasta en regiones que hoy están protegidas.

Aunque América Latina sigue ausente en los lineamientos de política exterior -salvo la continuidad del bloqueo a Cuba- aparece afectada en cuanto la plataforma republicana mantiene una política dura contra la inmigración.

El programa rechaza la amnistía a los inmigrantes ilegales, aboga a favor de una mayor seguridad fronteriza y define la inmigración como un "asunto de seguridad nacional".
El documento aprobado pide que se agilicen los trámites de deportación y se corrijan las decisiones adoptadas por los tribunales que han dificultado las deportaciones.
El programa abandona una iniciativa anterior que pedía una reforma migratoria que fuese "legal, segura, estructurada y humana".

Como era de esperar, la plataforma se opone también al aborto, al matrimonio gay y se opone a la investigación con células madre embrionarias.
En resumen, pocos cambios en la estrategia política republicana.
Por otra parte, a una semana de la Convención Demócrata, la plataforma aprobada, también casi en secreto, apenas tiene diferencias con la republicana en política exterior.

Aunque los demócratas anuncien la necesidad de retirar las tropas de combate de Irak en 16 meses, se mantendría una fuerza no especificada en número, para luchar contra grupos terroristas, proteger al personal diplomático y asesorar a las fuerzas armadas iraquíes. Al mismo tiempo se anuncia un aumento de las fuerzas armadas en casi 90.000 hombres. Aunque suaviza las restricciones a los cubanos del exterior a visitar la isla, mantiene el bloqueo y sigue con la pretención de imponer condiciones para normalizar las relaciones.

En resumidas cuentas, las convenciones partidarias norteamericanas, siguen siendo un show mediático destinado a "vender" la figura de los candidatos, mientras las propuestas de gobierno se siguen cocinando a espaldas de los votantes y ante su desconocimiento.