Acontecimientos actuales de interés globlal, inauguración de los Juegos Olímpicos en China, el conflicto entre Rusia y Georgia, han puesto al desnudo, el propósito de los medios occidentales de instaurar la dictadura de la "información única", y la consiguiente abdicación de la mayoría de los informadores, del ejercicio de imparcialidad, veracidad, responsabilidad e independencia, valores que acostumbran autoajudicarse.

La realización de los Juegos Olímpicos en China, atrajo, lógicamente el interés de la manada, dispuesta a hincar sus dientes en el gigante asiático, que con sobradas razones es motivo de preocupación en las élites de poder occidentales. Frente a la decadencia irreversible del imperio "americano" y una Europa que perdió la oportunidad de revitalizar algunos valores universales que siempre ha dicho practicar y defender, optando por la subordinación al anterior, la pujanza de China, 1.300 millones de habitantes y un sentimiento de nación que mira hacia el futuro, más allá de alarmantes contradicciones, suscita un justificado pánico en un Occidente, erosionado por una crisis de valores sin precedentes y ahora, como un presente más del "amigo americano" una crisis económica frente a la se encuentra inerme.

Los "derechos humanos" tan violados en China como en las democracias occidentales, fueron los primeros "blancos" de la artillería "democrática". Los "crimenes de China en el Tibet" figuraron profusamente. Se buscaron "disidentes" en los más alejados rincones del país, que, habida cuenta de su población, deben contarse por millones. En algunos casos se llegó al colmo del ridículo al intentar desconocer la grandiosidad y perfección de la ceremonia de inauguración de los JO, considerados por muchos observadores independientes, como los más logrados en la historia de este evento. Tal fue el caso de los noticieros suecos Aktuell y Rapport, los que por su condición de Public Service están obligados a la imparcialidad. La irrespetuosidad para los ciudadanos que pagamos por su "servicio" superó marcas anteriores. Reaccionarismo macartista, ignorancia e incultura. Ridículos sin remedio. El gobierno conservador que parece tener mucho más claro que la socialdemocracia la importancia del poder mediático, se ha dedicado a controlarlos.

En en ese cuadro la desinformación sobre el conflicto del Cáucaso, se inscribió en la misma línea. Fieles vasallos de Estados Unidos, los informadores suecos se convirtieron en portavoces de las mentiras de George W.Bush -medalla de oro de los mentirosos- y su siniestro títere de Georgia, M. Saakashvili. Resultó "conmovedor" ver el "sufrimiento" por las víctimas civiles, los miles refugiados que se incorporan a los millones que deambulan por el mundo. Curiosa disociación de "nuestros" informadores para los que unos refugiados y muertos lo son más que otros. Porque no recuerdo que los refugiados iraquies, más de 4 millones internos y externos, y los civiles descuartizados por las bombas del gran mentiroso, hayan provocado tanta emoción-indignación en estos campeones de la hipocresía. Ni siquiera se acordaron de ellos a la hora de llorar por las "victimas de Putin". Paul Craig Robert, ex secretario adjunto del Tesoro durante el gobierno de Reagan, columnista de importantes medios estadounidenses, profesor universitario, escribió estos días a propósito de este conflicto: "Todo el mundo sabe que el inestable y corrupto Saakashvili, que proclama la democracia y dirige un Estado policial, no se habría enfrentado a Rusia, atacando a Osetia del Sur sin el visto bueno de Washington." La excepción son los periodistas del "mundo democrático" los de Suecia entre ellos.
Ricardo Moreno, periodista uruguayo. Renunció recientemente a la corresponsalía en Suecia del diario El País de España, que ocupó por espacio de muchos años.