El mediador de la Organización de Naciones Unidas para el Sahara Occidental, Peter van Walsum, rompió la neutralidad y se plegó a la posición de Marruecos sosteniendo que la independencia del Sahara Occidental es irrealizable y que se debe aceptar una autonomía limitada. La delegación del Frente Polisario ha reclamado ya en tres ocasiones el relevo del diplomático.
Tres dirigentes del Frente Polisario, el movimiento saharaui independentista, han recusado al diplomático holandés Peter van Walsum públicamente, primero, en junio, en declaraciones al diario El País de España, y más recientemente, ante la prensa en Argel.
El Polisario reprocha a Van Walsum haber tomado partido en abril a favor de Marruecos, en una intervención a puerta cerrada ante el Consejo de Seguridad, y en un documento que quiso incorporar al informe del secretario general Ban Kimoon. Éste declinó incorporar la evaluación escrita de Walsum a su texto, pero, a juzgar por las últimas declaraciones de su portavoz, confirmó al holandés en su cargo.
España, un actor importante en el conflicto -primer responsable de toda la situación- también respaldó al enviado de la ONU, quizás para no ofender a Marruecos con quien tiene acuerdos de pesca y detención de inmigrantes africanos.
Walsum declaró recientemente dispuesto a convocar a una quinta ronda de negociaciones y el Polisario acepta, aunque no aseguró su participación en la misma.
"Ahora bien, no voy a dimitir a causa de las declaraciones de la dirección del Polisario a los medios de comunicación" explicó.
"Es una lástima", aseguró a un diario español, porque si "las cuatro primeras rondas fueron estériles, confiaba en que la quinta nos brindaría la oportunidad de debatir sobre mi opinión: el empeño del Polisario en la plena independencia ahonda el bloqueo y perpetúa el statu quo".
Éste dura desde 1975. En cuatro grandes campamentos cerca de Tinduf, en el suroeste de Argelia, se concentran unos 160.000 refugiados, mientras que Marruecos controla las tres cuartas partes del antiguo Sáhara español, donde viven 250.000 personas que en su mayoría no son originarias del territorio. Menos del 20% son saharauis.
Van Walsum se sorprende de la reprobación del Polisario. "Lamento que haya sacado la conclusión de que he tomado partido por Marruecos", señala. "Lo que dije en abril ante el Consejo de Seguridad no es diferente de la conclusión que ya saqué tras mis primeras consultas en enero de 2006: la independencia del Sáhara Occidental no es un objetivo alcanzable".
Sin embargo, en otras declaraciones Walsum no estaba tan seguro de que no pudiera alcanzarse la independiencia del Sahara. Al comentar la negativa de Marruecos a un referendo autonómico en el Senado francés, Walsum dijo "Las reticencias de Marruecos pueden estar relacionadas con la sensación de que de esa consulta emanaría una mayoría favorable a la independencia".
La historia del conflicto en el Sahara Occidental es la historia de la traición de las potencias occidentales a los deseos de independencia de los habitantes de ese territorio y de la complicidad de las Naciones Unidas con el gobierno de Marruecos que desde 1976 ocupa ese territorio.
El territorio del Sahara Occidental estaba ocupado por España hasta que ya enfermo el dictador Francisco Franco, el gobierno comienza a estudiar la posibilidad de retirarse de ese país. España negocia con el Frente Polisario que encabezaba la lucha por la independencia la entrega del territorio, pero al mismo tiempo y en secreto, acuerda una fórmula con Marruecos para cederle el control de esa zona.
El entonces rey de Marruecos, Hassan II lanzó en octubre de 1975 la llamada "marcha verde", una operación de ocupación militar y civil del territorio saharauí, y poco después, en febrero de 1976, España abandona el territorio a manos de Marruecos.
En ese entonces Mauritania ocupa también una parte del Sahara Occidental y años más tarde lo cede al Frente Polisario.
Tras el abandono del territorio de España y la ocupación marroquí, el Frente Polisario proclama la República Árabe Saharaui Democrática y declara la guerra a Marruecos.
En 1988 se logra un acuerdo de cese al fuego que entra en vigor en 1991. Desde entonces las Naciones Unidas han mediado sin éxito y sin entusiasmo en el conflicto.
En 1998, el ex secretario de Estado norteamericano, James Baker es enviado por Naciones Unidas para observar la situación y proponer acciones. Cinco años más tarde, en agosto de 2003, el Consejo de Seguridad aprueba la propuesta de Baker de convocar a elecciones autonómicas y un referéndum de autodeterminación a los cinco años. La ONU aceptar un censo marroquí sobre la población saharauí como válido para realizar las elecciones, pese a que en el mismo se incluyen a los marroquíes trasladados al territorio en la denominada "Marcha verde".
Pese a ello, el Frente Polisario acepta la convocatoria, pero poco después el nuevo rey de Marruecos, Mohamed VI rechazó el referendo y ofrece "una solución política definitiva" en un plazo de cinco años.
El rechazo marroquí incitó a Baker a dimitir en junio de 2004. Rabat empezó entonces a elaborar una propuesta de autonomía para lo que llama "las provincias del sur" que elevó al Consejo de Seguridad en la primavera de 2007. La iniciativa marroquí fue acogida con buenos ojos por EE UU, Francia y también, aunque con más discreción, por España.
Así, la situación continúa incambiada por varios años y recién en abril de 2007, el Consejo de Seguridad insta a ambas partes a una negociación directa bajo su supervisión.
En marzo de este año concluyó una nueva ronda de conversaciones en la sede de la ONU sin resultados concretos y con los cuestionamientos del Frente Polisario al al nuevo enviado de la ONU, Peter van Walsum, al que acusa de favorecer a Marruecos.
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