Escribe Ernesto Tamara.
El próximo viernes 15 de agosto asumirá la presidencia de Paraguay el ex obispo católico Fernando Lugo, electo por la Alianza Patriótica para el Cambio (APC) poniendo fin a 61 años de gobiernos de la Asociación Nacional Republicana, más conocida como Partido Colorado. Son muchas las expectativas populares por la gestión del nuevo gobierno en uno de los países con mayores desigualdades sociales de Sudamérica y con menos de 20 años de institucionalidad democrática. Sin embargo, la compleja coalición política que lo llevó a ganar las elecciones del 20 de abril pasado, permite augurar un período lleno de dificultades.
Aunque el hasta ahora gobernante Partido Colorado de gobierno se encuentra sumido en una grave crisis política, dividido en varias fracciones, mantiene un control en los medios de comunicación. Pasada la euforia electoral del 20 de abril, los cuestionamientos al futuro gobierno han estado presentes en todos los medios de comunicación, criticando cada uno de los nombramientos y las giras del presidente electo a países como Venezuela, Chile, o Nicaragua.
Desde hace días se está montando una campaña para liquidar con las expectativas positivas al nuevo gobierno, y alertar, con noticias inventadas o exageradas, sobre posibles brotes de violencia, ocupaciones ilegales de tierras y protestas en las ciudades. Se anuncia que hay más de 200 campamentos de campesinos sin tierras prontos para invadir terrenos apenas asuma el nuevo gobierno, mientras que los terratenientes dicen que enfrentarán esas ocupaciones con todas sus fuerzas, es decir, con guardias armados.
Esta semana, el presidente electo denunció, en una gira por el interior del país, la existencia de un complot "para generar un clima de desconcierto y malestar en el país, de modo a atribuirlo al nuevo gobierno".
"Tenemos muchas informaciones que en su momento vamos a dar, podría haber conspiración, es real", insistió Lugo.
Las primeras versiones sobre el plan conspirativo fueron lanzadas por el vicepresidente electo Federico Franco, y posteriormente por el futuro jefe de gabinete, Miguel López Perito, también confirmó esa versión. López Perito resaltó que le resultaba bastante extraño que el desabastecimiento de gasoil se produzca en estos momentos, ya que el mismo "es una de las tácticas utilizadas para la desestabilización de un gobierno".
El vicepresidente electo, Federico Franco, denunció a fines de julio acciones para boicotear al futuro gobierno, con un plan consistente en buscar que los ministerios no cuenten con la operatividad necesaria, para de esa forma dejar en una posición incómoda al futuro mandatario.
Las versiones de Franco se basaron fundamentalmente en los informes que posee del plan para desabastecer de insumos a los hospitales y de combustible durante los cien primeros días de gobierno de Lugo. Franco reveló que sus denuncias se basan en las informaciones recibidas ya sea por escrito o en forma verbal de funcionarios públicos, aunque ambos, tanto Lugo como Franco, se negaron a revelar de qué sectores e instituciones pertenecen.
Por otra parte es evidente que el nuevo presidente encontrará resistencia a sus planes de gobierno hasta dentro de filas de la coalición que lo llevó al gobierno. En la coalición de gobierno el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) tiene la inmensa mayoría de los diputados y senadores, además del vicepresidente Federico Franco. Pese a ello, el presidente electo ha designado a sus ministros sin ceder a todas las exigencias de su mayor aliado, lo que ha provocado un enfrentamiento con su vicepresidente mucho antes de asumir.
Franco admitió publicamente esas diferencias, aunque reconoció que el presidente es quien debe designar a su equipo de gobierno. "No voy a negar que de repente el partido no está teniendo lo que se esperaba. Teniendo en cuenta los resultados electorales, nosotros teníamos una mayor esperanza", dijo Franco al diario ABC Color.
A su vez, la diputada liberal Ramonita Mendoza criticó a Lugo por los nombramientos y lo tildó de mentiroso.
Lugo respondió que "yo soy presidente de todos los paraguayos y tengo la libertad de nombrar a los técnicos que me parecen que van a hacer una excelente función".
La designación de Alejandro Hamed en sustitución de la historiadora y socióloga Milda Rivarola, que renunciara como futura jefa de la diplomacia un mes antes de asumir el cargo, fue duramente criticada por la oposición, y en grado menor por el mayor partido de la coalición.
En el Congreso se intentó cuestionar la designación en la Comisión de Relaciones Exteriores de la cámara alta, acusando a Hamed, hasta hace poco embajador paraguayo en Beirut, por la supuesta concesión irregular de visados a ciudadanos libaneses que huyeron de su país en medio del bombardeo israelí de julio de 2006.
"Había una guerra y se trataba de salvar la vida de las personas", explicó el futuro ministro a la prensa. El PLRA criticó la designación de Hamed por no haber sido consultado al respecto.
El PLRA es el partido político más antiguo del Paraguay. Fue formado poco después de la guerra de la Triple Alianza en febrero de 1887 bajo el nombre de Centro Democrático. Gobernó el país desde diciembre de 1904 hasta febrero de 1936 cuando el presidente Eligio Ayala fue derrocado y enviado al exilio por un golpe militar.
En los años de la dictadura del general Alfredo Stroessner, el PLRA siguió funcionando en una legalidad limitada, y en el retorno de la democracia formal, a partir de 1989, participó con algunos ministros en los sucesivos gobiernos.
Su objetivo es mantener el sistema liberal -como lo expresa su nombre- y admite las privatizaciones y que las leyes del mercado resuelvan las discrepancias económicas y sociales.
Parlamento controlado por la oposición
Lugo deberá gobernar con un Congreso que no controla y pese a que el partido UNACE, que lidera el ex general Lino Oviedo, anunció que respaldará al nuevo gobierno, hay negociaciones para que trabaje coordinadamente con el Partido Colorado. De hecho, el senador Enrique González Quintana de UNACE fue designado presidente de ese cuerpo con respaldo colorado.
De los 45 senadores, más el senador vitalicio, ex presidente, Juan Carlos Wasmossy, 15 corresponden al Partido Colorado, 9 al sector de Oviedo, y 4 del Partido Patria Querida que postuló su propia fórmula presidencial. De los restantes 17 senadores, todos de la coalición de gobierno, 14 corresponden al PLRA, uno al PS, otra al movimiento Tekojoja, y otro al PRP.
En diputados la coalición de gobierno también está en minoria. Sólo controla 32 bancas de las 80 existentes. La oposición mayoritaria es del Partido Colorado con 30 diputados, mientras que los oviedistas suman 15, y Patria Querida 3 curules. De esta manera, el ex general Lino Oviedo se transforma en la balanza del Poder Legislativo en ambas cámaras. Desde su liberación en setiembre del pasado año se ha especulado con un acuerdo entre el entonces presidente Nicanor Duarte y el ex general.
Entonces se consideró que la liberación y postulación de Oviedo a la presidencia iba a terminar con las aspiraciones de Lugo de alcanzar el gobierno, ya que hasta entonces UNACE había participado de la coalición opositora al gobierno colorado.
En la pasada campaña electoral, Oviedo tomó distancia de Lugo y cuestionó sus proyecciones progresistas y sus relaciones internacionales. A principios de la semana pasada, sin embargo, Oviedo dijo que apoyará al nuevo gobierno, por lo menos en la primera etapa de gestión. En general desde la oposición, y hasta dentro de algunos aliados de la coalición de gobierno, se considera dar un plazo de dos meses para evaluar el nuevo gobierno.
Renegociar los tratados energéticos
El presidente electo ya ha anunciado medidas de asistencia social a los más necesitados, según su programa de gobierno, y priorizar la recuperación del control de los recursos energéticos, donde destacan la renegociación de los acuerdos con Brasil y Argentina para la explotación de las centrales hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá.
Lo obtenido de la venta de energía de estas centrales financia los sueldos de los casi 200.000 funcionarios públicos, pero los precios obtenidos están muy por debajo de la norma internacional.
El presidente electo ha realizado varias visitas a Buenos Aires para discutir sobre la producción de Yacyretá. El pasado 30 de julio se reunió con la presidenta Cristina Fernández para seguir trabajando sobre el tema.
Ambos mandatarios trataron la futura subida del nivel de cota de la represa hidroeléctrica Yacyretá, lo cual posibilitará el incremento de la producción de electricidad y el abastecimiento de las crecientes demandas energéticas de Argentina. En la conversación se acordó que esta negociación quedará en manos de los equipos técnicos del Ente Binacional Yacyretá (EBY).
Por otra parte, las negociaciones con Brasil no parecen igual de fluídas. La semana pasada visitó a Lugo en Asunción el enviado del presidente Lula, Marco Aurelio. La visita fue interpretada como el deseo del gobierno de Brasil de abrir una etapa de negociación de los acuerdos de Itaipú. Marco Aurelio planteó una negociación en el marco de una discusión de otras propuestas, que incluye la industrialización del país en la cadena agrícola. Una de las propuestas públicas de Brasil es la extensión de otra línea de trasmisión de la energía de Itaipú para Paraguay.
Sin embargo Paraguay quiere negociar independientemente el Tratado de Itaipú de 1973 que permite a Brasil quedarse con la energía que Paraguay no utiliza a un precio subsidiado. En tanto, el presidente electo ha conversado con Venezuela para recibir petróleo a precios convenientes y con Uruguay para la venta de energía eléctrica, así como la colaboración de las autoridades de este país en la gestión de empresas públicas.
Canciller cuestionado
El nombramiento de Alejandro Hamed como futuro canciller, recibió serios cuestionamientos de la embajada de los Estados Unidos por su postura anti israelí y por defender la lucha armada palestina. Fernando Lugo dijo que los Estados Unidos nunca acercaron ninguna prueba ni documento sobre sus inquietudes en contra de Hamed.
Alejandro Hamed, historiador y docente, de 65 años, ha escrito varios libros, entre ellos "El Islam diferente" y "La intifada palestina y su poesía" donde realiza una serie de críticas al Estado de Israel y defiende la lucha armada del pueblo palestino.
Al frente de la Embajada en el Líbano, tuvo un papel humanitario durante los ataques del 2006, negándose a volver al país para poder ayudar a los paraguayos residentes. Por este motivo se le acusa también de haber entregado visas sin realizar las complejas y burocráticas comunicaciones con la cancillería paraguaya. Pero fue el medio necesario para ayudar a compatriotas y familiares que deseaban escapar de la guerra, explicó entonces. El perfil de Hamed permite prever que el nuevo gobierno no tendrá la misma postura sumisa ante Estados Unidos que anteriores administraciones.
Por otra parte, otros ministros han sido cuestionados por sus posiciones liberales, más cercanas a los anteriores gobiernos. Entre ellos, el designado ministro de Educación, el abogado y catedrático Horacio Galeano Perrone, que ya ocupó el mismo cargo durante el gobierno del fallecido ex general Andrés Rodríguez a caída de la dictadura stroessnista (1989-1993). En el poderoso ministerio de Hacienda, Lugo designó al economista Dionisio Borda, quien ya ocupó esa cartera en los inicios de la presidencia de Nicanor Duarte Frutos en 2003.
Al dar a conocer los nombres de su gabinete, Lugo reclamó el combate a la corrupción en las dependencias del Estado. "Los ministros deben ser ministros de todos los paraguayos", y recordó que ha pedido que sean "honestos y transparentes" y que se realice una "implacable lucha contra la corrupción". Manifestó su deseo de que los ministros sean "los agentes de cambio" que tanto se ha reclamado en Paraguay. "La clave es poner al país en primer lugar", sostuvo.
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