Escribe Cándido
Recientemente el Senado de Rumania, aprobó un proyecto de ley por el que los medios de comunicación estarán obligados a priorizar y/o enfatizar lo que popularmente ha dado en llamarse noticias felices.
Los colectivos de los medios de comunicación rumanos asi como también los europeos, "mostraron su indignación" ante lo que consideran un atropello a "la libertad de expresión". Uno no puede menos que pensar que hay mucho de hipocresía o un colosal autodesconocimiento, en esa "indignación". Porque la experiencia de cada día muestra que la finalidad de los medios es precisamente la de "vender" la imagen del sistema capitalista occidental representado por Europa y los Estados Unidos. Y descalificar de plano a todo gobierno o país, que no se acompase con "nuestros valores occidentales". En esa tarea la "libertad", la "democracia" y los "derechos humanos" son palabras claves que que cuando se contrastan con la realidad, resultan vacías de contenido. Algunos de esos conceptos fueron esgrimidos tanto por Pinochet y los militares latinoamericanos como por George W Bush, para justificar sus crímenes. Talvez sea por eso que nunca los medios explicitan el contenido de cada uno de ellos. La "comunidad internacional" no ha podido ponerse de acuerdo, por ejemplo, sobre una definición sobre derechos humanos quizá porque un debate en profundidad mostraría la enorme distancia entre su utilización mediática y la aplicación. Es así como cualquier aspirante a escriba, dictamina qué gobernantes o países son "demócratas" y quienes no.
El maniqueísmo semántico es la norma. El mismo hecho tiene abismales diferencias de análisis y conclusiones según quién lo protagonice. La variedad de distorsiones es infinita. Eliminar lisa y llanamente determinados temas, distorsionarlos en su exposición, discordancia entre el título de una información y su contenido, manipulación o utilización intencional de imágenes, ubicación de los artículos en la diagramación del medio, son algunas de ellas. Relacionar catástrofes o ultilizar adjetivos, como "amenaza" , "arremete", provoca" con determinados gobernantes "no gratos" son moneda corriente. Cada vez que se alude al horror perpetrado por la administración Bush en Guantánamo, se agrega el nombre de Cuba con lo que el lector "desprevenido" asimila a Cuba con esa infamia universal. Lo que convierte el periodismo en un "triste oficio" es que los dueños de los medios no necesitan censurar a sus empleados. Estos saben muy bien la música que deben tocar para halagar sus oídos. Y para tener posibilidades de "hacer carrera". Así que la "indignación" frente a la votación del Senado rumano, parece un tanto exagerada.
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