inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 25-Julio-2008

Estocolmo recibió a poetas y escritores
de todo el mundo

 
Escribe Javier Claure C.

Del 29 de junio al 2 de julio pasados se celebró en Folkets Hus de Estocolmo, el Congreso Internacional de Escritores y Traductores de Obras Literarias (Writers' and Literary Translators' International Congress) WALTIC.


Durante cuatro días la capital sueca acogió a poetas, escritores, traductores, investigadores de la palabra escrita y periodistas de todas partes del mundo. Bajo el lema de "El valor de las palabras" (The Value of Words) se abordaron temas sobre bilingüismo, digitalización, diversidad, analfabetismo, la defensa de la libertad de expresión y la propiedad intelectual. Varias veces fue reiterada la importancia de la lectura y la escritura como un camino para salir de la pobreza.

En el solemne acto de inauguración, se escucharon voces sobre el compromiso de la literatura como un idioma global. La poetisa keniana y artista de teatro, Shailja Patel, deslumbró al público brindando un poema sobre la mujer africana, luego se escucharon melodías y canciones laponas como si fuese parte de la tradición oral.
Mats Söderlund, presidente de la Asociación de Escritores Suecos, indicó que la literatura es como un corazón enorme donde fluye una circulación de sangre que une a las personas con sus respectivos trabajos. Al mismo tiempo, señaló que muchos poetas y escritores han sido asesinados y perseguidos. Algunos escritores no llegaron al Congreso por causas desconocidas. Haciendo alusión a estos atropellos, dijo: "el sistema está sangrando".

En un ambiente internacional y lleno de calor humano se realizaron seminarios y conferencias de prensa, en forma paralela, desde las 9 de la mañana hasta las 4 y media de la tarde.

El escritor Mia Couto (Mozambique) y la escritora Nawal El Saadawi (Egipto), fueron personas claves en el Congreso, cuyos nombres, además, se mencionan en el momento de escoger al Premio Nobel de Literatura.
Nawal El Saadawi, Jamaica Kincaid y la moderadora del panel Fataneh Farahani (Irán) conversaron, en mesa redonda, sobre el tema de la emigración como una experiencia de las escritoras que viven fuera de su país. El Saadawi y Kincaid comparten el mismo destino: ambas viven en Estados Unidos y sus libros, en un momento determinado, fueron censurados. Cuando la moderadora les preguntó cómo ha influido, en su escritura, el hecho de ser escritoras emigrantes, surge una pequeña discusión respecto al significado de identidad que se alude a una persona.

Para Nawal, la palabra identidad es algo político, una especie de racismo que se utiliza para diferenciar a los seres humanos. Confiesa que se molesta cuando alguien le dice que viene de Medio Oriente, y se pregunta: ¿Dónde está Medio Oriente? Cuando viajo a Londres, suelo decir que estoy viajando a Medio Occidente y, pues, nadie me entiende. Entonces, eso de la palabra "identidad" es una etiqueta que nos ponen a nuestras espaldas.
En tanto que para Jamaica, dice no tener identidad ya que ese concepto es muy sospechoso y, en el fondo, está cargado de abusos. O sea, la identidad de una persona sería, entonces, impuesta por los sistemas políticos y económicos bajos los cuales vivimos.

¿Podrían los escritores y poetas, que han recibido el Premio Nobel de Literatura, formar un "canon literario"? El secretario de la Academia Sueca, Horace Engdahl, se refirió a este tema y dijo que los premios Nobeles de Literatura representan únicamente su creación. Reconoce que, aveces, el testamento de Alfred Nobel se ha interpretado de una forma idealista; dependiendo del tiempo en el que vivimos. A veces, se hacen elecciones que después pueden parecer un poco extrañas, agregó.

También recordó que Emile Zolá no recibió el Premio Nobel porque era "cínico". Tampoco recibió Henrik Ibsen porque era "un hombre perturbado" y Thomas Hardy porque era "inmoral". A Sigmund Freud se le negó el Premio Nobel porque tenía una "fantasía enfermiza"

El público tuvo la oportunidad de escuchar a un puñado de poetas y escritores a partir de las 6 de la tarde en La Casa de la Cultura (Kulturhuset), la Biblioteca Municipal (Stockholms Stadsbibliotek), la Biblioteca Internacional (Internationella Bibliotek) y el Instituto Cervantes.

En suma, Waltic fue un éxito rotundo y se ha especulado que el siguiente Congreso será en 2010 en otro país. Los organizadores, con Mats Söderlund a la cabeza, están contentos por este evento que reunió, en una sala familiar, a miles de personas comprometidas con la palabra escrita. Varios escritores hablaron en el acto de clausura. El invitado de honor, el gran poeta sueco Tomas Tranströmer, se hizo presente en silla de ruedas ante un público que aplaudió de pie como símbolo de respeto. Una voz femenina leyó uno de sus poemas titulado "Estación". Mientras que el escritor inglés Philip Pullman (ganador del Premio que se da en memoria de la escritora sueca Astrid Lindgren) tomó el micrófono y subrayó que el acto de escribir y de leer es fundamental para las democracias, pero también es cierto que las democracias se olvidan del arte de leer, puntualizó irónicamente. Por su parte, el escritor sueco Henning Mankell, en su discurso hizo alusión a un decir que le habían contado en le extranjero: El ser humano tiene dos orejas y una lengua. Por lo tanto, deberíamos escuchar el doble y hablar menos.

Mats Söderlund recordó el nacimiento de la idea para llevar a cabo el Congreso, su proceso de gestación y finalmente la cristalización de este evento. Entre ramilletes de flores, el excepcional entusiasmo y calurosos aplausos del público; dijo: "Al principio todo me parecía un sueño, pero ahora después de haber concluido este Congreso, quiero decirles que este sueño lo compartimos juntos."


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