Escribe Cándido.

El principal argumento esgrimido por los defensores de la infortunada (para usar un calificativo piadoso) ley aprobada por el actual gobierno derechista de Suecia conocida como FRA, que permite el espionaje de todas las comunicaciones de los ciudadanos, es que con ello "nos defendemos de las amenazas terroristas provenientes del exterior".

La tesis tiene su origen en el libreto que le escribieron a George W Bush los think thank que lo han rodeado durante estos años de pesadilla que ha significado su gobierno, para los propios Estados Unidos y para el mundo, al día siguiente del 11-S. La proclama se centró, como es sabido en que "nos atacan" (el fundamentalismo islámico) "porque somos libres y demócratas" y "por "nuestros valores occidentales".

La verdad "incómoda" es que los crímenes, agresiones militares, despojo de territorios, saqueo de recursos naturales, terrorismo, cometidos por dicho país, contra casi todos los pueblos del mundo en sus aspiraciones de dominio, no podría tener otras consecuencias que la inevitable respuesta violenta. Y esa verdad es la asumieron espontáneamente millones de individuos, incluso dentro de los propios Estados Unidos.

Nada menos que el asesor espiritual del candidato demócrata a la presidencia Barack Obama, se afilió a esta verdad "incómoda" en una de sus encendidas arengas, lo que, lógicamente en un ambiente político donde la verdad no es un valor de uso corriente, menos todavía en tiempos preelectorales, determinó que el candidato tomara distancia de sus afirmaciones y lo apartara de su entorno.

La "estrategia del terror" se ha basado en su exaltación -un pueblo con miedo está más predispuesto a canjear sus espacios de libertad, cada vez más reducidos en el modelo neoliberal, por una supuesta seguridad- y en la versión de que el "terrorismo" es una fuerza ciega que golpea indiscriminadamente a sus víctimas. Afirmación ésta que la realidad desmiente. Además del 11-S, los otros dos grandes atentados terroristas ocurrieron en el Reino Unido de Tony Blair y en la España de José M. Aznar, los dos principales cómplices en las mentiras que condujeron a la tragedia infinita que siguen padeciendo millones de iraquíes.

Hay otros cómplices menos visibles, mediáticos y políticos, especialmente dentro de la llamada Unión Europea, que han enviado "carne de cañón" en "misiones humanitarias" a otros frentes como Afganistán, otra guerra perdida, que cobrará más vidas de inocentes, que remachará la descomposición del imperio y como lo prevén diversos analistas tendrá consecuencias mucho más nefastas que la derrota frente a Vietnam.

En un panorama global en el que las auténticas amenazas, como el cambio climático y la miseria solamente pueden enfrentarse con estrategias globales y en un marco internacional de relativa convivencia pacífica , el gobierno de Suecia , cada día más carente de legitimidad por su falta de apoyo popular, siguiendo los pasos de Bush opta por una política "antiterrorista" que entre otras medidas, incluye una ley que no digieren ni sus propios partidarios y que sobre todo resultará inoperante a los fines que se propone. (En materia de preservación del terrorismo podrían preguntarle a Cuba, cómo ha hecho para sobrevivir medio siglo al terrorismo de su poderoso vecino Estados Unidos).

Las verdaderas amenazas a la seguridad de sus ciudadanos, son el crimen organizado, la corrupción creciente que desde arriba hacia abajo pudre literalmente todo el entramado social, la marginación en aumento de un número de seres cada vez mayor, la distorsión mediática sistemática, la dictadura del mercado, que no tiene moral y que además fomenta y propaga los "antivalores".

Estas "amenazas" que son una realidad para los ciudadanos, son también su preocupación cotidiana. Pero el divorcio entre dirigentes y ciudadanos es tan grande en las democracias formales, que los "representantes del pueblo" parecen ignorarlas.