inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 11-Julio-2008

Irak privatiza su petróleo

 

Costó pero se logró. Ahora el presidente norteamericano George Bush puede repetir sus afirmaciones de mayo de 2003 -con la misma confianza estúpida- "hemos ganado la guerra". No importa que el número de soldados muertos continúe en un cuentagotas desgastante y desmoralizante, que la población iraquí carezca de los servicios elementales y sigan muriendo de enfermedades evitables, en atentados suicidas, o se acumulen en campamentos de refugiados en los países vecinos.

Desde hoy, las empresas petroleras norteamericanos y británicas, principalmente, tendrán acceso legal y por largos años, a la tercera reserva petrolera del mundo: unos 115.000 millones de barriles de crudo.
El controlado gobierno iraquí, sostenido con la presencia de más de 130.000 soldados norteamericanos, de otros 20.000 de otras naciones y un cuerpo de seguridad de mercenarios de más de 100.000 hombres, acaba de confirmar que comenzó a negociar la participación de empresas extranjeras en la explotación del petróleo. Un petróleo que el ex presidente Sadam Hussein, ahorcado a escondidas por este gobierno, nacionalizó y estatizó en 1972.

Fuentes oficiales iraquíes han comunicado que se está negociando con Exxon Mobil (Estados Unidos), Shell (anglo holandesa), Total (francesa) y BP (británica). Es decir las más grandes y poderosas. Con el precio del barril a más de 140 dólares, los ejecutivos se deben estar fregando las manos. La llegada de las compañías energéticas norteamericanas y europeas, dice el Ejecutivo iraquí, "permitirá reconstruir el país y modernizar las infraestructuras que se han visto dañadas por años de sanciones y guerras".

Curiosamente, durante años, se han efectuado reuniones de países que colaboraban en la reconstrucción de Irak, por lo menos desde marzo de 2003. El 12 marzo de 2003, días antes del inicio del ataque y posterior invasión de Irak, el diario The Wall Street Journal, reveló la apertura de una licitación para la "reconstrucción" de Irak posterior a la guerra. Ese primer contrato, según se supo después, tenía un monto de 900 millones de dólares. Fue una licitación dirigida, ya que sólo se invitó a cuatro empresas, todas norteamericanas, entre ellas Halliburton, que comenzó de esta manera a acaparar contratos, y expedientes de corrupción.

Así, la "reconstrucción" de Irak estuvo planeada y "licitada" desde antes de la invasión, y el apuro del gobierno iraquí para iniciar la famosa reconstrucción, es una farsa para entregar las riquezas naturales del país y de paso un reconocimiento a la desidia, incompetencia, y corrupción de las autoridades que se encargaron de la tarea. Y como en toda guerra de ocupación, la potencia ocupante es la responsable de lo que sucede en los territorios que administra.

En noviembre del 2006, las autoridades reconocieron a regañadientes que en tres años se habían gastado los 21.000 millones de dólares destinados a la "reconstrucción" en seguridad. Ese mismo mes, la empresa Bechtel, se retiraba de Irak después de haber agotado un contrato de 2.100 millones de dólares destinado a la construcción de plantas de electricidad, hidráulicas y de tratamiento de aguas negras. La empresa no había logrado uno solo de sus objetivos y 52 de sus empleados contratados habían muerto en la tarea. El dinero para la reconstrucción es aportado fundamentalmente por los recursos petroleros de Irak, los pocos que se pueden disponer de la raquítica producción actual, de los multimillonarios fondos embargados por Estados Unidos y sus aliados a Irak desde la primera guerra del Golfo de 1991, y del bolsillo de los contribuyentes norteamericanos.

En julio del 2007, otro informe reveló que en esos cuatro años se habían gastado 44.000 millones de dólares en "la reconstrucción" de Irak, sin que el dinero hubiera llegado a destino. Ahora finalmente, se inicia otra etapa para la "reconstrucción". Estas tratativas por el petróleo coinciden con otra negociación, en secreto no muy bien guardado, de la construcción de una o varias bases militares norteamericanas permanentes en Irak, y con el anuncio del Pentágono, de enviar otros 30.000 soldados el próximo año.

De esta manera, los inversionistas en el petróleo iraquí podrán estar más seguros. Habrá tropas para proteger sus instalaciones y oleoductos. Así se confirma la verdadera razón de la invasion y ocupación de Irak. El deseo de la administración norteamericana de controlar los recursos energéticos no fue denunciado sólo por la izquierda o los opositores al gobierno de Bush. El ex presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, aseguró en su más reciente libro que la guerra contra Irak fue iniciada por Washington por motivos petroleros. Greenspan señaló que las preocupaciones de la Casa Blanca sobrepasaban el esgrimido pretexto de las supuestas armas de destrucción masiva, y las operaciones militares fueron dirigidas para controlar reservas de hidrocarburos. Si no, recuerden que de todas las instalaciones gubernamentales bombardeadas y destruidas en Bagdad en marzo del 2003, la única intacta fue la sede del Ministerio del Petróleo.



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