Yo no soy creyente, aclaro de entrada, pero respeto a los que creen en dioses, poderes sobrenaturales y a los que prefieren adjudicarle a una inteligencia superior la creación y leyes de la naturaleza.

Está visto que cuando se trata de creer no hay límites posibles, por lo que una discusión en torno a creencias tiene poco sentido. Además está demostrado que quienes creen en un mismo Dios, tienen muchas veces conceptos distintos sobre su naturaleza, potestades, bondad, etc.

Albert Einstein -creador de la teoría de la relactividad- escribió una carta al filósofo Eric Gutkind el 3 de enero de 1954 donde establecía sus puntos de vista sobre Dios y la religión. "La palabra Dios no es más que la expresión y el fruto de la debilidad humana, y la Biblia, una colección de honorables leyendas primitivas, las cuales, no obstante, son bastante pueriles", decía el científico en la carta. Pese a ello se discute todavía la religiosidad de Einstein.

Muchos creyentes atribuyen a Dios la existencia de todas las cosas y una bondad infinita, mientras que otros lo imaginan intransigente y vengativo.

Mientras el presidente venezolano Hugo Chávez atribuye al cristianismo conceptos socialistas, y llega a afirmar que Jesucristo fue el máximo revolucionario, su colega el presidente de Colombia, Alvaro Uribe, le atribuye un papel justiciero que complementa las bombas que su ejército lanza sobre las guerrillas izquierdistas.
En un estilo irreverente e insultante, Uribe sostuvo que la muerte del líder de las FARC, Manuel Marulanda, se debió a la ayuda divina.

"Si la Fuerza Pública de la Patria se hubiera quedado en la piscina del Comando Aéreo de Apiay, en Villavicencio, Nuestro Señor no habría hecho ese milagrito" dijo en un discurso durante la ceremonia de ascenso a generales de la policía.

"Nuestro Señor vio el esfuerzo de los soldados y policías de la Patria, de la Fuerza Aérea y dijo: 'A estos les ayudo'. Y por eso les ayudó".

El presidente colombiano aseguró que "antes de esa defunción hubo una acción militar contra el terrorismo de gran importancia", en referencia a 31 operaciones y 296 bombas que, según dijo, destruyeron más de 60 objetivos y 66 campamentos. "Y entonces el de arriba -insistió- vio que había constancia, dedicación y abnegación a la patria y dijo les voy a ayudar y ayudó a producir el resultado".

En resumidas cuentas, Dios mató a Marulanda para apoyar los bombardeos del ejército y apoyar la guerra de Estados Unidos y Colombia contra las guerrillas. Seguramente una opinión que no compartiría el cura guerrillero Camilo Torres.