Escribe Frei Betto
Querida Marina:
¡Caíste de pie! Traes en la sangre la efervescente biodiversidad de la selva amazónica. Tu corazón se dibuja en el formato de Acre y en tus oídos resuena el grito de alerta de Chico Mendes. Corre por tus venas el curso caudaloso de los ríos ahora amenazados por quienes ignoran tu valor y el significado de sustentabilidad.
En la Explanada de los Ministerios, como ministra del Medio Ambiente, tú eras la Amazonía mestiza, indígena, mujer. Muchas veces, al oír tu voz clamar en el desierto, me pregunté hasta cuándo aguantarías. No te merece un gobierno que se rodea de latifundistas y cómplices de la masacre de yanomanis. No te merecen quienes miran impasibles las densas humaredas volatilizando nuestra selva para abrir espacio al ganado, a la soya, a la caña, a la tala irresponsable de maderas nobles.
¿Por qué fuiste excluida del Plan Amazonía Sustentable? ¿A quién beneficiará ese plan: a los ribereños, a los pueblos indígenas, a los vagabundos, a los huleros, o a las compañías mineras, hidroeléctricas, madereras y del agronegocio? ¿Cuántas derrotas sufriste en el gobierno? Luchaste sin gloria para impedir la importación de llantas usadas y evitar transformar nuestro país en basurero de las naciones metropolitanas; para evitar la aprobación de los transgénicos; para que se cumpliese la promesa histórica de reforma agraria.
No te dieron los recursos necesarios para ejecutar el Plan de Acción para la Prevención y Control de Tala de la Amazonía Legal, aprobado por el gobierno en el 2004. Entre 1990 y 2006 el área de cultivo de soya en la Amazonía se expandió al ritmo promedio de 18% al año. La cabaña ganadera se multiplicó 11% al año. Los satélites del INPE (Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales) detectaron, entre agosto y diciembre del 2007, la tala de 3.235 km2 de selva.
Es importante notar que los satélites no contabilizan las quemas sino solamente el corte rasante de los árboles. Por tanto, ni se puede echar la culpa a la sequía prolongada del segundo semestre del 2007. Como los satélites no captan casi un 40% del área devastada, el mismo gobierno estima que 7.000 km2 han sido talados. Mato Grosso es responsable del 53.7% del estrago; Pará del 17.8%; Rondonia del 16%. Del total de emisiones de carbono del Brasil el 70% resultan de las quemas en la Amazonía.
¿Quién será castigado? Todo indica que nadie. La bancada ruralista en el Congreso tiene casi 200 parlamentarios, un tercio de los miembros de la Cámara de Diputados y del Senado. Y, en año de elecciones municipales, no hay ningún indicio de que los gobiernos federal y estadual pretendan infligir cualquier castigo a los dueños de las motosierras con poder de abatir árboles y elegir ($) candidatos.
Tú eras, Marina, un estorbo para aquellos que conmemoran, jubilosos, tu dimisión: los transgresores del medio ambiente, los mismos que repudian la propuesta de prohibir en Brasil la fabricación de placas de amianto y consideran que "el indio atrasa el progreso". Defendiste con osadía nuestras selvas, biomasas y ecosistemas, incomodando a quien no piensa sino en cifras y lucros, de espaldas a los derechos de las generaciones futuras.
Tus pasos, Marina, siempre estuvieron guiados por la ponderación y la fe. En tu corazón nunca encontró refugio la sed de poder, el apego a los cargos, la adulación a los poderosos, y tu bolsa no conoce el dinero producido por la corrupción.
Regresa a tu sillón en el Senado. Acuérdate allí de tu colega Cicerón, de quien estás separada por siglos, pero unida por la coherencia ética, la justa indignación y el amor al bien común. Cicerón se esforzó para que Catalina admitiese sus graves errores: "Es hora, créeme, de que cambies esas disposiciones; desiste de los crímenes y de los incendios. No tienes escapatoria. Todos tus planes son para nosotros más claros que la luz del día. ¿En qué país del mundo estamos, en definitiva? ¿Cuál es nuestro gobierno?"
Haz resonar allí todo lo que conociste como ministra. No temas, Marina. Las generaciones futuras te agradecerán y reconocerán tu inestimable mérito.
Frei Betto es sacerdote y escritor brasileño, autor entre otros libros de Bautizo de Sangre.
Traducción del portugués de J.L.Burguet
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