inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 25-Abril-2008

El ex obispo Fernando Lugo triunfó en las elecciones presidenciales
con más del 40% de los votos

Paraguay tiene cura

 

Ernesto Tamara.
El ex obispo Fernando Lugo, candidato de la Alianza Patriótica por el Cambio (APC) ganó ampliamente las elecciones presidenciales en Paraguay, quebrando 61 años de gobierno del Partido Colorado y abriendo, por primera vez, a su país a la integración de los pueblos latinoamericanos.


En una rueda de prensa el vicepresidente del Tribunal Supremo de Justicia Electoral (TSJE) de Paraguay, Juan Manuel Morales, confirmó que Lugo ganó la elección con 40,8% de los votos, seguido por la candidata oficialista Blanca Ovelar que obtuvo 30,8% y el general retirado Lino Oviedo con el 22,0%. Pedro Faddul se hizo con el cuarto lugar con el 2,38%, mientras Sergio Martínez, Horacio Aliano y Julio López no alcanzaron el punto porcentual. El resultado fue proporcionado con el 92% de las mesas electorales escrutadas.


En los comicios participó el 65% de los votantes del padrón electoral, es decir, un millón 716 mil 690 ciudadanos, y se eligieron presidente y vicepresidente de Paraguay, 45 senadores, 80 diputados, 18 representantes al Parlamento del Mercosur, 17 gobernadores departamentales y 214 miembros de juntas departamentales. El resultado definitivo recién será dado a conocer el 23 de mayo, y el nuevo presidente asumirá el 15 de agosto.


Un paso a la integración
Para bien o para mal, Paraguay estuvo aislado del continente desde los inicios de su vida independiente. Gaspar de Francia y después Francisco Solano López, optaron por aislar al país de las disputas de lo que antes era el virreinato del Río de la Plata, que integraba junto a lo que después fue Argentina y Uruguay.
La primera inserción a la región fue sangrienta, a través de la guerra de agresión de la llamada Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) e impulsada por la corona británica. En cinco años exterminaron la mayoría de la población masculina mayor de 12 años.


Los sucesivos gobiernos continuaron con ese aislamiento, en especial, la dictadura del general Alfredo Stroessner (1954-1989), al punto que el escritor Augusto Roa Bastos, definió a su país como una isla en medio del continente.


El segundo intento de integración a la región fue en el 1991, cuando Paraguay se incorporó al Mercado Común del Sur (Mercosur) pero en un planteo neoliberal que dejaba de lado la integración real de los pueblos.
Ahora, con la victoria de Fernando Lugo, la oportunidad de la integración regional se potencializa.


A principios de marzo, al visitar Buenos Aires y al ser recibido por la presidenta Cristina Fernández, dijo que "no queremos seguir desentonando en el concierto de las naciones, queremos integrarnos a esa gran América Latina progresista, esa América Latina de San Martín, Bolívar. Esa América Latina grande, integrada, unida, y ese sueño lo queremos hacer realidad pronto", dijo. Enseguida prometió que "haremos un Gobierno abierto al mundo, a las nuevas tendencias, a un Mercosur con mayor simetría y a otras regiones. Recuperamos nuestra dignidad como nación".


Ahora, con el triunfo de Lugo, los cuatro países del Mercosur tienen gobiernos considerados "progresistas", aunque esa definición todavía está por concretarse en los hechos.


Una de las tareas pendientes del Congreso paraguayo será precisamente el ingreso de Venezuela como miembro pleno al Mercosur. Sólo los parlamentos de Brasil y Paraguay no han acordado la incorporación de Venezuela.


Con este cambio en Paraguay también se hace más probable que Bolivia, hasta ahora miembro asociado al Mercosur junto a Chile, decida ingresar al acuerdo regional.


Festejo en Asunción
Apenas conocidos los primeros resultados, miles de personas se volcaron a las calles para festejar, concentrándose en el centro histórico de Asunción, después de una jornada de relativa calma, pese a los augurios extremistas del presidente de la república, Nicanor Duarte, que había denunciado la presencia en el país de extremistas extranjeros dispuestos a provocar actos de violencia en respaldo de Fernando Lugo.
Con una bandera paraguaya sobre sus hombres, Fernando Lugo salió a festejar y agradecer el apoyo recibido.


"Este es el Paraguay que yo sueño, de muchos rostros y de muchos colores'', dijo a sus adherentes, en alusión a la coalición opositora que lidera, integrada por 10 partidos y 20 organizaciones sociales, sindicales y de campesinas. Lugo, que previamente había anunciado que gobernaría con las personas más idóneas, sin importar su procedencia política, reclamó el respaldo popular a su gestión. "Les pedimos que nunca nos dejen solos, la democracia la haremos juntos", instó Lugo a la multitud congregada.


"Ustedes son culpables de la alegría de la mayoría del pueblo paraguayo en el día de hoy" repitió a sus seguidores.


"Gracias por acompañarnos desde el inicio de esta experiencia de la gente pequeña, de esta experiencia humilde, modesta", Subrayó.


Antes de conocer los resultados, el ex obispo había destacado el papel cumplido por la coalición que los candidateó. "Hemos escrito una página nueva en la historia política nacional y espero que podamos celebrar todos juntos".


"Estamos convencidos que los paraguayos tienen derecho a mejores condiciones de vida. Lo hemos sentido en el dolor, en las lágrimas de tantas madres, en el desencanto de tantos jóvenes y en el sufrimiento de tantos niños", añadió en tono calmo.


En rueda de prensa, el candidato de Alianza Patriótica para el Cambio (APC) exclamó que "hace unos meses nadie soñaba que ésto podía ocurrir, que un grupo de soñadores políticos podíamos juntarnos y poner al país en primer lugar".


"Mucho se ha dicho antes de las elecciones. Se ha atemorizado a la población diciendo que se iban a dar con actos de violencia. Pero concluimos la jornada en paz. Felicito el comportamiento ejemplar de la mayoría de los que acudieron a las urnas", subrayó Lugo.


El ex obispo indicó que "recorriendo toda la geografía nacional percibíamos un sentir unánime en todos los estamentos sociales: la palabra mágica era cambio".


Lugo recordó que La Alianza Patriótica para el Cambio creció muy rápido: "hoy, antes de cumplir ocho meses desde la firma del compromiso partidario aquel 27 de agosto, hemos cumplido la osadía de querer ser gobierno de la República del Paraguay".


Lugo señaló a los "ciudadanos sencillos" como los "responsables genuinos de este cambio para que nuestro país no sea recordado por su corrupción ni pobreza; sino por su honestidad, por su eficiencia."


Una tarea nada fácil
Paraguay tiene una población de poco más de 6 millones de habitantes y es uno de los pocos países de Sudamérica donde se mantiene viva la lengua indígena, guaraní, que la habla más de la mitad de la población.
El país, dominado por una oligarquía siempre aliada a las Fuerzas Armadas, está ubicado entre los países más corruptos, y el 38% de la población está en situación de pobreza, extremo que se agrava en la población rural. Cifras oficiales indican que cerca de un 80 por ciento de la población rural vive en condiciones de pobreza, mientras el 70 por ciento de los terrenos productivos están concentrados en el 2,5 por ciento de los propietarios.


El 37,4 por ciento de la población económicamente activa presenta problemas de empleo (el desempleo abierto llega al 15,9 por ciento y el subempleo total al 22,1), la proporción de población analfabeta de más de 15 años llega al 7 por ciento a nivel nacional (10 por ciento en el medio rural y 4,5 entre los jóvenes) y el 58 por ciento de los habitantes del campo carece de documento de identidad.


Su PBI apenas pasa de 9.000 millones de dólares, lo que arroja un promedio por habitante de 1.430 dólares.
Para superar esta situación, la Alianza Patriótica para el Cambio adelantó un programa de gobierno que en líneas generales, es bastante similar al que llevaron al gobierno a los presidentes Lula Da Silva en Brasil, Tabaré Vázquez en Uruguay y Cristina Fernández en Argentina, aunque con un poco más de acento en la producción agropecuaria, y el rescate de la soberanía en la producción de energía eléctrica de las represas binacionales de Itaipú y Yaciretá.


En su primera conferencia de prensa, Lugo anticipó también la necesidad de una reforma constitucional, que aseguró promoverá el próximo año, para reformar el Estado y asegurar la independencia del poder judicial. Incluso podría incluir la reelección presidencial, ya que no rechazó la idea cuando fue consultado.


El programa de gobierno presentado a los electores proponía un plan de ayuda a los campesinos, distribución de tierras y líneas de crédito y apoyo a la producción, así como programas para combatir la pobreza de forma inmediata a través de subsidios y creación de empleos.


Una parte fundamental para el desarrollo de estos programas es la renegociación de los contratos de las hidroeléctricas de Itaipú y de Yaciretá -firmados por la dictadura de Stroessner y por las dictaduras militares de los dos países vecinos, Argentina y Brasil respectivamente- para obtener recursos que los sustenten.


Entre los proyectos presentados se destacan:
Creación de empleos para 100 mil familias desocupadas, en trabajos comunitarios y en obras públicas, que costarán 300 millones de dólares por año.
Pensiones para 200 mil personas de la tercera edad, con un gasto total de 150 de millones de dólares anuales.
Créditos subsidiados para la producción por un monto de 150 millones, que generarán 18 mil nuevos puestos de trabajo por año.
Construcción de 40 mil casas por año, a un costo de 200 millones de dólares y creación de 50 mil nuevos puestos de trabajo al año.
Construcción de carreteras, obras sanitarias e infraestructura por 200 millones de dólares al año, creación de 50 mil puestos de trabajo anuales.
Contratación de 30 mil profesores para mejorar la educación, a un costo de 60 millones de dólares por año.
Construcción de 20 mil nuevas aulas por año, a un costo de 60 millones de dólares por año, creando 15 mil puestos de trabajo anuales.
Mejora de la educación primaria, media y técnica, con una inversión de 40 millones de dólares al año e incremento salarial para 10 mil profesores.
Apoyo a la investigación y a la cultura, utilizado 40 millones de dólares por año y generando 2 mil puestos de trabajo anuales.
Contratación de 10 mil enfermeros para atención primaria de la salud, con un gasto de 40 millones de dólares al año
Compra de medicamentos por 50 millones de dólares al año para atención gratuita de salud.
Inversión en centros de salud por 40 millones de dólares anuales, creación de 10 mil nuevos puestos de trabajo al año.
Distribución de 30 mil lotes de tierra para campesinos e indígenas por año, con un costo de 90 millones de dólares anuales.
Asistencia técnica y crediticia a 300 mil familias campesinas indígenas, inversión de 90 millones de dólares anuales
Tarifa del agua social para 800 mil familias, costo de 40 millones de dólares por año.
Tarifa eléctrica gratuita para 400 mil familias y tarifa social para otras 400 mil familias, costo: 40 millones de dólares por año.


Tarifa eléctrica productiva reducida para 50 mil pequeños productores, costo: 30 millones de dólares anuales.
Mejoramiento de redes eléctricas para 800 mil usuarios rurales y suburbanos, costo: 80 millones de dólares por año.


Para financiar estos proyectos, Lugo pretende elevar la recaudación del gobierno, con la renegociación de los contratos de Itaipú y Yaciretá, en 1800 millones de dólares. Para ello deberá sentar en la mesa de negociaciones a los gobiernos de Argentina y Brasil, tarea nada fácil según ha descubierto el presidente de Bolivia Evo Morales al intentar renegociar la venta de gas a esos países. En esta ocasión, el Mercosur será sometido nuevamente a prueba.


Por otra parte Lugo deberá lidiar con los legisladores de su coalición, integrada por partidos tradicionales como el Radical Liberal, vinculado a un sector de terratenientes, el Partido Febrerista de la vieja socialdemocracia, el Movimiento Político Tekojoja vinculado al campo y también de tendencia socialdemócrata, el Partido Comunista, y otras agrupaciones radicales y sindicatos urbanos y rurales de distintas fuerzas.


Además deberá enfrentar una oposición integrada por el partido Colorado, que deberá dejar el gobierno después de 61 años y que le dejará una burocracia partidaria instalada en el aparato del Estado, y la oposición de Unace de Lino Oviedo, también surgido del tronco del coloradismo, y que este mismo domingo le advirtió a Lugo que la gobernabilidad del país "pasa por el entendimiento armónico de todos los actores políticos".


Al reconocer el triunfo de Lugo, el ex general Lino Oviedo le recomendó que "medite de que solos no podrán gobernar este país. Está el Senado, están los diputados".


Para matizar lo que parecía una amenaza o una propuesta de negociación, precisó que "en todo lo que ellos hagan en bien del pueblo paraguayo sin discriminación, sin centralización, con la libertad de culto, el partido Unace que yo presido va a acompañar todo lo que sea para el bien común del pueblo paraguayo".


Felicitaciones y saludos interesados
Este lunes comenzaron a llegar las primeras felicitaciones al presidente electo.


Como símbolo de los nuevos tiempos, la primera llamada de un mandatario extranjero fue la del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.


Según un comunicado de la cancillería venezolana, Chávez llamó por teléfono a Lugo y acordaron encontrarse lo antes posible para impulsar la Unión Suramericana.


Según la cancillería de Caracas, Chávez y Lugo hablaron por teléfono "después de saberse su triunfo en las elecciones y coincidieron en seguir construyendo la unidad sobre la base de la reivindicación de la historia de la lucha de nuestros pueblos".


"Ambos presidentes manifestaron su deseo de encontrarse lo más pronto posible para conversar sobre los planes de cooperación y complementariedad".


"Ya veremos"
Por su parte, la Casa Blanca fue muy comedida en sus comentarios, y por supuesto, nadie llamó a Lugo para felicitarlo.


"En efecto, el señor Lugo ha sido declarado ganador de esa elección, esperamos trabajar con él y su nuevo gobierno" , dijo el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Tom Casey.


"Seguro, tendremos una oportunidad de trabajar con el nuevo gobierno, evaluar sus políticas, al menos en términos de su impacto en Estados Unidos, después de que ellos tengan realmente la oportunidad de formularla e implementarla" , dijo.


Es que Estados Unidos ha sostenido durante meses tropas en territorio paraguayo con la excusa de que realizaban maniobras de entrenamiento y asesoramiento, y en algún momento se manejó la posibilidad de establecer una base militar permanente en este país sudamericano. El actual presidente Nicanor Duarte llegó a acordar con el gobierno de Estados Unidos la inmunidad para los 400 soldados norteamericanos que participan en forma casi permanente en maniobras en su territorio.


Ahora, con la reforma constitucional en Ecuador que prohibe la instalación de bases militares extranjeras en su territorio, y por consiguiente el cierre de la base de Manta, Estados Unidos tenía interés en trasladar a Paraguay los aviones de vigilancia AWACS.


El gobierno de Estados Unidos ha insistido muchas veces en el supuesto peligro que representa la triple frontera en Paraguay, y ha denunciado celulas terroristas árabes en Ciudad del Este.


Sin embargo, para analistas locales, el interés norteamericano está en controlar el acuífero subterráneo Guaraní, una de las mayores reservas de agua potable que abarca gran parte del territorio paraguayo y de los países vecinos. Además, Paraguay está cerca de los yacimientos de gas del norte de Argentina y es vecina de Bolivia, también un importante centro de reserva de gas natural.


Renegociar o no
Para el presidente electo era importante la posición de Brasil, en especial por su interés por renegociar el tratado de uso de la hidroeléctrica de Itaipú.


Desde Ghana, en una escala de su gira en Africa, Lula anunció que mandó un telegrama de felicitaciones a Lugo.


"La democracia ganó en Paraguay, y Paraguay, con seguridad, consolidará cada vez más su proceso democrático. Es importante recordar que en Paraguay había un partido que gobernaba hace sesenta o setenta años. Hubo un cambio y, si ese cambio fue voluntad del pueblo, merece todo el respeto" , dijo Lula.


Pero el mandatario brasileño dejó en claro que no pretende revisar el tratado de la hidroeléctrica binacional de Itaipú, que rige hasta 2023, y del que el presidente electo paraguayo ha reclamado cambios para cobrar más cara la energía que vende a Brasil."En Itaipú tenemos un tratado y se va a mantener" , dijo Lula. "El tratado no cambia" , enfatizó.


Brasil consume el 95% de la energía generada en Itaipú, la mayor hidroeléctrica del mundo en funcionamiento, y compra a Paraguay la parte que le corresponde y no consume.


Aun así, Lula sugirió que Brasil pretende seguir impulsando acuerdos de desarrollo con el país vecino y socio en el Mercosur, que ambas naciones integran junto a Argentina y Uruguay. "Tenemos mucho que seguir conversando con Paraguay, y vamos a seguir conversando" , afirmó Lula.


Por otra parte, el teólogo y activista brasileño Frei Betto, que acompañó a Lugo en Paraguay, dijo que el gobierno de Brasil le habría asegurado que podría renegociar ese contrato. "Lula tiene gran simpatía por Lugo y estaría abierto a revisar el tratado" de Itaipú, dijo Frei Betto, según el diario Folha de Sao Paulo.



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