Quizá para los italianos no fue una sorpresa que Silvio Berlusconi resultara vencedor en las elecciones del domingo pasado y que por tercera vez tenga en sus manos el gobierno del país. No parece ser igual para la opinion pública internacional que no entiende cómo pudo obtener el voto mayoritario de la ciudadanía un político tan turbio y derechista, con innumerables juicios por corrupción y que a nivel internacional integra la galería de los grandes mediocres y payasos que han llegado a ser gobernantes gracias al poder del dinero y de la manipulación mediática.
El retorno de Berlusconi seguramente no tiene sólo una explicación, sino la suma de muchos otros factores que abonaron la derrota del principal candidato que se le oponía, el centrista y ex comunista Walter Veltroni, y la desaparición de la izquierda -por primera vez en muchas décadas- del parlamento.
Para la vuelta al poder, Berlusconi armó un nuevo producto electoral, que sus publicistas bautizaron esta vez como "Pueblo de la Libertad", con la compañía de los neofascistas de Alianza Nacional y la ultra derechista y xenófoba Liga Norte.
Giovanni Sartori, un politólogo conocido piensa que la razón de que el magnate haya resultado ganador está en que "es un actor muy bueno que controla los medios de comunicación y lo sorprendente es que la izquierda le haya permitido seguir controlando los medios" y "en esas condiciones, ganaría incluso yo", dijo.
Cabe anotar aquí, que Veltroni por su parte no quizo construir una alianza electoral con todo el espectro de centro izquierda del país como había sucedido en ocasiones anteriores, presentándose en solitario ahora con el Partido Democrático y en alianza con el grupo político del ex juez anticorrupción Antonio di Pietro. En la campaña electoral el candidato del PD optó por mantener un tono blando y bien educado, evitando contestar la campaña de fuertes agravios que usó Berlusconi y sus adláteres de PDL.
Frente a la bancarrota de varios gobiernos de centro-izquierda que no hicieron mucho por cambiar los aspectos más salientes de la "revolución neoconservadora", que introdujo Berlusconi en sus anteriores gobiernos entonces con Forza Italia (1996, 2001), los italianos sumidos en el desencanto y la atomización de la izquierda poscomunista, al parecer no pudieron resistir una vez más el mensaje de aquel que se presentó por primera vez en 1994 como "el empresario hecho a sí mismo que podía enriquecer a todos los italianos".
Para empezar, il Cavaliere Berlusconi ya anunció que pondrá en vigor la ley Bossi-Fini de inmigración: "cerraremos las fronteras y estableceremos campos (de detención) para identificar a los extranjeros sin empleos y comenzaremos a devolver a sus países a los inmigrantes extracomunitarios de los países del Adriático y del Mediteráneo", dijo. También aseguró que volverá a la arena internacional porque es el más experiente: "Todos me pedirán consejos para saber cuál es la solución sabia y justa" dijo "modestamente" en un mitin electoral este nuevo sorpasso.
Según él, su gobierno le va a meter urgentemente mano a la crisis económica en que "dejó sumida a Italia la izquierda" y modernizará la Justicia para que sea "más rápida y justa". Para ello Berlusconi, que ha sido procesado 93 veces sin ser nunca condenado(!) establecerá la separación física de las carreras: jueces y fiscales no trabajarán juntos en el mismo edificio y no se verán hasta el juicio, "para evitar que los jueces sean presionados por los fiscales".
Actualmente Silvio Berlusconi posee un patrimonio personal de alrededor de 12 mil millones de euros que lo ubica entre los 30 más ricos del mundo, controla monopólicamente el sistema televisivo comercial de Italia, diarios, revistas y editoriales, que se engulló cambiando fraudulentamente leyes a su favor cuando fue primer ministro en ocasiones anteriores.
Por lo pronto Italia quedará por ahora, con un régimen parlamentario bipartidista, dominado cómodamente por la derecha más derechista. Y una izquierda disminuída electoralmente y atomizada, que tendrá que mirar seriamente para qué le ha servido tantos aflojes y acomodos de centro-derecha.
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