Escribe Ernesto Tamara.
El pasado 18 de marzo México recordó el 70 aniversario de la nacionalización de los recursos petroleros, y más que un día de festejo, fue una jornada de lucha contra los renovados intentos del gobierno derechista de Felipe Calderón de iniciar la privatización de la petrolera paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), quizás la única en el mundo que presenta pérdidas pese al auge del precio del crudo. Desde Estados Unidos se reclama que a través del Tratado de Libre Comercio, México debe abrir la petrolera estatal a asociaciones con privados.
Los dos gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN), primero con Vicente Fox y ahora con Felipe Calderón, han sido "modelos" del neoliberalismo en la región, y los dirigentes partidarios han encabezado la sección latinoamericana de la internacional de partidos de derechas. Líderes del PAN han organizado y participado en congresos regionales destinados a atacar el proceso revolucionario en Venezuela, y para influir en los líderes locales con la prédica del neoliberalismo.
Por el tamaño económico y político de México, su tradición nacionalista, el resultado de la gestión del PAN por privatizar los recursos energéticos -comienza ahora con el petróleo pero seguirá con la electricidad- es trascendental para la lucha de los pueblos latinoamericanos por su soberanía.
Aunque el presidente Felipe Calderón subrayó que "Hoy como hace 70 años, el petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos; seguiremos ejerciendo plena soberanía sobre nuestros hidrocarburos", a través de la apertura a asociaciones con privados se comienza a abrir la puerta a las privatizaciones, según entiende la oposición, sindicatos y hasta ex presidentes de la república.
Sin emabargo, en noviembre del 2005, en plena campaña electoral, Calderón declaró a la prensa estadounidense la voluntad de abrir el sector energético a la iniciativa privada, incluso a la exploración y extracción de hidrocarburos (aunque esté prohibido por el artículo 27 de la Constitución). En posteriores declaraciones, el Presidente corrigió sus declaraciones y anunció que la Presidencia reestructuraría la compañía estatal contratando a "consejeros industriales privados".
Legisladores del partido de gobierno, con respaldo de algunos diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) presentarán en estos días un proyecto de ley para habilitar asociaciones con privados y hasta la puesta a la venta de algunos aspectos de la industria petrolera, todo con el argumento de que son necesarias inversiones millonarias para salvar la industria, y que el Estado no puede sustentar.
En los últimos tres aniversarios, han crecido las presiones para privatizar la petrolera mexicana. En este último festejo, legisladores oficialistas presentan la asociación con empresas privadas, extranjeras, como la única alternativa para salvar a Pemex.
Desde la asunción del Partido Acción Nacional (PAN) al gobierno en México, a través de Vicente Fox en el 2000, y ahora con el gobierno de Felipe Calderón, la situación de la empresa paraestatal no ha hecho más que agravarse.
Las reservas de petróleo conocidas han disminuído constantemente y no se exploran nuevos yacimientos ni se certifican posibles reservas, y algunos técnicos sostienen que de mantenerse la actual situación, en nueve años se acabará la producción. Además, pese al creciente aumento del precio internacional del crudo, Pemex sólo acumula pérdidas, y el Estado mexicano, que financia más del 30% de su presupuesto con el cobro de impuestos a Pemex, ve peligrar su fuente de ingresos.
Una crisis largamente anunciada
Por lo menos de 2005, en cada aniversario de la nacionalización del petróleo, el gobierno insiste en que la situación es grave y que se necesita reaccionar de inmediato.
En marzo de ese año, el diario La Jornada publicó que las reservas probadas de hidrocarburos cayeron en seis años un 45.8 por ciento, al pasar de 32 mil 613 millones de barriles en 2001 a 17 mil 645 millones a principios de este año.
Vicente Fox asumió como presidente de México el 1 de diciembre de 2000, rompiendo con más de 70 años de supremacía del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Junto al dato, el diario mexicano reproducía declaraciones del ex director de la Facultad de Economía, Guillermo Ramírez, que manifestó que la caída de casi 46 por ciento de las reservas probadas de hidrocarburos durante la administración foxista denota que el gobierno federal "no ha invertido en transformar las reservas probables en probadas, lo cual es parte de una estrategia para abrir el sector energético al extranjero".
Ese es el objetivo, insistió. ''Lo que se quiere es regalar la Comisión Federal de Electricidad y vender Pemex. Para el gobierno de (Vicente) Fox palabras como independencia, soberanía y patria no significan nada.''
El economista recordó que "el director de Pemex, (Luis) Ramírez Corzo, dice que la carga fiscal de la empresa es de 75 por ciento. La pregunta es: ¿para qué le quitan tanto a la paraestatal? El ingreso por barril, ¿adónde se va? Se lo quitan a Pemex y luego esa cantidad va a una reserva, ¿y dónde está la reserva? En Estados Unidos cobrando intereses. ¿De cuánto?"
Poco antes, el entonces director de Pemex, en el 67 aniversario de la expropiación petrolera, sostuvo que la empresa tuvo pérdidas por 170 mil millones de pesos desde 1988 a la fecha, lo que la convertía en la petrolera más endeudada del mundo.
Según el periódico estadounidense Forbes, Pemex es la cuadragésima industria más grande en el mundo en tamaño, aunque en el 2006 se situó en el 4º puesto entre las compañías con mayores pérdidas (7.000 millones de dólares).
El pasado mes de noviembre, el ex director de Pemex, Francisco Rojas Gutiérrez, ofreció una conferencia en la Universidad Autónoma de México (UNAM) y denunció que la crisis que enfrenta Petróleos Mexicanos se acentuó durante la Administración del ex Presidente Vicente Fox (2000-06), quien endeudó a la paraestatal.
Para evitar la anunciada crisis total es necesario que el país absorba la deuda que se tiene, además de invertir en el crecimiento de la empresa.
"Las autoridades, particularmente del sexenio anterior, no hicieron nada por salvar la empresa, la crisis de Pemex ya está a la vuelta de la esquina", mencionó.
"(El problema) es que durante la Administración foxista se continuó con la política de privilegiar la producción y no dar un valor agregado".
Rojas Gutiérrez dijo que de no actuar de inmediato para fortalecer a la empresa mexicana, sólo se tendrán nueve años de reservas petroleras en el país.
40% de la gasolina es importada
El pasado año, días después de la celebración del 69 aniversario, la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados analizó la situación energética con la secretaria (ministra) de Energía, Georgina Kessel. La funcionaria del gobierno de Felipe Calderón dijo que para rescatar Pemex se necesitaba inversiones por más de 106 mil millones de dólares.
La titular de Energía les recordó a los diputados que México importa el 38 por ciento de la gasolina que consume (unos 270 mil barriles de gasolina diarios) y que desde 1979 el país no ha construído nuevas refinerías. Dijo que para refinar en el país el combustible que se importa, se necesataría invertir entre 7 y 8 mil millones de dólares.
Kessler alarmó a los legisladores al sostener que los yacimientos están en declive. "Cantarell, nuestro principal yacimiento, que aporta la mitad de la producción, presenta una tasa anual de declinación del 11 por ciento, aproximadamente", apuntó.
El 55 por ciento de la producción de Pemex proviene de yacimientos en declive.
Añadió que la vida media de los yacimientos es de 9.3 años y que la tasa de restitución de reservas es de aproximadamente 40 por ciento, lo que provoca una disminución de la riqueza petrolera.
El yacimiento de Cantarell, uno de los primeros del mundo por su tamaño, está decayendo rápidamente; desde que se consiguió la producción récord de 2 millones de barriles al día se estima que ha habido una bajada anual de entre un 6% y un 8%.
Sin embargo explicó "esto no significa que el petróleo se haya terminado, por el contrario, contamos con un importante potencial de recursos prospectivos cercanos a los 55 mil millones de petróleo crudo equivalente", recalcó.
Pese a esto, el gobierno no ha avanzado en nada en todo este año, y quizás lo único rescatable, son acuerdos con la petrolera brasileña, Petrobras, de comenzar a explorar petróleo en la plataforma submarina. Los brasileños aportarán la tecnología y los técnicos, algo que carece México desde hace mucho tiempo.
La responsable de la Energía no se refirió tampoco a otro aspecto preocupante de la dependencia mexicana de la importación de gasolina: el transporte.
En este 70 aniversario, el presidente del Frente Unido de Marinos Mercantes FUMMAC, Víctor Martínez Rodríguez, pidió al gobierno federal que renueve la flota mayor de buquetanques de Pemex en tráfico de cabotaje, hasta erradicar la abusiva dependencia en que se encuentra actualmente la marina mercante nacional, con sólo seis buques de bandera mexicana.
"El fletamento de banderas extranjeras ha creado otro nivel especial de precios de los fletes marítimos para Pemex hasta elevarse 35 por ciento, muy por arriba del imperante, esto ha creado el monstruo de la especulación en los mercados de los intermediarios mexicanos y extranjeros en la marina mercante nacional", dijo.
Cercos ciudadanos contra la privatización
El pasado martes, miles de mexicanos se concentraron en el Zócalo capitalino para conmemorar el 70 aniversario de la nacionalización del petróleo y rechazar las presiones para la privatización directa o encubierta de la empresa petrolera estatal.
En la convocatoria del Movimiento Nacional en Defensa del Petróleo participó el líder opositor de izquierda Manuel López Obrador y otros dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), la principal fuerza de oposición mexicana.
Claudia Sheinbaum, una de las colaboradoras de López Obrador en temas de Patrimonio Nacional emplazó a la secretaria Federal de Energía, Georgina Kessel, a un debate público sobre lo que llamó la eventual privatización de la industria petrolera.
"Señora Kessel traiga a sus técnicos españoles y gringos; nosotros estaremos junto a los técnicos mexicanos de Pemex", expresó.
Sheinbaum se refirió también a una serie de movilizaciones ciudadanas que serán convocadas, a manera de resistencia civil pacífica, para impedir que se legisle cualquier reforma privatizadora de Petróleos Mexicanos lo que incluye una protesta ante la Cámara de Diputados.
Por otro lado se acordó una serie de movilizaciones -cercos ciudadanos- para evitar que la industria petrolera llegue a manos de capitales extranjeros. La primera de estas acciones se realizará en la Cámara de Diputados o en la de Senadores para evitar la presentación de la propuesta legislativa de reforma.
Si con tales movilización se mantiene la intención privatizadora, estos cercos se ampliarían a diferentes puntos estratégicos del país como aeropuertos, carreteras, instalaciones financieras y de Petróleos Mexicanos (Pemex), así como un "paro patriótico nacional ".
Precisó que en la asamblea informativa de la próxima semana se detallarán las acciones de esta lucha ciudadana: "No podemos quedarnos con los brazos cruzados. Vamos a defender el petróleo", manifestó.
En tanto, el presidente nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Leonel Cota, dejó en claro que tanto el partido como los legisladores que conforman el Frente Amplio Progresista se mantendrán en la "línea de movilización" del petróleo.
Al exponer las razones por la defensa del recurso, Cota externó: "mienten cuando dicen que la inversión privada la necesitan solamente para explorar los yacimientos del Golfo de México. Mienten igual que lo hiciera el gobierno con la industria ferrocarrilera y posteriormente con el sector carretero. Mienten cuando dicen que Pemex requiere inversión privada".
No volveremos al siglo XIX, dijo, y por ello, el pueblo mexicano debe impedir que se consuma lo que calificó una "afrenta nacional".
Calderón niega la privatización
Mientras, en otro punto del país, el presidente Felipe Calderón insistió en que no piensa privatizar Pemex, y anunció que se comenzará a estudiar la construcción de una nueva refinería en el país para terminar con la dependencia de importaciones de derivados. Calderón recordó que siendo un país petrolero, México importa un 40 por ciento de la gasolina que consume, mientras la producción actual no alcanza los estándares internacionales en materia ambiental que hay que cumplir.
Tras sostener que Pemex no será privatizado, Calderón llamó a la oposición a un diálogo abierto, objetivo y sereno para encontrar alternativas encaminadas a fortalecer la industria petrolera y con ello al país.
"La pregunta que hoy debemos plantearnos no es si nuestro petróleo seguirá siendo nuestro o no. Lo he dicho y lo reiteró: el petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos. La pregunta relevante que debemos plantearnos es cómo vamos a aprovechar mejor nuestros recursos petroleros", dijo.
El presidente también se refirió al atraso tecnológico de Pemex, la falta de técnicos y de formación de los mismos. Por ello dijo, había que buscar "soporte técnico y operativo" de empresas especializadas, es decir de empresas privadas.
"Exploremos alternativas sin afectar la propiedad de la nación sobre sus recursos ni la soberanía energética ni la rectoría del Estado en esta y otras materias" explicó.
Calderón ha insistido que aceptará lo que el parlamento proponga. Ya se ha anunciado que en estos dos meses, el parlamento analizará la situación de Pemex y propondrá medidas legislativas para cambiar la situación.
La oposición, que prevé que en esta semana se presente un proyecto de ley sobre Pemex, anunció movilaciones en defensa de la soberanía energética. Por su parte, el senador panista, Rubén Camarillo explicó que el tránsito de Pemex por estos 70 años obligan a tomar nuevos derroteros que garanticen el suministro de hidrocarburos para los próximos años y que los cambios que pudieran darse "no significa un paso hacia la privatización", sino abrir algunas áreas de la industria como refinación, transporte y almacenamiento, lo que justifica el temor de la oposición a privatizaciones.
Francisco Labastida, senador priísta. avala alianzas con empresas petroleras multinacionales pero sólo en la exploración y explotación de yacimientos transfronterizos, "más allá considera innecesarias esas alianzas", mientras que Cuauhtémoc Cárdenas advierte que tomará las calles si la posición del Gobierno Federal es privatizar a la industria.
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