Por Odalys Troya.
Más del 70 por ciento de los salvadoreños rechaza el apoyo de su país a la intervención de Estados Unidos en Irak donde han muerto cinco soldados del batallón Cuscatlán y más de 20 han resultado heridos.
El contingente nacional que viajó a escasos 14 días de que el Pentágono iniciara los bombardeos a la nación árabe en 2003, es el único de Latinoamérica que permanece en suelo iraquí, supuestamente para labores humanitarias.
A raíz de la decisión gubernamental de mandar las tropas, según un sondeo de opinión de La Prensa Gráfica en esa fecha, dos de cada tres lectores dijeron oponerse al envío.
Desde entonces la balanza se mantiene inclinada hacia la posición de rechazo, como muestran las más diversas encuestas nacionales.
Con el anuncio del apoyo a la coalición, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) calificó de irresponsable la presencia de militares salvadoreños en Irak.
Esta fuerza política, la principal opositora del país, no sólo desaprueba la presencia de tropas en ese territorio sino que exige su retiro inmediato.
Carlos Alfredo Castañeda, diputado por el FMLN y miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del congreso, ha afirmado que El Salvador al acompañar a Estados Unidos en la ocupación de Irak se erige en cómplice de sus masacres allí.
Al igual que el FMLN, otros actores de la sociedad civil de esta nación centroamericana objetan el apoyo al ejército de ocupación.
Organizaciones humanitarias de la región como el Servicio Paz y Justicia de El Salvador y el Centro para la Promoción de los Derechos Humanos de Honduras, han denunciado que el comando salvadoreño integrado por unos 300 soldados tiene "funciones netamente represivas".
Para reforzar esa afirmación, apuntan que dos de los instructores que han adiestrado al grupo son Steve Casteel y James Steele, "asesores de escuadrones de la muerte que en el pasado operaron en América Latina".
Asimismo, los partidos Centro Democrático y el Frente Democrático Revolucionario también demandan el retiro inmediato del contingente Cuscatlán.
El arzobispo de San Salvador, Fernando Saenz Lacalle, ha instado al ejecutivo a revisar la conveniencia de insistir en el evidente signo de lealtad con Estados Unidos, contraído por el ex presidente Francisco Flores y cumplido por la actual administración de Antonio Saca.
En una entrevista, publicada por el diario alternativo Raíces, el prelado recordó que la prensa internacional destaca con frecuencia que El Salvador es el único país de Latinoamérica con tropas en Irak
"Somos los únicos que quedamos allá, ciertamente la opinión pública mundial está en contra de eso y aquí la mayoría también está en contra, las encuestas lo dicen claramente, dijo.
"Creo que eso es lo interesante, que haya una conciencia colectiva mayoritaria en contra de que tengamos soldados en Irak. Creo que es una señal de salud en la opinión pública, pero desgraciadamente no se escucha esa opinión pública", lamentó. En lo que también coinciden los más diversos sectores de esta nación es que la guerra en Irak nada tiene que ver con El Salvador y lo aleja de sus presupuestos sobre relaciones internacionales.
Ni peticiones formales, ni movilizaciones, ni sondeos de opinión han concienciado al gobierno de Saca sobre el retiro de las tropas de Irak, aún cuando queda demostrado que esa guerra es otro fracaso de la política intervencionista de Washington.
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