Hasta el día viernes pasado las protestas fueron dirigidas contra las empresas Monsanto en Sao Paulo, Syngenta en Distrito Federal, Paraná y Rio de Janeiro, Stora Enso en Rio Grande do Sul, plantaciones de caña de azúcar en Pernambuco, en tanto en los estados de Rondônia, Mato Grosso, Alagoas, Rio Grande do Norte y Pará también tuvieron lugar demostraciones con reivindiciones locales.

Este lunes continuaron las movilizaciones cuando más de mil mujeres de Via Campesina bloquearon las vías de una de las principales líneas ferroviarias de la empresa minera Vale, en el estado de Minas Gerais, para denunciar la construcción de una represa que inundará terrenos equivalente a veinte canchas de fútbol y acusaron a la empresa minera de ser la principal responsable de la destrucción del medio ambiente en Minas Gerais y por el acaparamiento de tierras para realizar plantaciones de eucaliptus a gran escala.

También en Bahía, cerca de 3000 trabajadoras rurales ocuparon la Secretaria de Agricultura, Riego y Reforma Agraria para reclamar el cumplimiento de un petitorio que el movimiento entregara al gobierno el año pasado.
En tanto, en el estado de Marahão las protestas tuvieron lugar frente a las instalaciones de producción de carbón de la Vale, por los perjuicios que ocasiona a la salud de la población local.
En Mato Grosso do Sul las mujeres protestaron contra la empresa Cargill parando la fábrica por algunas horas, mientras que en Ceará cortaron las carreteras para denunciar la transposición del río San Francisco y la empresa de venta productora de semillas Agroeste fue blanco de las acciones de la mujeres en el estado de Santa Catarina.

Reprimen ocupación
El 4 de marzo unas 900 mujeres de Via Campesina ocuparon la haciendo Tarumä a unos 400 km de la ciudad de Porto Alegre, propiedad de Derflin, una empresa pantalla que opera en Brasil para la sueca-finlandesa Stora Enso.

La protesta no solo se motivó por el monocultivo de eucaliptus sino también por el hecho de que la propiedad se encuentra cercana a la frontera con Uruguay y la legislación brasileña prohibe a empresas extranjeras poseer terrenos en una faja de 150 km de las zonas fronterizas con otros países.
Sin embargo, denunciaron las mujeres de Via Campesina, la Stora Enso a través de la operadora Derflin viene comprando terrenos a ambos lados de la frontera para constituir una base forestal de más de 100 mil hectáreas.

La acción fue brutalmente reprimida por la policía de la Brigada Militar con gases lacrimógenos y balas de goma, por orden de la gobernadora Yeda Crusius, resultando heridas unas cincuenta personas. Tampoco se permitió a los periodistas cumplir con su tarea. Posteriormente las mujeres presentaron una denuncia documentada de la agresión ante el Ministerio de Justicia, el Secretario especial de Derechos Humanos, y la primera audiencia de la Comisión Permanente de Defensa de la Mujer en el Senado.
Organizaciones de derechos humanos de todo Brasil se solidarizaron las mujeres de Via Campesina y rechazaron la acción policial.

Multinacional
opera ilegalmente
Stora Enso, la multinacional forestal suecofinlandesa en Brasil compró tierras mediante su empresa Derflin, rama operadora de la multinacional para la producción de materias primas. Según denunció Via Campesina, en el caso de la Derflin también se trata de una empresa extranjera y por lo tanto no ha podido legalizar la propiedad en esta región fronteriza de Rio Grande do Sul.
Por ese motivo, Stora Enso se vió obligada a crear otra pantalla más, la agropecuaria Azenglever, propiedad de dos personas de nacionalidad brasileña -uno el director forestal de Stora Enso y el otro quien se desempeña como vicepresidente de la multinacional para América Latina, quienes se han constituido en los mayores latifundistas de Río Grande Do Sul.
Cerca de 50 haciendas están siendo traspasadas a nombre de la Azenglever y a pesar de la denuncia policial realizada, las autoridades aún no han dado curso a las investigaciones de esta maniobra ilegal de Stora Enso.