Escribe Christian Muñoz

México no estuvo sobre representado en la última versión del Festival de Cine de Gotemburgo. El resto de América Latina estuvo sin mayor representación. ¿Qué pasó con el cine del ALBA? ¿Y con las últimas películas estrenadas en Argentina, Chile y los demás países de la comunidad latinoamericana? Algunas precedidas por un éxito rotundo de taquilla en sus respectivos países.

El cine del ALBA fue el gran ausente en el XXXI Festival Internacional de Cine de Gotemburgo. El cine latinoamericano de calidad y compromiso social, que se anunciara en aquel lejano Festival Internacional de Cine de Viña del Mar en 1967, bien pudo haber tenido una mayor representación durante el pasado certamen sueco.

Felizmente el Festival de Cine de la Habana si cuenta anualmente con una oferta mayor de este tipo de cintas. Y dicho sea de paso, durante la última versión del Festival de cine cubano, se le rindió un homenaje al Festival Internacional de Cine de Viña del Mar, reconociendo la vital importancia que este evento tuvo, en su versión original hace cuarenta años, en la gestación del Nuevo Cine Latinoamericano.

Y entro a comentar tres películas latinoamericanas que fueron exhibidas en el Festival Internacional de Cine de Gotemburgo.

La película uruguaya
"El baño del Papa"
Lejos la mejor película latinoamericana que pude apreciar en la última versión del certámen del Festival Internacional de Cine de Gotemburgo.Y lo digo no sólo por los aplausos al finalizar la película: prolongados y sinceros.

No. "El baño del papa", de los uruguayos César Charlone y Enrique Fernández, relata de una manera simple, pero no menos bella, la historia de los habitantes de Melo, Cerro Largo, una comunidad olvidada de la mano de Dios y del progreso. No es la historia de la visita del papa polaco en 1988. Es la historia de las alegrías, tristezas, esperanzas y rabias de los pobres del Uruguay, que son los mismos pobres de todos los países de América Latina.

El momento más fuerte de la película es cuando el protagonista, Beto, desata su ira contra la imagen de un conductor de televisión, que en pantalla resalta las bondades "para todos" de las visitas del "sumo pontífice". Todo esto después de ver fracasar rotundamente su particular negocio, la habilitación de un baño público que satisfaga la necesidad de los devotos que lleguen a ver al papa.

Y una vez más nuestro personaje se mete en problemas. Lo primero que uno piensa en ese instante es que sea o no justa su ira igual tendrá que pagar el televisor del usurero dueño del bar donde se reúne con sus amigos a conversar sus miserias.

Y el humor, una de las características esenciales del latinoamericano y un arma eficaz contra la demagogia y el "carepalismo" de la clase política, está presente de comienzo a final en una película que llega a conmover y logra atrapar la atención hasta del sueco más hermético.

"Tengo una idea", señala el protagonista al finalizar la película, desatando la carcajada espontánea de los espectadores. Está sentado en el baño del papa, el gran negocio de su vida, que finalmente termina siendo un perfecto fracaso. Materializado, además, con innumerables viajes en bicicleta a la frontera con Brasil, trayendo el tráfico de comerciantes o corruptos aduaneros.

Esta película nos acerca un poco a la humanidad del Uruguay más profundo, tan lejos de Mar del Plata y tan cerca de la realidad. Como una canción de Viglietti.

"El día de los inocentes"
Entretenida, dinámica y con un buen reparto. "El día de los inocentes", dirigida por Arturo Sotto Díaz, es un buen intento de cine negro en La Habana. Aún así no logra superar el éxito de largometrajes cubanos como "Fresa y chocolate", dirigida en 1994 por Tomás Gutiérrez Alea y escrita por el escritor cubano Senel Paz.
A ratos la película de Sotto cae atrapada en una telaraña de telenovela de ocasión.

Intenta subir, pero no acaba de despegar.
Hacia el final mejora y se ve luz al final del túnel.

La interpretación de "Te amaré" de Silvio es de lo mejor de esta película, junto a la actuación del ex policía, Frank, encarnado por el excelente actor, Jorge Perugorría, que logra desenredar la madeja de intrigas de esta película, una comedia de equivocaciones a lo Almodóvar.

"Déficit"
de Gael García Bernal
El déficit de "Déficit" es pretender que el director, Gael García Bernal, podrá superar al actor Gael García Bernal, en su primera película dirigiendo.

Digamos las cosas como son: Gael García es mejor actor que director. Al menos en "Déficit".

Y de no haber participado él en la película ni siquiera merecería mayor comentario esta cinta producida por la productora Canana, de su propiedad.

El comienzo de la película es prometedor. El joven protagonista, Cristóbal, viaja en auto hacia la residencia de sus padres y se encuentra con unos huelguistas que tienen cortado el camino. Fácilmente logra romper el obstáculo, demasiado fácil para ser un hijo de la burguesía enfrentado a un piquete obrero en una acción de protesta.

Y luego viene la antesala de la fiesta. Con maestría Gael García, el actor, nos va mostrando a los amigos de su hermana y a los suyos propios.

El protagonista de "Y tú mamá también" nos hace reír. Como cuando se mira al espejo en el baño mostrándonos toda la vanidad de un hijito de papá que la tiene fácil por la vida. Aunque no tan fácil, porque sus padres están buscados por la ley. "Mi padre es un transa", se lamentará al final de la película. Y tampoco ha logrado entrar a Harvard.

Lo demás es predecible. Se entusiasma con una hermosa argentina que uno de sus amigos ha invitado. Intenta seducirla gran parte de la película, mientras su hermana se droga, con substancias que le suministra su novio.
Después de los baños en la piscina y un partido de fútbol, donde su ex compañero de juegos de infancia, el jardinero, ha tenido gran participación, vendrá la fiesta propiamente tal.

El jardinero, que no es bienvenido al festejo, se va. Comienza la distorsión.

Primero el vino, luego las drogas. Y una música alucinógena. Escenas lésbicas, intentos de acoso y mucha locura.

El jardinero observa la fiesta colgado de un árbol del jardín y bebiendo cervezas.

La hermana totalmente eclipsada por la droga sale al jardín. Sorprende al jardinero y lo invita a bajar del árbol.

Ella le pide que la abrace, que la toque. Y él no se rehúsa.

Para hacer el cuento corto, la chica cae desmayada por la droga y el infierno se le desata al jardinero. "Ahora me culparán a mí", piensa afligido el personaje.

Efectivamente lo inculpan injustamente y lo expulsan de la residencia. Cristóbal lo ha insultado previamente llamándolo "indio".

Más de eso no pasa en esta película. O no se nota, lo que juega aún más en contra de esta discreta cinta, aunque las admiradoras de Gael pensarán lo contrario.

Y, claro, Gael la lleva en la actuación, también en "Déficit", pero seguro que nos puede sorprender como director en un segundo intento. Y ojalá con un mejor guionista.

Aunque siempre se puede esperar que vuelva a protagonizar a Ernesto Guevara de la Serna, esta vez ya convertido en un guerrillero. Consultado por Liberación por esta posibilidad nos manifestó que "sí, volvería a hacer del Che en alguna película".