Escribe Simón
El presidente norteamericano, George Bush, fue el más apresurado en reconocer la indepen-dencia de Kosovo. Los principales sostenedores occidentales de la guerra de los Balcanes, también siguieron sus pasos, con la excepción de España que no quiere sentar el precedente para que mañana los vascos proclamen también su independencia.
El actual primer ministro de la nueva nación, Hashim Thaci, fue jefe del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), considerado un grupo terrorista, armado y financiado por los servicios secretos de Estados Unidos y Alemania.
Para la policía, Thaci integraba también una organización mafiosa conocido como Grupo Drenica, dedicado al tráfico de estupefacientes.
Estos antecedentes son válidos de recordar para confirmar que la independencia de Kosovo es más que nada, la imposición de las grandes potencias, y que surge contradiciendo la resolución 1244 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que reconoce explícitamente la soberanía serbia sobre Kosovo. Pero a Estados Unidos y sus aliados poco les importa las resoluciones de la ONU. De hecho las fuerzas de la OTAN iniciaron los bombardeos contra Serbia en 1999 sin ninguna resolución de las Naciones Unidas.
El nuevo país tendrá muy difícil su acceso a las Naciones Unidas por la oposición de dos de los cinco países con derecho a veto, Rusia y China, y gozará de una soberanía muy limitada ya que nace bajo el protectorado de fuerzas internacionales.
Se trata de un experimento de país, sin industrias, las fábricas de la región no funcionan desde hace tiempo y la economía del territorio sólo se basa en el comercio y los servicios, con la seguridad a manos de las fuerzas de la OTAN (incluso la policía), y con un índice de desocupación entre los jóvenes del 60 por ciento.
Por otra parte, existe o existieron vínculos entre el ELK que dirigió el actual primer ministro, con la red de Al Qaeda de Osama Bin Laden. Según una nota de diciembre de 2001 del diario norteamericano The Wall Street Journal, otro de los líderes del ELK era Mohamed Al-Zawahiri, hermano del médico egipcio Ayman Al-Zawahiri, el número dos de Al Qaeda, y en tierras kosovares se organizaron campos de entrenamientos terroristas, fábricas de armas y blanqueo de dinero.
¿Ignora George Bush y sus asesores estos an-tecedentes? Seguro que no. Este peligroso expe-rimento de un país inventado, con su seguridad en manos de tropas extranjeras, tiene un objetivo.
No sería demasiado arriesgado pensar que detrás de este experimento la reacción esté pen-sando en apoyar después otros intentos separa-tistas, como por ejemplo los que surgen en Bolivia, Venezuela, Dafur, y cualquier otro país con recursos naturales importantes. Siguiendo la lógica de la declaración de independencia de Kosovo, mañana Santa Cruz y Beni en Bolivia podrían declarar su independencia, Estados Unidos enviar sus tropas para proteger las fronteras del nuevo país, y tendríamos un nuevo mapa político en Sudamérica.
El antecedente ya existe y es peligroso.
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