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Bush vende una guerra contra Irán |
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escribe Ernesto Tamara La gira del presidente norteamericano por varios países árabes tuvo el único propósito de vender un ataque o guerra contra Irán, y con ese objetivo ha acordado la venta de armas sofisticadas a las monarquías del Golfo Pérsico por más de 20.000 millones de euros. En esa carrera por la guerra, Israel ha tomado ventaja al declarar su primer ministro que su país no puede "resignarse a la existencia de un Irán con armas nucleares", y que su gobierno "no descarta ninguna opción de antemano" para detener esa posibilidad. Poco importa que los propios servicios de espionaje norteamericanos hayan asegurado que Irán abandonó proyectos de construir armas nucleares hace tiempo, que los iraníes aseguran que nunca lo tuvieron, y que la Organización Internacional de Energía Atómica esté negociando con Teherán para controlar el desarrollo de su proyecto de energía nuclear con fines pacíficos. Para Estados Unidos e Israel, el gobierno de los ayatolas es una amenaza mundial y la fuente de financiamiento del terrorismo internacional. Antes de la gira del presidente Bush por Oriente Medio y el Golfo Pérsico -que incluyó Israel, los territorios palestinos, Kuwait, Bahrein y Emiratos Arabes, Arabia Saudita y Egipto- un incidente fraguado pudo haber iniciado el conflicto armado entre Estados Unidos e Irán. La supuesta amenaza de una patrulla naval iraní a barcos de guerra norteamericanos en el estrecho de Ormuz, estuvo a punto de iniciar el conflicto armado. Ahora se sabe que las "pruebas" norteamericanas de la "provocación" eran falsas y que el audio donde partían amenazas no eran de la patrulla iraní. No sería la primera vez que Estados Unidos inicia una guerra simulando haber sufrido una agresión. Así comenzó la guerra contra España por Cuba en 1904 y la escalada en Vietnam con bombardeos a Hanoi. Irán es el origen de todos los males Después de las fotos en Israel y los territorios palestinos, el presidente Bush dedicó su gira por los países de la región a intentar convencer a sus aliados árabes de que los problemas en la región son culpa del gobierno iraní que amenaza al mundo y financia los grupos extremistas en la región. La visita a Israel y los territorios palestinos tenían como objetivo impulsar los acuerdos de paz pero el presidente Bush prefirió situar a Teherán como tema principal de la agenda. Para ello insistió en que Irán arma a los grupos extremistas que impiden la paz. En la reunión que mantuvo con con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y miembros de su Gobierno, Bush sostuvo que "Irán es el líder mundial en la promoción del terror". "Envía", añadió, "cientos de millones de dólares a los extremistas alrededor del mundo mientras su propio pueblo encara la represión y las penurias económicas". Aseguró además que Teherán socava la paz con su respaldo al partido chií Hezbolá en Líbano, al movimiento palestino Hamás, y a los milicianos chiíes en Irak. Agregó que Irán destina armas a los talibanes en Afganistán, que intimida a sus vecinos "con su alarmante retórica, y que desafía a Naciones Unidas y desestabiliza la región por su negativa a permitir la inspección de su plan atómico". El mismo discurso, sin variaciones, repitió en todas las escalas. "Irán amenaza la seguridad de las naciones en cualquier lugar. Por tanto, EE UU está fortaleciendo sus antiguos compromisos de seguridad con nuestros amigos en el Golfo Pérsico", repitió. De paso traía un suculento negocio para la industria militar de su país. Venta de armas por miles de millones de euros a las monarquías del Golfo. Ya en julio pasado, la jefa de la diplomacia estadounidense, Condoleezza Rice, había anticipado la venta de armamento moderno a Arabia Saudita y a varias monarquías del Golfo Pérsico por 20.000 millones de dólares (13.441 millones de euros). Ahora, con la idea de sumar fuerzas contra Irán, comenzó a ponerse en práctica la operación. Previo al arribo de Bush a Arabia Saudita, un vocero de la Casa Blanca confirmó la venta a ese país de bombas guiadas por satélite y un sistema de radar para la aviación, además misiles patriot para Kuwait y Emiratos Árabes Unidos todo por algo más de 7.800 millones de euros, y como primera etapa de esta nueva carrera armamentista en la región. Escasa respuesta Los gobernantes de los países árabes visitados por Bush apenas atendieron la sugerencia del gobernante para aislar y atacar Irán, y algunos gobiernos destacaron que no permitirán el uso de sus territorios para un ataque. La prensa saudita, que refleja los puntos de vista de la casa real, también tomó distancia. "Rechazamos ser utilizados para desatar guerras o tensiones con Irán, sobre todo cuando es posible solucionar el caso por la vía diplomática y mediante el diálogo", escribió el diario Al Riyadh. Al Riyadh resume la reticencia de las monarquías del Golfo a un nuevo conflicto armado en la región. "El peligro que supone Irán no minimiza el peligro real de Israel, ubicado entre los diez países dotados del arma nuclear en el mundo", afirmó ese rotativo. Algunos medios de prensa occidentales han destacado que el fracaso en crear una alianza antiiraní es tan patente que ha llevado al Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel a confesar que Bush se ha debilitado tanto que no puede hacer nada para imponer la paz ni frenar las actividades nucleares de Irán. Israel no descarta un ataque a Irán "Israel no puede resignarse a la existencia de un Irán con armas nucleares" sostuvo el primer ministro israelí, Ehud Olmert y añadió que su país "no descarta ninguna opción de antemano". Las manifestaciones del primer ministro reviven las denuncias de un plan israelí para bombardear sitios estratégicos de Irán, como ya realizó en 1981 contra una planta nuclear de Irak, y el pasado año en Siria contra instalaciones no determinadas. "Cualquier medida que evite la nuclearización de Irán es legítima", precisó el gobernante hebreo. |
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