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Tras el asesinato de Benazir Bhutto |
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escribe Ernesto Tamara El asesinato de Benazir Bhutto el 28 de diciembre de 2007 ha provocado innumerables especulaciones sobre el futuro de Paquistán, en torno a los responsables del crimen y sobre la estabilidad o actual inestabilidad en esa importante región. Sin embargo, parece poco probable que a mediano plazo Estados Unidos pierda su influencia en ese país. Con el general Pervez Musharraf como presidente, y con el primer ministro que resulte designado tras las elecciones legislativas de febrero, Washington seguirá teniendo un gobierno "aliado". La posible victoria de Benazir Bhutto en los comicios previstos inicialmente para el 8 de enero, no iba a modificar demasiado las cosas, aunque era probable que en algunos aspectos buscara un poco más de independencia de Estados Unidos. Un día antes de su asesinato visitó Afganistán y se comprometió a seguir la lucha contra el "terrorismo" fundamentalista. En su último gobierno, de 1993 al 1996 cuando fue derrocada, Bhutto extrechó lazos con el entonces gobierno talibán de Afganistán con el objetivo de impulsar la construcción de un oleducto de salida al petróleo de las ex repúblicas soviéticas. Algunos sostienen que su destitución se debió a que apoyó, para la construcción del oleodcuto, a una empresa distinta a la que auspiciaba Washington. Desde entonces, los servicios de seguridad paquistaníes, mantienen relaciones de todo tipo con los grupos fundamentalistas islámicos y, según otros, hasta protegen y dan refugio, a los grupos talibanes que combaten en Afganistán. Según relata el investigador Ahmed Rashid, Bhutto apoyó a los talibanes para impulsar una nueva ruta comercial y de gasoductos orientados hacia Occidente desde Turkmenistán pasando por el sur de Afganistán a Pakistán. Una idea que también impulsaba Washington, y la petrolera en la que trabajaba la actual secretaria de Estado norteamericana, Condoleeza Rice, Unocal. En una de sus obras Rashid relata que "Cuando Bhutto fue elegida primera ministra en 1993, tenía interés en abrir una ruta a Asia Central". "El gobierno de Bhutto respaldó plenamente a los talibanes, pero el ISI (la seguridad pakistaní) se mantuvo escéptico sobre sus capacidades, convencido de que seguirían siendo una fuerza útil pero periférica en el sur." "El Congreso de EE.UU. había autorizado un presupuesto clandestino de 20 millones de dólares para que la CIA desestabilizara Irán, y Teherán acusó a Washington de canalizar parte de estos fondos a los talibanes una acusación que siempre fue desmentida por Washington-Bhutto envió varios emisarios a Washington para instar a EE.UU. a que interviniera de un modo más público apoyando a Pakistán y a los talibanes." "El error fundamental de Bhutto fue que apoyó vehementemente el gasoducto propuesto por la compañía petrolera argentina Bridas, y se opuso al de Unocal (favorecido por EE.UU.) Esto contribuyó a su deposición en 1996, y al retorno al poder de Nawaz Sharif". Recordó que "Después de la destitución del gobierno de Bhutto en 1996, el recién elegido primer ministro Nawaz Sharif, su ministro de petróleo Chaudry Nisar Ali Khan, el ejército y el ISI respaldaron plenamente a Unocal. Pakistán deseaba más apoyo directo de EE.UU. para los talibanes e instó a Unocal a comenzar rápidamente la construcción a fin de legitimar a los talibanes. Básicamente, EE.UU. y Unocal aceptaron el a-nálisis y los objetivos del ISI, que una victoria de los talibanes en Afganistán facilitaría en mucho la tarea de Unocal y aceleraría el reconocimiento por EE.UU." Era la época en que los líderes talibanes visitaban Texas y otros estados norteamericanos como invitados. Investigación del crimen Para frenar las críticas y las acusaciones en su contra, el presidente, general Pervez Musharraf, solicitó ayuda exterior para investigar el asesinato de su rival política y posible aliada en un futuro gobierno. Este fin de semana llegaron Islamabad, agentes del Scotland Yard británico. El portavoz del Ministerio del Interior paquistaní anunció que el equipo británico inició de inmediato su "colaboración". El grupo está compuesto por expertos en antiterrorismo y medicina legal y se trasladaron de inmediato al lugar del atentado suicida que le costó la vida a Benazir Bhutto, en Rawalpindi, cerca de la capital. Allí sólo podrán examinar el coche en que viajaba Bhutto cuando fue asesinada. Las autoridades locales no realizaron ninguna autopsia y brindaron información contradictoria sobre las causas de la muerte. Al principio afirmaron que la líder opositora murió al golpearse la cabeza contra el techo del auto, sacudido por la explosión, pero videos del público mostraron después como un hombre se acercaba al coche y disparaba sobre Bhutto que se asomaba por la ventana en el techo del vehículo. Colaboradores de Bhutto que la acompañaron hasta el hospital revelaron al menos dos impactos de balas -uno en la cabeza-, y un par de días más tarde denunciaron que Bhutto fue ultimada con un moderno tipo de arma láser, una tecnología sólo al alcance del Ejército. Fuentes de la formación política opositora, citadas por medios de prensa nacionales, subrayaron que la red Al Qaeda no tiene acceso a este tipo de armamento, empleado por las tropas estadounidenses en Irak. Parece poco probable que los investigadores británicos realicen algún avance en la investigación habida cuenta del tiempo transcurrido, la falta de una autopsia, el que ninguna organización haya reivindicado el atentado, y hasta ahora, la inexistencia de sospechosos detenidos. El lugar del atentados fue limpiado con mangueras inmediatamente después del asesinato, y hasta el pasado fin de semana se podía visitar libremente. Ahora para la visita de los agentes británicos, el lugar fue finalmente acordonado por un contingente de fuerzas policiales. El presidente Musharraf respondió a las críticas sobre esta acción que había sido un "error involuntario". Dificilmente los investigadores encuentren algún elemento en el lugar, así que quizás recurran a las prácticas habituales, como detener decenas de personas vinculadas a organizaciones opositoras, aplicar torturas, chantaje y presentar después alguna teoría sobre el crimen, aunque es probable que no se conozca nada. Quizás como adelanto de lo que espera de las investigaciones, el presidente Musharraf sostuvo en una entrevista que concedió el pasado sábado al programa 60 minutos de la televisión norteamericana, que la ex primer ministro se "expuso demasiado", responsabilizándola así de su propia muerte. Aseguró que su gobierno hizo todo lo posible por protegerla. Hasta ahora el gobierno ha atribuido el crimen a un grupo islámico comandado por Baitullah Mehsud. Según el vocero del Ministerio del Interior, Javed Iqbal Cheema, la policía interceptó una conversación telefónica sospechosa que señala al comandante islámico Baitullah Mehsud como presunto responsable del ataque. Los asesores de Bhutto declararon que tenían dudas sobre la participación de Mehsud en el asesinato y acusaron al gobierno de encubrir a los verdaderos culpables. Poco después Mehsud rechazó las acusaciones. También se ha mencionada a Al Qaeda como presunta autora del atentado, aunque las autoridades de Estados Unidos han dicho que esa organización está muy golpeada y carece de capacidad para realizar grandes acciones. Por otra parte, Asif Ali Zardari, viudo de Bhutto y flamante copresidente del Partido Popular de Pakistán (PPP) junto a su hijo Bilawal, aseguró en un artículo publicado en "The Washington Post" que algunos de los responsables del asesinato de su esposa están dentro del gobierno paquistaní. "Su asesinato no pone fin a su visión y no se debe permitir que dé poder a sus asesinos. Los responsables -dentro y fuera del gobierno- deben responder por sus actos", señala la columna publicada en el medio norteamericano el pasado fin de semana. El PPP exige que la ONU sea la que investigue sobre la muerte de su líder, aunque se muestra dispuesto a colaborar con Scotland Yard. Aplazan elecciones legislativas Las elecciones legislativas que debían celebrarse el pasado 8 de enero fueron pospuestas para el 18 de febrero. Al principio los partidos de oposición rechazaban el aplazamiento y amenazaron con no participar, pero finalmente aceptaron competir en la nueva fecha. El gobierno y la Corte Electoral basaron la decisión en el clima de violencia e intranquilidad tras el asesinato de Bhutto, aunque algunos sospechan que trataba de evitar el voto simpatía hacia el partido de la ex primer ministro. El presidente Musharraf no peligra en su puesto, ya que en elecciones controladas fue designado presidente el pasado mes de octubre, cuando la mayoría de los 1.170 electores de la Asamblea Nacional, el Senado y las cuatro cámaras provinciales, aprobaron su candidatura. La oposición no presentó candidatos al cuestionar que Musharraf obstentara la jefatura del Ejército y del gobierno al mismo tiempo. El pasado 1 de diciembre, la Corte Electoral anunció el aplazamiento de los comicios, y poco después, el presidente Musharraf defendió la medida y llamó a la unidad nacional. Comentó que era acertada la decisión de posponer los comicios porque los sucesos desatados tras la muerte de la ex primera ministra afectaron el sistema electoral y la infraestructura, sobre todo en la provincia de Sindh, de donde era originaria Bhutto. "Siempre hemos dicho que unas elecciones deben ser independientes, justas y transparentes, pero sobre todo pacíficas", afirmó. En su alocución, el gobernante destacó que la presencia del Ejército es importante para proteger el orden y la ley antes y después de las elecciones para prevenir nuevos disturbios. "No permitiremos que la destrucción nos venza, es una promesa que les hago y quienes violen la ley sepan que las fuerzas armadas tomarán las medidas necesarias", advirtió. Musharraf reconoció que Paquistán se encuentra en tiempos difíciles y pidió a los partidos políticos evitar aumentar sus diferencias. Por su parte, seguidores de Bhutto denunciaron que esa decisión es una excusa de los aliados del presidente "para ganar tiempo" y "hallar la forma de trucar las elecciones para que les sean favorables". No obstante, el Partido del Pueblo Paquistaní, que lideraba la asesinada ex primera ministra, confirmó su participación en las elecciones legislativas, y en el mismo sentido se pronunció la Liga Musulmana de Paquistán-N, liderada por el también ex primer ministro, Nawaz Sharif. La dirección del PPP se hereda El hijo de la asesinada ex primera ministra Benazir Bhutto, fue elegido presidente del Partido Popular de Paquistán (PPP), agrupación que lideraba su madre y que fuera fundada por su abuelo. Tras ser anunciado su cargo en una reunión en la sureña ciudad de Naudero, Bilawal Bhutto, de 19 años de edad, leyó el testamento de la difunta líder opositora. La vicepresidencia del PPP quedó a cargo de Asif Ali Zardari, viudo de Benazir Bhutto. "Se ha decidido que Bilawal sea el presidente y que el señor (Asif Ali) Zardari sea copresidente", declaró uno de los funcionarios del partido. |
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