inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 4-Enero-2008

Para ser presidente hay que ser millonario

 

escribe Ernesto Tamara

Aunque todavía faltan 11 meses para las elecciones presidenciales, ya se sabe que serán las más caros de la historia. Entre las elecciones primarias y las presidenciales se estima que se gastarán unos 3.000 millones de dólares, casi el doble de lo gastado en las elecciones del 2004.

En la democracia norteamericana, cualquier candidato a la presidencia debe ser millonario y además tener un buen equipo de recolección de fondos si quiere aspirar seriamente a ser, primero, nominado por la convención de su partido, y después electo en noviembre.

En las pasadas elecciones Bush recaudó 270 millones de dólares para las elecciones primarias y recibió 75 millones de dólares en fondos públicos para las elecciones generales. El senador Kerry, su oponente final, le siguió de cerca, al recaudar 235 millones de dólares para las primarias y recibir lo misma cantidad de 75 millones para las elecciones generales.

Pero además de lo que recaude cada candidato, los partidos también invierten y gastan, asi como los diferentes grupos de intereses. En total, en 2004, según el Centro por una Política Responsable, en las campañas electorales de ese año, todos los candidatos federales, los partidos políticos y otros gastaron 3.900 millones de dólares. Ello representó un aumento del 30% en relación a las elecciones anteriores.

La ley obliga a identificar a todos contribuyente que aporte 200 dólares o más y con un límite de 2.300 dólares para la primarias y otra cifra similar para las presidenciales, y hasta 97.000 dólares anuales al partido. Sin embargo existen existen lagunas jurídicas que permiten realizar aportes adicionales a los comités independientes que se crean para apoyar a cada candidato.

En las elecciones actuales existen más de 527 comités de apoyo a los distintos candidatos.

Es común ver integrando a estos comités de apoyo o recolección de fondos a dirigentes de empresas o multimillonarios, y muchas veces los apellidos se repiten pero en candidatos de distintos candidatos o partidos.

Por ejemplo, una de las herederas del imperio hotelero Hyatt, Penny Pritzker, con una fortuna valorada en 2.800 millones de dólares, integra la dirección financiera de la campaña electoral del demócrata Barack Obama, mientras que su hermano Jay Robert es presidente de Citizens for Hillary, colectivo que recauda dinero para la campaña de Hillary Clinton.

Además de los aportes directos de fondos, los empresarios participan de las cenas o actividades de los candidatos donde pueden llegar a pagar 2.300 dólares por cubierto.

Muchos ejecutivos tienen una relación personal con los candidatos y conocen a Clinton desde que fue primera dama o a Rudolph Giuliani desde que ocupó la alcaldía de Nueva York. Por este motivo, en algunos casos financian a estos dos líderes políticos, que son de distintos partidos.

En ocasiones, los directivos otorgan fondos a dos o más candidatos de un mismo partido antes de las primarias. "Así se garantizan que en el futuro tendrán acceso al político que competirá en las generales, con independencia de quien gane las primarias", afirma Jennifer Steen, profesora de Boston College.

Por ahora, Hillary Clinton es la candidata que cuenta con más fondos de directores ejecutivos. Anthony Corrado, profesor de Colby College, sostiene que el dinero de los grandes empresarios "fluye hacia los demócratas. Es un reflejo del sentir general del país. Los republicanos pueden perder tras la decepción provocada por la guerra de Irak". En este contexto, Hillary Clinton, si vence en las primarias, "tiene ventaja porque en los últimos años ha aumentado sus vínculos con las grandes empresas", añade Corrado.



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