inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 14-Diciembre-2007

Estamos divididos, pero desde siempre!

 

escribe Simón

En estos días se repite en los grandes medios de comunicación el concepto de que Bolivia, Venezuela, por citar los dos países latinoamericanos más nombrados, están divididos. Se hace hincapié en que el triunfo electoral de los votantes del NO a la reforma constitucional en Venezuela, y la resistencia de los departamentos de Bolivia que rechazan la discusión de una nueva Constitución han dividido a esos países, casi que en mitades.

Pero el hecho real es que la división existe y desde mucho antes. Es una división que se puede rastrear muy atrás en el tiempo. Una división que nadie desconoce y que se busca ignorar, y que además los poderosos quieren mantener y aumentar.

Según el Banco Mundial, que no se caracteriza por cuidar los aspectos sociales, en Latinoamérica el 10% de los más ricos de la población se queda con el 48% del ingreso y el 10% más pobre obtiene apenas el 1,6%, es decir 30 veces menos.

En las naciones industrializadas el 10% de las personas más ricas reciben 29.1% mientras que el 10% de personas más pobres recibe 2.5%, según el mismo informe.

Y ésta sí que es una división que importa porque que se trata de las condiciones de vida de millones de seres humanos, de sus posibilidades de crecer, simplemente de vivir, y desarrollarse como personas.

Hasta la asunción de Evo Morales como presidente de Bolivia, el Banco Mundial confirmaba que el 62,7% de la población vivía por debajo de la línea de pobreza, es decir, sin contar con lo mínimo indispensable para cubrir sus necesidades básicas de consumo (alimento y vivienda). Ahora la oposición se resiste a conceder una pensión a la vejez usando las ganancias de los recursos energéticos.

En Venezuela, pese a los esfuerzos realizados para mejorar la distribución de la riqueza, todavía existe una importante brecha social, y esa división sí que le importa al gobierno bolivariano.

Con revolución de por medio, el 20% de la población más rica concentraba el 52.5% de los recursos en 2005.

Sólo después de derrotado el paro petrolero, y una vez puesta en marcha las misiones, comenzó a reducirse la pobreza. Así, el índice de pobreza se redujo 10 puntos, del 47 al 37% entre 2004 y 2005.

Pero no se trata sólo de Bolivia y Venezuela. Todo el continente está dividido.

El Banco Mundial, impulsor de esa división, reconoce ahora el problema. Explica que la raza y la etnia son los factores que determinan de forma permanente la falta de oportunidades en la población de América Latina.

Tanto los indígenas como los afrolatinos viven en considerable desventaja respecto de los blancos.

Además señala que los hombres indígenas ganan entre 35-65% menos que los hombres blancos, situación equiparable entre las mujeres blancas y mujeres no blancas. En toda la región, la parte inferior de todas las escalas de distribución de activos la ocupan las mujeres y las personas de origen indígena o africano.

Esta división debería ocupar el primer lugar de las preocupaciones de todos. Claro que ponerse a trabajar para elminarla provoca a su vez divisiones políticas, y hay que asumirlas.



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