escribe Simón

Durante todo este año el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ha estado presionado por EE.UU para emprender una acción militar contra Irán por su supuesto plan de desarrollo de armas nucleares. El Consejo llegó a aprobar sanciones al gobierno de Teherán en base a esas acusaciones.

Detrás de EE.UU se alineaba Israel, que ya tiene preparado planes para bombardear las instalaciones nucleares iraníes, y la Unión Europea.

Un bombardeo a instalaciones sirias por parte de la aviación israelí, en setiembre pasado, habría sido una advertencia y un ensayo de ataque a objetivos en Irán, reveló la prensa israelí semanas después del ataque se se mantuvo extrañamente en secreto por todas las partes.

La resistencia de Rusia y China en el Consejo de Seguridad frenaron las acciones de la ONU contra Irán pero no impidieron las sanciones económicas. Decenas de barcos de guerra, y dos portaaviones norteamericanos, con apoyo de barcos de Gran Bretaña, amenazan desde febrero pasado al país persa.

El pasado 17 de octubre, el presidente de EE.UU volvió a referirse a uno de sus temas favoritos de los últimos cuatro años: Irán. Lo único que digo es que si queremos evitar la III Guerra Mundial debemos interesarnos en prevenir que [Irán] tenga los conocimientos necesarios para fabricar un arma nuclear.

Ya entonces Bush conocía el informe de los servicios de seguridad que descartaban los planes armamentistas nucleares de Irán.

Sin embargo, los voceros del Pentágono y la Casa Blanca comenzaban a poner fechas al desarrollo nuclear iraní con el argumento de que ya estaba en condiciones de construir armas nucleares.

El pasado primero de diciembre, un funcionario francés adelantó que los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad y Alemania, estaban discutiendo un borrador de sanciones a Irán para proponer al Consejo. El jefe de Exteriores de la Unión Europea, Javier Solana, dijo que la UE estaba decepcionada por las conversaciones con Irán. Es que Irán insistía que su programa nuclear era pacífico para el uso de energía.

En medio de esta histeria colectiva contra las armas nucleares iraníes un senador democráta, advertido de las mentiras que utilizó la Casa Blanca para lanzar la guerra contra Irak, solicitó la desclasificación de los informes de inteligencia sobre la capacidad iraní de desarrollar un programa militar nuclear. En el documento denominado Estimación de Inteligencia Nacional (NIE por sus siglas en inglés) sostiene que Irán suspendió su programa de armas nucleares en 2003. El informe plantea todo tipo de preguntas, incluidas algunas sobre las valoraciones de informes de inteligencia anteriores. Destaca los problemas y riesgos de llevar a cabo complejas campañas diplomáticas sobre la base de información de inteligencia insegura y variable.

Según el asesor de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, el informe le fue entregado al presidente Bush en agosto o septiembre pasados, por lo que el primer mandatario, si sabe leer, ya lo conocía antes de hablar de una tercera guerra mundial.

Es probable que los servicios de seguridad de los países aliados de EE.UU también hayan tenido conocimiento de que no existe ningún plan de construcción de armas nucleares en Irán. Por eso llama la atención el vuelco de la Unión Europea en respaldo de una actitud beligerante contra el país persa.

No hace mucho, el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, el ex socialista Bernard Kouchner, llegó al extremo de declarar respecto a la situación de Irán que Francia tiene que estar preparada para lo peor, que es la guerra.

Demostrando que la UE no tiene una política exterior independiente de EE.UU, o si la tenía, la ha abadonado por el camino.

Pese a los informes de sus servicios de seguridad, en los que su gobierno gasta miles de millones de dólares anuales, el presidente Bush insiste en el peligro iraní. Irán era peligroso, Irán es peligroso e Irán seguirá siendo peligroso si tienen el conocimiento tecnológico para fabricar un arma atómica, dijo en una rueda de prensa en Washington esta semana después de que todos conocían el informe.

Insistiendo en su lógica de guerra, agregó que el documento es sólo un signo de advertencia y que su opinión no ha cambiado ya que la que la república islámica continúa su plan de enriquecimiento de uranio.

Ahora habrá que ver hasta donde los demás gobiernos continúan alineados detrás de las mentiras de Washington y si se atreven a frenar los planes belicistas del energúmeno cowboy de la Casa Blanca.