escribe Simón

George Orwell se equivocó feo, el Gran Hermano, vigilante y controlador, no se concretó en una sociedad comunista al estilo ruso, sino que se está construyendo en la sofisticada y autoproclamada democrática, Europa.

En esta carrera por vigilar y controlar a sus ciudadanos, con la excusa de que los están protegiendo, Suecia también está participando, y con gran entusiasmo.

Parece que para proteger hay que recortar las garantías individuales, espiar el correo, filmar todas sus actividades, y como en las dictaduras fascistas, calificar a los ciudadanos por categorías, en principio, entre sospechosos, casos a investigar, o inocentes.

La semana pasada el gobierno sueco aprobó que a partir del 1o. de enero próximo será legal las escuchas telefónicas de la policía sin autorización judicial, con una pocas excepciones, como ser, la redacción de los periódicos.

En este caso no hay que responsabilizar sólo al gobierno conservador. La iniciativa para que la policía pueda espiar sin complicaciones a sus compatriotas, fue presentada en la administración pasada por el ministro de Justicia socialdemócrata, Thomas Bodström. El entonces ministro, también hizo la vista a un lado cuando agentes de la CIA ingresaron al país para llevarse a Egipto a dos supuestos terroristas en uno de sus vuelos secretos.

Pero, si ahora todos somos objetivos válidos para que la policía espie nuestras conversaciones telefónicas, también a partir de enero del 2009, registrarán y archivarán nuestros correos electrónicos, visitas a las páginas de internet y las conversaciones de teléfonos celulares.

Suecia presentó la iniciativa en la Unión Europea en el 2004 y fue aprobada por el parlamento europeo a fines del pasado año. En enero del 2009 comenzará a regir para todo Europa. Las empresas proveedoras de servicios de internet y de telefonía móvil fungirán como agentes de los servicios secretos, al estar obligados a archivar todo el tráfico electrónico durante un año y entregarlo a las autoridades que lo requieran.

Se estima que el costo del archivo para las compañias prestadoras de servicio será de 200 millones de coronas al año, y que las autoridades requerirán información de unos 10.000 casos por día.

Suecia, que mantiene una imagen internacional de democracia y respeto a los derechos ciudadanos, se está transformado en una sociedad supervigilada. Además de este control de las conversaciones y el tráfico de internet, más de 300 escuelas de Suecia tienen vigilancia de videocámaras. Sólo en Skåne existen 17.000 cámaras en calles, centros comerciales.