inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 9-Noviembre-2007

Reedición de Alfonso Alcalde
Al rescate de la desmesura

 

escribe Juan Cameron

Con el auspicio del Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el poeta Cristian Geisse Navarro entrega la Obra Reunida de Alfonso Alcalde. En tres volúmenes, editados por el sello de Librería Altazor de Viña del Mar, Geisse compila las obras en cuento, poesía y teatro del desaparecido escritor chileno.

Alfonso Alcalde era sin duda un curioso escritor. Desde cierta perspectiva parecemos estar ante una obra que voluntariamente pretende ser moderna, experimental, distinta a todo lo escrito con anterioridad en Chile.

Pero si cambiamos el enfoque nos encontramos con un aparente desprecio del autor por todo lo que sea ajeno a la tradición nacional, por todo cuanto no respete cierta suerte de heroica instalación estética frente al poder y la injusticia.

A ratos su escritura parece forzada, nacida desde una íntima necesidad de escribir a partir de un destino trazado como tarea. La monumental empresa que Alcalde se impone, rescatar la historia de Tomé en una suerte de nuevo Canto General -pero esta vez de un pueblerino y mínimo continente a orillas del mar- resulta a simple vista un absurdo. Su desmesura es la norma; al adaptar en lenguaje teatral sus cuentos, ya se para la televisión o para la com pañía de teatro ICTUS, le nace la idea de construir una pieza única, monumental, que bajo el nombre de El gran circo teatro pone en escena la compañía de Andrés Pérez, en 1995. De las doce horas originales la pieza, esta se reduce a tres y media.

Sus volúmenes de cuentos reúnen numerosas páginas. Los títulos quedan en la memoria colectiva como piezas de singular trascendencia. El áuriga Tristán Cardenilla, El sentimiento que te dí, Las aventuras de Salustrio y el Trúbico son algunos de ellos. Con todo el escritor no concede. Se siente olvidado, maltratado.En el epígrafe del prólogo escrito por Cristian Geisse Navarro, su más reciente compilador, Alcalde afirma: «Acepten, pues, este testimonio de un hombre solitario, inseguro y desmesurado que solo tiene la gracia de escribir en nombre de no sabe quien. La poesía no muere, solo duerme».

Alcalde tuvo una intensa trayectoria marcada a ratos por la pobreza y el desamparo. Con varios matrimonios, ocho hijos y un buen número de nietos, murió en soledad en una caleta cercana a Concepción.

Su vida queda marcada por el sino de la aventura. Viajó por América, Europa y Medio Oriente. Sus mejores años, recuerda, los pasó en Jerusalem, a la sombra del Monte de los Olivos. En su juventud vagó y desempeñó variados oficios. Fue contrabandista de caballos entre Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y el estado de Mato Grosso, en Brasil; fue pirquinero, trabajador de circo, guionista de cine, nochero de hotel galante; fue carpintero, alcohólico y pescador; tal existencia imita la intensidad de su escritura. Su primera publicación, el poemario Balada para una ciudad muerta, con prólogo de Pablo Neruda y grabados de Julio Escámez, la quema «en una jubilosa ceremonia».

La recopilación de Geisse nos da una visión panorámica de su vastísima obra. No es todo, por cierto; sólo sus crónicas reunirían varios volúmenes más. El panorama ante nosotros es, decíamos, una muestra de esta desmesura. Según sostenía, se trataba de un «prólogo a un poema épico interminable». Pero allí encontramos buena parte de su poesía.

Cuentos reunidos 1967-1973 recoge las narraciones que el autor publicara durante una primera etapa de su carrera literaria. Geisse los destaca por el «humor, la imaginación, el lirismo, la ternura, el delirio y la fantasía de estos inolvidables relatos». A su vez La consagración de la pobreza fue pensada inicialmente como una pieza teatral que durara veinticuatro horas. Los mismos elementos registrados para su narrativa dan cuenta aquí «del absurdo tesoro de la miseria».

El esfuerzo de Cristian Geisse Navarro, necesario desde ya, debe apreciarse en toda su magnitud. Si bien Alfonso Alcalde no fue aquel literato olvidado como él creía ser -los años de exilio y la trágica pobreza contribuyeron a esta idea- es conocido y admirado entre sus pares. Neruda, De Rokha, Droguett, Gonzalo Rojas y otros grandes expresan su reconocimiento. Pero, sin embargo, no llegó a ser un escritor apreciado por las grandes masas ni, menos hoy en día, conocido popularmente en un medio deteriorado hasta la inexistencia por la estulticia, la roña y el vicio.

Alfonso Alcalde nació en Punta Arenas el 21 de septiembre de 1921. Se suicida en Tomé, en una humilde pieza de pensión, el 5 de mayo de 1992. Su extensa bibliografía comprende, en poesía, Balada para una ciudad muerta (1947), Variaciones sobre el tema del amor y de la muerte (1963, 1973 y 1991), El panorama ante nosotros (1969) y la antología póstuma Siempre escrito en el agua, con prólogo de Naím Nómez (1998). Sus volúmenes de cuentos registran El áuriga Tristán Cardenilla (1967), 1971), Alegría provisoria (1968), El sentimiento que te dí (1972), Las aventuras de Salustrio y el Trúbico (1973), Epifanía cruda (1974), El peregrino del golfo (1985) y las recopilaciones póstumas Alfonso Alcalde en cuento, con prólogo de Gonzalo Rojas (1992) y Algo que decir, (2001). También publica la novela Puertas adentro (Montevideo, 1969) y numerosos libros de reportajes, desde Vida del colono Alberto Rodríguez Ríos (Bolivia, 1952) hasta Vivir sin Chile (fascículos para revista Hoy, 1985). Entre ellos figuran además bibliografías testimoniales sobre Marilyn Monroe, Salvador Allende, Violeta Parra.

Cristian Geisse Navarro agrega estos tres títulos a la nómina de Alfonso Alcalde: El panorama ante nosotros (poesía), La consagración de la pobreza (teatro) y Cuentos reunidos 1967-1973, todos editados este año 2007. Geisse nació en Vicuña, en 1977. Es Licenciado el Letras por la Universidad Católica de Chile y Magister el Literatura Hispánica por la Universidad Católica de Valparaíso. Como poeta ha publicado Calabriadas (2003) y figura en las recopilaciones Señales de piedra, de Paula Pascual (2003) y El mapa no es el territorio, de Ismael Gavilán Muñoz (2007) bajo el seudónimo de Pedro Godoy.



Copyright ©
Semanario Liberación
Box 18040
20032, Malmö, Suecia
Teléfono: +46 40 672 65 02
Telefax: +46 40 672 65 03
Correo electrónico: