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Conversaciones con Ennio Moltedo |
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escribe Juan Cameron Bajo el sello de Ediciones Vertientes aparece en Santiago, en marzo de este 2007, Café invierno, recopilación hecha por el sanfelipeño Luis Andrés Figueroa de las entrevistas realizadas al poeta Ennio Moltedo. El volumen es un documento que enriquece la bibliografía complementaria del gran vate porteño y da cuenta, además, de una actitud muy personal, libertaria e independiente, cercada muchas veces por el silencio. Ennio Moltedo Ghio es un tipo curioso. Nacido en Viña del Mar, en 1931, fue destacándose paulatinamente dentro de la Generación del 50 en la zona, para llegar a ser, a los 70 de su edad, no sólo un alto valor en su región -tal vez el mayor representante- sino también un nombre necesario de mencionar en las listas de la actual poesía chilena. Se trata de un rebelde silencioso, de un anacoreta un tanto fino -casi un dandy- y caballeroso cuya ironía puede derribar las columnas más sagradas del orden público. Sus piezas en prosa son secretísimas bombas en el tiempo que sólo los más informados pueden utilizar y disfrutar. Una de ellas es el discurso de aceptación a su nombramiento como Miembro Correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua, el año 2005 en Valparaíso. Allí decía «He escrito poesía lejos del poder. He escrito poesía no para la venta -comercio algo sospechoso y que no recomiendo a nadie- sino para saludo y lectura confabulada entre amigos». Estos mismos amigos se preguntaban a la vez qué diablos estaba haciendo Moltedo entre esos vejestorios semi ignaros de la pobre academia chilena (él siempre ha respondido con una sonrisa irónica encogiéndose de hombros). Otra pieza de antología en la materia es Neruda: poeta del Cerro Florida publicada por la Editorial de la Universidad de Valparaíso el año 2006. Y en este lento avance hacia la germinación en el fértil campo de quienes saben, el poeta fue ganando adeptos entre los más jóvenes y avispados colegas de la región. Como expresión de aquello Guillermo Rivera, reciente ganador del Premio Mejores Obras Literarias del Consejo Nacional del Libro, en poesía inédita, edita, junto a Claudio Gaete Briones, la Obra reunida de Ennio Moltedo, también en el año 2006. Entonces no es extraño ahora que Luis Andrés Figueroa edite, en un elegante y bien cuidado volumen por lo demás, estas conversaciones con el poeta de Valparaíso las que, más allá de una simple manifestación de amistad, dan cuenta del verdadero influjo ejercido por el entrevistado en la literatura porteña. Café Invierno reúne, en cuidadas doscientas páginas, tres grupos de entrevistas y conversaciones recogidas durante dos décadas, entre 1983 y 2004. «Por esas fechas Ennio Moltedo había accedido a registrar en la cinta magnetofónica parte de nuestras conversaciones, con el solo criterio de recorrer, paso a paso, cada uno de sus libros y lo que ellos contenían de su vida, su arte y su ciudad», explica Figueroa en la nota inicial. La primera serie de grabaciones está registrada en el Café Bavestrello, en el barrio Almendral de Valparaíso, entre los meses de junio de 1990 y junio de 1993. Estos inviernos y el lugar señalado resultan una de las varias claves de tan hermoso título. Y en esta sección se entregan, también, los rasgos ocultos de su pensamiento, factor que atrae e interesa a los más jóvenes. Por un lado su desafecto a lo social -se trata de un poeta de perfil muy bajo, aislado del foro público y con un profundo desprecio por el manejo político y cultural- es bastante directo a ratos: «yo propongo una nueva realidad basada en estas dos condiciones: libertad y verdad». Así es en verdad; en toda la poética de Moltedo se cumple el principio enunciado por Lucien Goldmann en el sentido que, en su análisis crítico, descubrimos la presencia de un individuo problemático que adhiere a los valores verdaderos y permanentes. Tal elección se opone a la triada prestigio, poder y dinero, valores que el seguidor de Lukács clasifica como mediáticos en la producción literaria. Pero aún más, por otro lado Moltedo fue trasladándose poco a poco desde la posición social de la derecha intolerante y ligeramente inculta (algunos cercanos, entre ellos el dibujante Lukas, dan cuenta de ello) hacia una izquierda intelectual y no política muy acorde al anarquismo en boga. La segunda unidad la conforma su intervención y posterior diálogo público que tiene lugar en la sala Obra Gruesa de la Universidad Católica de Valparaíso, el 4 de septiembre de 1991. Tal vez se trate de la primera presentación de Ennio, como conferencista, en muchas décadas. Tras la introducción de Figueroa, el poeta responde a un público integrados por reconocidos artistas de la zona: el diseñador y maestro Allan Browne (autor del magnífico affiche de la ciudad), el fallecido arquitecto Pepe Ríos, Carlos León y los poetas Virgilio Rodríguez, Catalina Lafertt, Marcelo Novoa, Alejandro Pérez y Sergio Madrid. El tercer grupo de grabaciones tiene lugar en el ya desaparecido Café Riquet de Valparaíso y en el Café Florida, en Viña del Mar. Se trata de conversaciones ocurridas entre abril de 2001 y enero de 2004 en las que se reiteran las opiniones de Moltedo sobre su anterior poética y se refiere a quizá su mayor producción, La noche, editada por Librería Altazor el año 2000. Sus otros títulos son Cuidadores (1959), Nunca (1962), Concreto Azul (1967), 44 poetas rumanos (traducido junto a Pablo Neruda, 1967), Mi tiempo (1980), Playa de Invierno (1985), Día a Día (1990), Regreso al Mar (1994) y la plaqueta Las Cuatro Estaciones. Luis Andrés Figueroa nació en San Felipe, en 1960. Es egresado de Letras por la Universidad Católica de Valparaíso y, entre 1993 y 2000 realiza estudios en la Washington University, de Saint Louis, EE.UU. En poesía ha publicado Velas en el agua (1992), Los secretos (1996) y Al sur del espejo (2000): y en crónica Al país de Poe (2003) y Faros (2004), además de este Café Invierno/ Conversaciones con Ennio Moltedo (2007). |
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