escribe Simón

Bush debe estar contento. El Medio Oriente se estabiliza y todos disfrutan de paz y democracia.
No debe haber mayor orgullo para un estadista que ver como en un corto periodo de tiempo logra establecer la paz y la democracia a otros pueblos, sólo recurriendo al diálogo, la negociación, el desarrollo y progreso económico con justicia social.

Si no me creen, a las pruebas me remito.

Obviemos que antes de la invasión a Irak dijo que estaba buscando armas de destrucción masivas y que Sadam Husein podía disparar armas nucleares contra Occidente en 45 minutos. Después se corrigió y aseguró que era para llevar la democracia a Medio Oriente y hacer el mundo más seguro, es decir con más paz y estabilidad social y económica.

Repasemos sus resultados. El 7 de octubre de 2001, es decir apenas cumplimos 6 años, el presidente de EE.UU inició la invasión de Afganistán bajo el código de «Operación Libertad Duradera». Hoy Afganistán es una próspera democracia del Asia -este año batió el récord de producción de amapolas para la heroína-, apenas quedan 30.000 soldados extranjeros en el país, aunque en los dos últimos años aumentó su número, los aliados de EE.UU en el combate a los talibanes controlan las zonas de cultivo, y los talibanes el resto, y el número de atentados y muertos han aumentado circunstancialmente. Un pequeño defecto de la estrategia pacífica de Bush. En los primeros 9 meses de este año, el número de muertes violentas aumentó sólo, repito sólo, un 55% con respeto al año anterior. Cerca de 5.100 personas han muerto en atentados suicidas, tiroteos, bombardeos aéreos y bombas de carretera en todo Afganistán  en lo primeros 9 meses de 2007. Todo un logro.

En Irak pasa lo mismo. Bush propuso retirar los casi 30 mil soldados que habían enviado a fines del pasado año, así que sólo quedarán 150.000 efectivos. Como la situación es tan estable, quizás emplee esas tropas para atacar Irán, democratizarlo de una vez e impedir que obtenga la energía nuclear.

Ahora el gobierno turco autorizó a su ejército a atacar el norte de Irak y destruir las bases de la guerrilla kurda. Un elemento más de estabilidad, paz y democracia en la región.

Esta corriente democrática afectó también al mayor aliado de Bush en la región. El dictador paquistaní, Pervez Musharraf se convertirá ahora en presidente electo. Electo por 1.170 legisladores que dejan sus cargos el próximo mes (y la abstención de la oposición), pero qué importa, fue electo. Y aunque todos digan que el país parece encaminarse a una guerra civil, no hay que creerlo, es sólo propaganda talibana.

Si todo ésto no los convence de que el presidente Bush merece el premio Nobel de la Paz, no tengo nada más que decir. Pero por las dudas, mejor no pregunten a los habitantes de los países salvados por Bush. La propaganda talibana es fuerte.