escribe Simón

No hay justicia en esta vida, y como no creo en la otra, tengo que decir que no hay justicia. Igual, como sale gratis soñar, según dice Joaquín Sabina, estoy preparando una denuncia en la Organización Mundial del Comercio, la Organización de Estados Americanos, la ONU, y en cuanta institución internacional exista, contra la competencia desleal de Estados Unidos.

Vaya novedad, dirán algunos, pero es que en este caso, ni las exportaciones no tradicionales dejan tranquilas.
Resulta que ahora Estados Unidos es uno de los mayores productores de marihuana del mundo. El informe anual antinarcóticos del Departamento de Estado en 2005 afirmó que EE.U.U. cultivaba 10.000 toneladas métricas al año.

La cosecha de la hoja verde superó el pasado año, en su valor, a todos los demás productos agrícolas del país. 20 años antes, la producción estimada era la segunda en valor detrás del maíz, ahora en valor supera la producción de maíz y trigo en conjunto.

La producción de marihuana del Estado de California, es el triple de la producción de cocaína de Colombia, y seguirá creciendo.

Para tener una idea más exacta cabe recordar que un informe del Servicio de Investigaciones del Congreso de EE.UU., el narcotráfico contribuye a la economía colombiana una suma cercana al 2,5% del PIB de ese país, o sea unos US$2.500 millones. Una cifra equivalente apenas a la mitad del valor comercial estimado de la cosecha de marihuana del Estado de California. ¡Habría que pedirle a Terminator que como gobernador haga algo!

Según cifras del Departamento de Justicia de California, los cultivos erradicados sólo en ese estado en 2006 alcanzaban un valor comercial de US$6.700 millones.

Colombia y Ecuador están enfrentados por las nefastas consecuencias de las fumigaciones contra la marihuana y la coca, que destruye toda producción. Dentro del proyecto del Plan Colombia ideado y financiado por Estados Unidos, se contempla la fumigación ilimitada de cultivos en Colombia -que a veces pasa la frontera- y la autoridades niegan que la fumigación afecte a otros cultivos o tenga consecuencias negativas para el medio ambiente.

Claro que esta afirmación es válida sólo para las fumigaciones que Estados Unidos hace o financia fuera de sus fronteras.

Las crecientes plantaciones de marihuana en Estados Unidos están protegidas contra las fumigaciones. Como la mayoría de los plantíos se encuentran en bosques naturales, el gobierno considera que las fumigaciones afectan al medio ambiente y las tiene prohibidas.

Una manera de proteger sus cultivos naturales y de paso competir deslealmente con los campesinos que cosechan marihuana en otros países.

Así que basta ya de competencia desleal. Espero que la ONU, la OEA y en cuanta reunión de jefes de Estado y de gobierno se produzca, alguien le plante cara al presidente Bush, y le explique que ahora su país están en el eje del mal, entre aquellos que producen drogas y que es hora de invadirse a sí mismo.