inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 5-Octubre-2007

Soldados permanecerían en Irak
en una presidencia demócrata

 

Aunque los demócratas ganen la Casa Blanca en 2008, lo más probable es que la mayoría de las tropas estadounidenses permanezcan en Irak un tiempo indefinido, subrayó el diario San Francisco Chronicle.

Pese al criterio contra la guerra de dos tercios de la población norteamericana, el liderazgo demócrata está demostrando que sería incapaz de imponer un nuevo curso a la estrategia de Washington en el Medio Oriente, comenta una reseña del rotativo.

Entretanto, agrega el texto, el gobierno del presidente George W. Bush utiliza todo su arsenal político para dejar el mayor número posible de efectivos en el país árabe hasta el final de su mandato en 2009.

La mayoría de los aspirantes presidenciales demócratas tampoco han manifestado una clara disposición para el retiro total de los militares y favorecen mejor un "retorno gradual y parcial a largo plazo", apunta el Chronicle.

En un reciente encuentro con reporteros, la senadora Hillary Rodham Clinton, se negó a prometer que todas las fuerzas norteamericanas se retirarían de Iraq si ella alcanza la mansión ejecutiva tras los próximos comicios.

No voy a entrar en juicios hipotéticos, ni quiero especular sobre cómo nosotros vamos a actuar desde la Oficina Oval cuando tenga la autoridad para tomar algunas decisiones, explicó la ex primera dama.

Según el analista Charles Kupchan, la inclinación generalizada entre los demócratas es mantener la presencia de 60 mil militares en la nación oesteasiática para proteger recursos e inversiones norteamericanas.

En opinión del gobernador de Nuevo México, William Richardson, ninguno de sus correligionarios y principales pretendientes a jefes de Estado (Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards) apoya un repliegue total de las tropas estadounidenses.

Las incertidumbres pública y estratégica que provocaría el retiro del ejército del Pentágono, más las eventuales consecuencias de ese hecho, impedirán que el futuro Ejecutivo de este país respalde tal medida, concluye el diario.

El comentarista conservador William Kristol calificó el debate celebrado por los ocho candidatos demócratas en New Hampshire como "un gran día para los republicanos". Puede serlo si, como se sospecha, el realismo y prudencia de los candidatos demócratas llega a irritar a las bases del partido, ansiosas de acabar la guerra de Irak, y esto termina dividiéndolos.

Ni Clinton ni Barack Obama ni John Edwards, los tres primeros contendientes según las encuestas, se comprometieron de forma categórica a acabar con la guerra si llegan a la Casa Blanca. Menos que nadie, Clinton. "Reduciré drásticamente nuestra presencia en Irak para limitarla a la misión de proteger nuestra embajada, a nuestros civiles y para estar seguros de que podemos llevar a cabo actividades antiterroristas en ese país", dijo. Fue la más acosada durante el debate, no sólo porque era la única que todavía no se ha retractado de su voto a favor de la guerra de Irak en el Senado, sino porque volvió a votar una resolución de línea dura contra Irán.

"Me avergüenzo de ti, Hillary, por haber votado eso", le dijo otro de los candidatos presidenciales, Mike Gravel, en relación con el voto favorable de Clinton a una petición para que la Guardia Revolucionaria Islámica (un cuerpo de élite del Ejército iraní al que EE UU vincula con la violencia en Irak) sea declarada una organización terrorista. Tanto Joseph Biden como Christopher Dodd, dos candidatos demócratas con mucha experiencia en el Senado, votaron en contra de esa propuesta, mientras que Obama evitó participar en la sesión.



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