inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 14-Setiembre-2007

11 de septiembre: receta yanqui

 

Este 11 de septiembre se recordaron dos hechos fatídicos de la historia americana. Por un lado, el caso más reciente y con mayor cobertura de prensa, el atentado a las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono,
realizado aparentemente por el grupo fundamentalista Al Qeada, del ex amigo de la CIA Osama Bin Laden, y que causó directamente la muerte de más de 2.700 personas; y por otro lado, el sangriento golpe militar en Chile contra el presidente constitucional Salvador Allende, que también provocó la muerte de miles de personas. Ambos hechos tienen todos los ingredientes de una receta yanqui.

A seis años de los ataques terroristas contra Nueva York y el Pentágono, se siguen presentando preguntas sin respuestas, especialmente sobre el papel que los órganos de seguridad de la mayor potencia militar de la hisetoria jugaron en la no detección de los planes de los atentados y sobre la extraña reacción de permitir la salida de una comitiva de Arabia Saudita del país cuando todos los aeropuertos estababan cerrados, entre otros elementos.

No vamos a ennumerar las distintas teorías de la posible complicidad, por acción u omisión, de la administración norteamericana en un atentado contra su población, aunque sí destacar que la respuesta posterior de ese gobierno, hizo que el mundo fuera más inseguro, que las libertades públicas fueran avasalladas y recortadas, y que en nombre de la libertad se secuestrara gente, se torturara y se las encerrara en condiciones infrahumanas, o simplemente, se las hiciera desaparecer.

El ataque sirvió para justificar con mentiras, guerras de conquista como las realizadas contra Afganistán e Irak.

Bajo la consigna de guerra contra el terrorismo se aplicó el terrorismo más vergonzoso y repudiable, el terrorismo de Estado, y se sacrificaron, sin siquiera obtener resultados positivos a sus intereses, centenares de miles de vidas. Sólo la guerra en Irak le ha costado a su pueblo, entre muertos en combates, falta de atención médica, carencias en la salud provocada por la invasión, más de 650.000 muertos en 4 años.

Además, el mundo se ha convertido en un lugar más inseguro y la paranoia de los órganos de seguridad, avasallan con cualquier derecho elemental.

Aunque existen 28 años de diferencia entre los atentados terroristas en Estados Unidos, y el golpe militar contra Allende, son destacables algunas coincidencias y similitudes.

Tanto en 1973 como en 2001, la Agencia Central de Inteligencia jugó un papel en armar, entrenar y alentar a los terroristas.

Osama Bin Laden trabajó para la CIA y recibió instrucción y equipamiento cuando se enfrentaba al gobierno pro soviético de Afganistán. El general Augusto Pinochet y la camarilla que lo involucró en el golpe de Estado, también recibió respaldo y financiación de la CIA norteamericana.

El golpe militar en Chile fue impulsado y planeado desde antes que Allende asumiera la presidencia, apenas horas después que ganara las elecciones presidenciales en 1970.

Tanto entonces como hoy, los publicistas del Pentágono y la CIA tejieron redes para manipular la opinión pública, sobornaron periodistas y medios para propagar sus mentiras. Argumentaron entonces y argumentan ahora que para defender la libertad y el modo de vida es válido asesinar, torturar, secuestrar, hacer desaparecer personas y suspender todo derecho elemental a quienes no piensan lo mismo. Hicieron creer a millones de personas que debían sacrificar sus libertades para garantizar la libertad de mercado. Convencieron de que era mejor dejar libre al zorro dentro del gallinero y se reservaron el papel del zorro.

La dictadura pinochetista, aplicó todas las recetas, económicas y represivas, del imperialismo norteamericano.

Sus militares aprendieron a reprimir en las escuelas de los militares norteamericanos. Una receta que ya habían aplicado en Vietnam, Cambodia, Laos, Filipinas, Guatemala, República Dominicana, y en cuanta guerra se vieron involucrados.

Esa receta en Chile implicó también, desde el inicio del gobierno de Allende, sabotaje, maniobras desestabilizadoras, huelgas de empresarios, desabastecimiento, atentados, propaganda en los medios de comunicación controlados en su mayoría por la oligarquía criolla.

Por ello es importante que en este nuevo aniversario del 11 de septiembre, recordemos en que consiste la receta yanqui aplicada en uno y otro hecho. Especialmente porque muchos de esos elementos se están procesando en otros países. Venezuela, Bolivia y Ecuador enfrentan situaciones similares a las vividas en Chile entre 1970 y 1973, y sería imperdonable no preparse para combatirlas.



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