El gubernamental Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil concluyó el domingo su III Congreso Nacional aprobando la convocatoria oficial de una Asamblea Nacional Constituyente para implementar la reforma política en el país, y sin condenar a sus dirigentes acusados de corrupción.

El partido fundado por el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, no fijó aún una fecha para convocar la Constituyente, que viene siendo defendida por el mandatario desde el año pasado, y criticada por la oposición en el Congreso.

La reforma política defendida por el PT tiene entre sus principales propuestas la fidelidad partidaria, que prevé castigar a aquellos parlamentarios que se cambie de partido en medio de una legislatura; la financiación pública de las campañas electorales; el voto en listas cerradas y no solamente en candidatos; y el fin de la reelección de presidentes, gobernadores y alcaldes.

También busca la revisión del papel del Senado, que según algunos sectores petistas debería ser extinguido.

Asimismo se resolvió que el partido de izquierda apoyará la realización de un plebiscito para consultar a la población sobre la reestatización de la Compañía Vale do Río Doce, que fue privatizada en 1997 durante el gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso. Los dirigentes aclararon que esa postura no refleja la posición del gobierno con relación al asunto.

Sobre el reciente enjuiciamiento por cargos de corrupción y asociación para delinquir realizado esta semana por el Supremo Tribunal Federal (STF) contra siete emblemáticos exponentes del partido, el presidente Lula manifestó que si bien los acusados no fueron absueltos "también es verdad que aún no fueron condenados".

Durante su discurso pronunciado ante cientos de militantes, Lula da Silva afirmó que ningún petista "tiene que tener vergüenza de defender a un compañero", ni de ser del PT. "No tengan vergüenza de ser petistas, de andar con una estrella en el pecho", manifestó el mandatario, haciendo referencia al símbolo del partido.

Asimismo, calificó la conducta de los dirigentes acusados como "errores", constató que los mismos "están siendo investigados", y enfatizó: "Nadie tiene en este país más autoridad moral y ética que nuestro partido".

Entre los enjuiciados están el ex jefe del Gabinete Civil de la Presidencia y ex "hombre fuerte" del primer gobierno de Lula, José Dirceu -acusado de ser el "mentor" de un esquema de pago de sobornos a parlamentarios a cambio de apoyo al gobierno en el Congreso-, los ex ministros de Comunicación del Gobierno y de Transportes Luiz Gushiken y Anderson Adauto, el ex presidente del PT José Genoino, y el ex presidente del Senado Joao Paulo Cunha.

El PT hizo además un "mea culpa" al admitir haber cometido el "error" de usar una caja paralela, con dinero no declarado al fisco, para financiar campañas electorales para alcaldes de 2004.

Según un documento aprobado, el "ambicioso proyecto de poder político en 2004", en el cual el partido intentaba elegir "centenares de alcaldes en todo el país" contribuyó a que se realizara un "esfuerzo temerario" para buscar recursos de una manera diferente a la forma acostumbrada.

Más cohesión afirma Berzoini

El Partido de los Trabajadores (PT) culminó su tercer congreso con más unidad y cohesión, afirmó el presidente de esa organización, Ricardo Berzoini.

Berzoini insistió en que el grado de unidad es elevado pese a ser una fuerza política heterogénea y explicó que ello se consiguió mediante un intenso diálogo interno muy respetuoso de las posiciones divergentes.

Opinó que en el proceso electoral interno que tendrá el partido a finales del actual año podrá acontecer una renovación de la dirección y ello contribuirá a oxigenar sus filas.

Consideró que cada elección debe traer gente joven para la dirección y con ello nuevas posiciones y puntos de vista diferentes, y negó que tenga el propósito de presentarse como candidato.

Lo correcto es alternar la presidencia en este momento y que se construya una candidatura que represente más de una fuerza política, definió refiriéndose a las tendencias que conforman la organización.

Afirmó que considera correcta la resolución adoptada por el Congreso sobre las elecciones del 2010 porque el PT tiene vocación, potencial y condiciones para tener candidato propio.

Pero añadió que eso pasará por un proceso de conversaciones y negociaciones con los aliados políticos, pues hay que preservar la coalición de Gobierno y el asunto madurará antes del 2009.

El dirigente del PT también calificó de importante la decisión del congreso de apoyar la celebración de un plebiscito para desprivatizar la empresa minera Vale do Rio Doce, sobre la cual hay cuestionamientos jurídicos.

El plebiscito es una acción del movimiento social que el PT apoya y el eventual resultado de esa consulta conllevará a una decisión política que el partido discutirá en el momento apropiado, agregó.

Sin embargo, dejó claro que será el poder judicial, a través de su competencia propia y exclusiva, quien decidirá si hubo o no irregularidades en el proceso que llevó a esa privatización.