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Israel golpea una Palestina dividida |
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escribe Ernesto Tamara Mientras Israel, Estados Unidos y Europa sostienen al gobierno del presidente palestino Mahmoud Abbas en su postura de no negociar con Hamas y topadoras del ejército israelí preparan el terreno para la construcción de nuevos asentamientos judíos en territorios palestinos, Israel mantiene su campaña de ataques a Hamas en Cisjordania, y se presentan fórmulas de paz que aplazan la creación de un Estado palestino y divide su unidad territorial. Paralelamente, el ministro de Defensa, Ehud Barak, manifiesta que el diálogo "es mero envoltorio" y que " nunca se podrá llegar a acuerdos sobre Jerusalén, las fronteras y el retorno de los refugiados". No hay día en que prensa no informe de un nuevo ataque israelí a Gaza o Cisjordania con varias víctimas palestinas, en lo que se parece más a una competencia de tiro al blanco de las tropas sionistas sobre una población palestina encerrada y aislada del mundo. Un aislamiento más extremo para quienes viven en la Franja de Gaza, controlada por el movimiento islamista de Hamas. Apoyo sólo a Abbas Desde que Abbas disolvió el gobierno de unidad nacional encabezado por el primer ministro del movimiento Hamas, Ismail Haniyeh, las potencias occidentales se han mostrado generosas en respaldar al gobierno de la Administración Nacional Palestina (ANP) y reanudaron la ayuda económica suspendida en enero del pasado año cuando Hamas ganó las elecciones legislativas con más del 60% de los votos. Estados Unidos aportó más de 100 millones de dólares para armar y entrenar a la policía palestina y al grupo del presidente Abbas, Al Fatah, como contrapeso del poderío de las milicias de Hamas. Al mismo tiempo, Estados Unidos anunció un nuevo paquete de ayuda militar a Israel, de unos 30.000 millones de dólares en los próximos 10 años. Hasta este año, Israel ha recibido anualmente una ayuda militar por 2.400 millones de dólares, y a partir del próximo año, la suma ascenderá a 3.000 millones. Se calcula que Israel pueda destinar el 26,3 por ciento del dinero a comprar repuestos, neumáticos y equipos adicionales, y el resto servirá de crédito para adquirir armas de compañías militares norteamericanas. El respaldo internacional al presidente Abbas y su nuevo gobierno busca terminar con la influencia de Hamas entre los palestinos, al punto de respaldar la convocatoria a nuevas elecciones legislativas, anunciadas por el presidente, y con modificaciones al sistema de elección de diputados. Abbas no ha anunciado aún la fecha de las nuevas elecciones, pero si adelantó que modificiará el sistema de adjudicación de las bancas parlamentarias, eliminando la distribución territorial para pasar a un sistema de distribución único nacional. De esa manera se espera que Hamas pierda influencia en el parlamento y que en las pasadas elecciones logró más de la mitad de sus curules en la distribución territorial. El parlamento palestino elige sus diputados mitad por distribución territorial y mitad por porcentajes nacionales de votos. La convocatoria a elecciones está demorada antes la dificultad del gobierno palestino de asegurar la participación de toda la población palestina en los comicios. Mientras, las reiteradas convocatorias de los líderes de Hamas al presidente palestino para reiniciar un diálogo y restablecer un gobierno de unidad, han sido rechazadas por Abbas, que no olvida que el respaldo norteamericano e israelí a su gobierno está basado en desplazar a Hamas del gobierno. Después que la organización islámica tomó el control de la Franja de Gaza el pasado 14 de junio el mandatario palestino negó de manera reiterada el diálogo condicionandolo a una entrega total del poder, la disolución de las milicias, el reconocimiento de Hamas a todo acuerdo adoptado por la ANP con Israel, entre otras condiciones. Hamas ha insistido que la toma del control de Gaza fue en respuesta a una plan de Al Fatah, impulsado por Estados Unidos e Israel, para dar un golpe de Estado y desplazarlos del gobierno. Desde Israel se pretende alcanzar con el gobierno provisional palestinos acuerdos que determinen una nueva frontera palestina. El periódico israelí Haaretz reveló que el presidente israelí, Shimón Peres, presentó a su colega palestino una propuesta de intercambio de territorios y la definición de unas fronteras provisorias para avanzar en la conformación de un Estado palestino. Los palestinos cederían territorios donde se encuentran asentamientos judíos en Cisjordania a cambio de una ruta que una esa zona con Gaza, además de trazar una frontera provisoria que respete en gran medida el muro de seguridad ya construído. Sin embargo, el presidente palestino rechazó la propuesta de canje de territorios. Según un comunicado de la agencia oficial de noticias WAFA, el presidente "trabaja en la formulación de un programa nacional para poner fin a la ocupación de los territorios palestinos, para que Jerusalén se convierta en capital del Estado y acabar con el problema de los refugiados", precisa el texto. "Sobre esas ideas no hay lugar a debate o discusión, y no las cambiaremos", añade el mensaje. Pero, como en anteriores instancias de negociaciones, las autoridades israelíes proceden con doble agenda. Mientras el primer ministro Ehud Olmert establece un calendario para dialogar con el presidente palestino y filtra propuestas donde sólo los palestinos ceden territorios y pretenciones independentistas, el aparato militar israelí continua con su campaña de represión y exterminio de militantes islamistas, y define estrategias para una permanencia militar a largo plazo en los territorios ocupados. A principios de mes, el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, aseguró que el Ejército permanecerá en Cisjordania durante los próximos cinco años, y minimizó la capacidad negociadora del gobierno de la Autoridad Nacional Palestina(ANP). En medio de intentos para retomar el diálogo de paz entre Palestina e Israel, el también líder del partido laborista declaró al diario Yediot Aharonot que no habrá paz con los palestinos porque "no hay con quien hablar sobre el tema". El proceso diplomático que llevan a cabo el primer ministro israelí, Ehud Olmert, y el presidente palestino, Mahmud Abbas, en los últimos meses es "mero envoltorio", afirmó Barak. "Eso es aire o, si lo quieren, una mera atmósfera; la realidad es la que cuenta", dijo, y agregó que ni Abbas ni su primer ministro, Salam Fayad, pueden hacer algo en Cisjordania. "Nunca se podrá llegar a acuerdos sobre Jerusalén, las fronteras y el retorno de los refugiados", sentenció. Barak rechazó también la posibilidad de reducir o simplificar los controles militares en los territorios palestinos. "Mi responsabilidad es defender a los ciudadanos israelíes y no retiraré los controles" insistió al proclamar la imposibilidad de acuerdos. Mientras, la imagen de Al Fatah se diluye entre la población palestina que desconfía de las concesiones del presidente Abbas a Israel y Estados Unidos. En estos días se anuncian nuevos contactos entre Israel y la ANP a los efectos de preparar una agenda de temas que puedan incluirse en las negociaciones que impulsa el denominado Cuarteto para el Medio Oriente (Unión Europea, Rusia, Estados Unidos y la ONU). Lo único que parece claro es que mientras Israel fortalece sus posiciones, y su arsenal militar, la autoridad palestina aparece debilitada y dividida, con un gobierno transitorio que nadie sabe a ciencia cierta a que porcentaje de la población representa. Y para complicar más la escena, en las últimas semanas hay una escalada militar entre Israel y Siria que añade tensión a la región. Tensión con Siria Israel y Estados Unidos han vuelto a agitar la amenaza siria tras el fortalecimiento de vínculos entre Damasco y el gobierno iraní. Días atrás el vicepresidente sirio, Faruk Al Shara, denunció que Israel busca un pretexto para agredir a su país como hizo con el Líbano el verano pasado. Las declaraciones se efectuaron cuando Israel procedía al inicio de maniobras militares en la ocupada zona de las alturas del Golán. No queremos librar una guerra con Tel Aviv, elegimos la paz como estrategia, pero no descartamos otras opciones y debemos prepararnos para cualquier agresión, afirmó el vicepresidente en conferencia de prensa en Damasco. Al mismo tiempo, Israel denunciaba la compra de Siria de misiles antiaéreos a Rusia, como parte de un acuerdo de actualización de armamentos por 900 millones de dólares. El vicepresidente sirio reiteró que una negociación con Israel debe partir de la base de la devolución de los Altos del Golán, y además debe incluir la total retirada israelí de los territorios árabes ocupados durante la guerra de los Seis Días (1967) y el establecimiento de un Estado palestino con capital en Jerusalén, puntualizó Shara. Las manifestaciones del jerarca sirio respondía también a la denuncia de Israel de un presunto contrabando de armas de ese país a las milicias de Hizbollá en Libano. Cada vez que autoridades israelíes denuncian contrabando de armas a Hizbollá, es seguida de la amenaza de acciones militares de represalia contra Siria. En esta ocasión, el primer ministro Ehud Olmert dijo que "Israel no está interesado en una guerra con Siria, pero nos estamos preparando para cualquier eventualidad". Al mismo tiempo, Israel destaca como una señal "conflictiva" el hecho de que Siria haya reforzada sus fortificaciones de defensa en los límites con el Golán. |
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