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La poesía de Per Wästberg en español |
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Uno que soy yo ostenta mi libertad Y le traza sus fronteras. No es propiedad de nadie. La libertad la tenemos para compartirla. Per Wästberg escribe Angela García Otrora el último título de Simon Editor es un libro autobiográfico, que bien podríamos llamar como poesía de la experiencia, escrito por Per Wästberg uno de los escritores suecos más conocidos de la generación del 50. En vez de la novela descriptiva y dialogante entre circunstancias y personajes está la visión cambiante del sujeto según los estadios del desarrollo y los ámbitos o intensidades de sus descubrimientos. El mundo , la naturaleza, las proyecciones ulteriores; el entorno familiar, la patria y lo remoto. Los antepasados, las costumbres. El ocasional triunfo y las ruinas que inmortalizan lo ruinoso en la historia, hasta el nombre del presente: lucha contra lo obtuso del hombre, la discriminación, la comodidad indiferente, la neutralidad morbosa. La obra de Per Wästberg se dió a conocer en principio en el género novelístico con cuatro títulos iniciales y luego en forma de diarios al mismo tipo retrato y análisis políticocríticos de Suecia frente al fenómeno de la discriminación racial en Africa, que levantaron ampolla en la opinión pública y generaron un necesario debate situando a este escritor como formador de opinión, investigador y emisario solidario entre el sur y el norte. Luego vinieron sus poemarios y desde entonces ha habido una alternancia entre la prosa poética y la narración, lo cual puede verse claramente en este libro traducido para Simon Editor por Maria Kallin y Víctor Rojas. EL AMOR ES EL GÉNESIS, las inme-diaciones del gran cataclismo creador que es siempre el amor. Una reminiscencia del cambio inminente, el momento de la encrucijada pero justo en el instante en que fluyen corrientes in-visibles y la cuerda escuece por la sabiduría del mar, cuando la encrucijada se disuelve en la elección que es cumplimiento del destino. Los acontecimientos son la metáfora de la bús-queda que la sed determina. El devenir de cada persona es un trasunto lleno de simbolismo. Lo que aparenta insignificancia en realidad está completo para el desencadenamiento de la historia. Y está bien ligado y es como debía ser. Si el plan asciende en espiral percibimos claramente que el azar sabía lo que hacía. El primer símil es el mar como lo desconocido, un símil todavía terrenal, no se precisa ninguna aventura fuera de la estrátosfera, todo está en el planeta mismo y el mar alude a lo desconocido. Más consecuentemente, todo lo que sucede a ras de tierra, viene a formar la consistencia de este libro en forma de crónica seudofilósofica. La contemplación sobre las contingencias humanas a través de la vida propia, los acontecimientos particulares que han marcado una trayectoria son consignados desde una óptica reflexiva. Experiencia que da razón de ser al habla y con el habla al juego nominativo convertido en un patrimonio colectivo: No conozco ningún asunto que no sea el amor y la muerte. |
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