inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 17-Agosto-2007

La medicina electrónica

 

escribe Simón

Tengo que confesar que hay ciertos desarrollos de la tecnología que me asustan. No soy partidario de que todo tiempo pasado fue mejor, pero considero que algunas cosas no pueden dejarse libradas a una norma establecida y resuelta por una computadora.

Esto viene al caso porque el gobierno sueco -aprovechando un estudio ordenado por la administración anterior- va a establecer normas matemáticas para las licencias por enfermedad.

Los médicos que atiendan a sus pacientes, deberán fijarse en las normas de la Seguridad Social para determinar cuántos días de licencia médica pueden otorgar. Ya no servirá su experiencia, conocimiento del enfermo y de su capacidad de curación, para decidir cuántos días debe reposar el paciente para restablecerse y retornar al trabajo.

La nueva norma, sostienen, tiende a reducir el número de días de ausencia por enfermedad, y por lo tanto el gasto del Estado en seguridad social.

Siempre se dice que muchos ciudadanos abusan de este mecanismo de licencia médica para seguir cobrando parte del salario en casa sin estar realmente enfermos. Obviando la implicancia contra los médicos en esta denuncia, y reconociendo que pueden haber muchos casos así, no se puede establecer esos casos como una norma general y sancionar de paso a quienes realmente están enfermos.

Este nuevo mecanismo, ignora que algunas enfermedades mal curadas pueden provocar una recaída, que puede obligar a más días de reposo. Así, la idea de reducir costos, puede quedar desbaratada.

Con el nuevo modelo, los enfermos dejan de ser personas con problemas de salud para transformarse en cifras que el Estado ahorra en seguridad social.

Exagerando un poco, no tanto, alcanzaría con que el paciente indique a una computadora sus dolencias, para que automáticamente la máquina imprima el formulario con los días de licencia médica que le corresponden. La relación paciente-médico, tan estimulada anteriormente, se elimina para establecer, propio de este sistema, una relación de cliente-vendedor de servicio.

La Asociación de Médicos parece aceptar las nuevas reglas, aunque consideran que se debe permitir a los galenos pasar por encima de las normas en ciertas condiciones. Es bueno que exista un reglamento en este campo, pero no con el objetivo de ahorrar dinero dijo la presidenta de la Asociación. Lástima que no pensó que con la aceptación de la norma estaba acusando a sus colegas, a quienes han concedido licencias médicas por encima de la norma, de ineptos, o corruptos. Si me toca ir al médico, trataré que no sea con la presidenta de la Asociación.



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