inicio | opinión | notas | cartelera | miscelanea sueca | suplementos | enlaces 10-Agosto-2007

Canción con todos en Bolivia

 

escribe Ernesto Joaniquina Hidalgo

La sostuve suavemente por el contorno de su cuello y su cuerpo labrado en circunferencias, la reposé sobre mi muslo izquierdo y mis dedos poseídos por sus cuerdas cual fibras íntimas la empezaron a tocar, encandilado por su afinada resonancia, canté casi musitándole al oído los versos profundos de «Canción con todos» de Armando Tejada Gómez y César Isella...

Salgo a caminar por la cintura cósmica del sur (...) siento al caminar toda la piel de América en mi piel (...) Sol de Alto Perú, rostro Bolivia estaño y soledad, un verde el Brasil, pesa mi Chile cobre y mineral; subo desde el sur hacia la extraña América y total, pura raíz de un grito destinado a crecer y a estallar. Todas las voces todas (...) Me quedé pensando en la unidad de los pueblos latinoamericanos como única salida.

Confieso usando el adagio popular, que una cosa es cantar a capela y otra con guitarra y esta sensatez de hacer música bien puede servirnos para observar el comportamiento de nuestros semejantes en la singular arena política boliviana. Estar en función de gobierno, practicar sus postulados e interpretar los sentimientos de todo un pueblo no es tarea fácil, máxime si las tonalidades son diversas, múltiples los ritmos y variadas las voces, es un desafío y una virtud tener el oído sensitivo de la unidad en la diversidad. Pero como en política existe la lucha de contrarios y ésta no es más que la dialéctica de la naturaleza y de su constante estado de cambio por las contradicciones, es que se dá esta otra rareza de tonos y voces; agoreras, iracundas, energúmenas y facundas que nunca acompasan este concierto, porque solfean en otro tono y lejos de cantar gruñen y lanzan vituperios y falacias conturbando este concierto de la unidad.

El presidente y los gritos de oligarcas lunáticos y solitarios dogmáticos

No cabe duda que estos ocho meses del 2007 el gobierno del MAS a enfrentado los embates de la oligarquía atrincherada en esa media luna de líderes lunáticos que han demostrado su odio y desprecio por las mayorías de este país. Reacción nada extraña porque les duele perder espacios, los latifundistas no dejan de injuriar a la Ley INRA, les llega hasta el espinazo perder sus privilegios que acumularon en los corruptos gobiernos del pasado, es por esta razón que no es ninguna invención que la conjura viene desde la Casa Blanca, tergiversando la verdad y conspirando sistemáticamente contra un gobierno emergido del voto popular. A este juego de hostilidades y tramoyas también se unen solitarios dogmáticos de la izquierda.

En esta bruma de incomprensiones vemos a un presidente en una suerte de Julián Apaza, jalado a los extremos opuestos por la intransigencia de sectores que reclaman sus demandan, como la paradoja de sitiar la sede de gobierno. La pregunta es qué buscan con movilizaciones, hostigamientos e intransigentes arengas motivadas desde los polos opuestos, pareciese de momento una confabulación de ambos bandos para vapulear a un gobierno que ha demostrado buenas intenciones y una sintonía singular con las mayorías del país. Y porque es el único presidente que no carga en su conciencia la corrupción, es más la combate y promueve la ley Quiroga Santa Cruz instrumento como la espada de Damocles para todo aquél que haya delinquido contra el Estado y haya hecho fortunas ilícitas en un cerrar y abrir de ojos. Esta cualidad y don que no se compra ni se vende es el suficiente aval para ejercer los destinos del país, lo demás viene por antonomasia. Desde esta óptica es normal que esta cruzada perturbe el sueño de la oligarquía, pero que se puede esperar de esa izquierda que se quedó en la perorata del pasado de la dictadura del proletariado. ¿Con sus constantes pasquines y proclamas a donde quieren llegar? Lejos de subirse al carro antimperialista y dirigir su artillería al enemigo en común, continúan con su obcecado sectarismo de siempre. ¿Quieren descuartizarlo? ¿destituirlo? ¿ Y si esa es la intención cuál es el mortal detrás de la silla presidencial, cual es el Mesías? ¿Existirá dentro la actual crema política algún altruista que no haya empeñado su conciencia?. No existen medias tintas en política se está o no se está por el cambio. El MAS como movimiento social y político acuña en seno a una diversidad de tendencias y al igual que las cuerdas de una guitarra cada una de estas con su pentagrama interpretan una sola melodía. Hay algo peculiar en esta interpretación y se trata de un canto al compromiso, contra un sistema capitalista incapaz de solucionar el hambre, la miseria, es un canto a la moral revolucionaria, suficientes dotes para sacar al país del atraso y situarla a Bolivia digna y libre frente al concierto de las demás naciones.

Tampoco se trata de ser caballo cochero y seguir este carruaje a tientas por cualquier sendero. Evo Morales y sus seguidores son tan mortales y con prerrogativas para equivocarse, con la salvedad de escuchar la voz de su pueblo quien le guiará a buen puerto o someterlos a baños de humildad si es necesario. Lo distintivo es que son resultado de ese mosaico de expresiones que es la diversidad. Las peroratas y diatribas más irracionales desde la oposición por inercia caen solas, estamos cansados de pan y circo, esta última falacia; atribuirle al gobierno la subida del precio de los productos básicos como el pan de cada día, la oposición esconde la verdad y jamás dirá que la subida de precio del trigo tiene sus orígenes en los mercados internacionales.

Según la bolsa de Chicago Bord of Trade el precio de la tonelada de trigo subió en un 80 % en los dos últimos años llegando a costar 228 dólares la tonelada con tendencia a subir a 230 dólares la tonelada hasta marzo del 2008, causas principales atribuidas al uso creciente en la fabricación de biocombustibles, que se ha puesto de boga en el primer mundo para pensar en «la ecología». Pero como siempre, la felona oposición responsabiliza al actual gobierno, ni decir de la supuesta inflación que masificaron los medios de comunicación que incomunican al pueblo, pues los índices macroeconómicos del país están saludables y son positivos en reservas por la renta del petróleo.

El pueblo es consciente de este sacrificio y sabe esperar los frutos, pues ya esperó casi una eternidad con los que devastaron y enajenaron el país. Estoy convencido que con la unidad del pueblo y los pueblos latinoamericanos el futuro es promisorio y cada vez son más las voces que cantan con la guitarra en la mano la «Canción con todos»



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