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42.000 millones de dólares en armas al Medio Oriente |
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escribe Ricardo Daher Estados Unidos se prepara a enviar material militar por más de 20.000 millones de dólares a seis países árabes prooccidentales, y otro tanto al vecino Israel, en una alocada carrera armamentista en la zona más caliente del globo. Quizás se debería decir echando petróleo al fuego, ya que la región a la que se destinarán estos recursos -no gratuitos- es la más rica en petróleo en su conjunto y donde Estados Unidos tiene más tropas y equipos militares en el extranjero. Tras vencer la resistencia de Israel, con el compromiso de más ayuda militar y económica, el presidente George W. Bush está preparando un paquete de asistencia militar a Arabia Saudita -su padre está vinculado en empresas con la familia real de ese país- y otros países del Golfo, que ascendería a 20.000 millones de dólares. Claro que no será gratis, Estados Unidos venderá equipo militar de última generación al régimen dictatorial árabe -país del cual eran ciudadanos los terroristas que se estrellaron en las torres gemelas de Nueva York- con el manifiesto propósito de "reforzar a los países prooccidentales frente a Irán en un momento en que el régimen de línea dura en Teherán busca extender su poder en la zona", según un vocero del gobierno de Bush citado por los diarios The New York Times y Washington Post. El mismo vocero añadió otro elemento, "tranquilizar" a la corona saudí frente a Irak, ya que el gobierno chiíta es pro iraní. Y en tercer lugar, y no menos importante, hacerse de un negocio de miles de millones de dólares, ya que, admitió el vocero, Arabia Saudita estaba buscando comprar armamento en otros países y, "si van a adquirir estas armas de todas formas, sería preferible que EE.UU. se hiciera con el negocio". "Los saudíes se han comprometido a pagar al contado, sin demoras ni plazos. Hay en juego muchos intereses y sobre todo muchísimo dinero", reconoce una fuente del Pentágono. Por primera vez, EE.UU. proporcionará a Arabia Saudita bombas guiadas por satélite. Israel ha impedido hasta ahora que se le proporcione ese armamento ya que teme que en algún momento lo utilicen en su contra. La protesta israelí puede ser zanjada con una promesa de que ese armamento no se almacene cerca de su frontera y con determinadas restricciones sobre su alcance. Israel, firme aliado de Washington en la región, no quiere perder su supremacía militar. En la visita a Estados Unidos el pasado mes de junio, el primer ministro israelí, Ehud Olmert obtuvo la promesa de que recibirá renovada asistencia militar, por unos 22.000 millones de dólares en 10 años, y la inmediata reposición del armamento gastado en en la guerra contra Hizbulá de hace un año en el sur del Líbano. "No hay duda de que la ayuda supone una mejora significativa en el presupuesto de Defensa y garantiza nuestra superioridad militar en la región", reconoció Olmert, confirmando el acuerdo al que llegó con Bush el pasado 19 de junio en la Casa Blanca. Paralelamente, Washington prepara un programa de ayuda militar por valor de 9.500 millones de euros para Egipto en la próxima década. El incremento de la asistencia norteamericana a Israel supone un 43% más que en la última década, con lo que a partir de 2009 la ayuda será de casi 2.770 millones de dólares anuales, en lugar de los actuales 2.100 millones. Suficiente para calmar los temores del Ministerio de Defensa israelí ante la modernización militar de Egipto, Kuwait, Bahrein, Qatar, Omán, los Emiratos Arabes Unidos y Arabia Saudí. La industria militar y los guerristas del mundo festejan la nueva decisión de Bush, que ahora deberá recibir el visto bueno del Congreso. |
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