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Censura en la patria del Quijote |
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escribe Simón Todavía estoy esperando las airadas manifestaciones de protestas de los editores de periódicos y dueños de comunicación de todo el mundo. O al menos, una manifestación de solidaridad con los príncipes de España, y una crítica, aunque sea medida, contra el juez Juan del Olmo. La revista española de humor El jueves fue censurada en su edición de la semana pasada por el juez Olmo cuando la misma se encontraba en la calle. El juez ordenó el retiro de todos los ejemplares circulantes, y la presencia de la policía en la redacción de la revista para requizar el molde del dibujo ofensivo hacia al príncipe Felipe y su esposa Letizia. También se procedió a cerrar la página internet de la revista. En un arranque de humor que hizo recordar a la etapa del destape a la salida de la dictadura franquista, Jueves eligió una curiosa manera de burlarse de una medida implementada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para incrementar la tasa de natalidad. Como muchos conocerán, España pagará un bono de 2.500 euros por cada niño nacido desde el pasado 3 de julio, con la única condición de que los padres estén legalmente radicados en el país con una antigüedad no menor a dos años. En la caricatura de tapa, aparece la pareja real desnuda, haciendo el amor, mientras el príncipe dice Te das cuenta, si te quedas preñada, esto es lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida. Detrás el título Se nota que vienen las elecciones: 2.500 euros por niño. Me imagino al juez al recibir la revista tomándose la cabeza con las manos y lagrimeando por el dolor que se imagina deben sentir los príncipes al ser caricaturizados de esa manera. Quizás, pienso ahora, la ofensa no se deba al hecho de aparecer desnudos en el dibujo -no es la primera vez que la revista presenta al delfín real de esa manera- sino en el comentario deslizado sobre la falta de un trabajo real -no de reyes- del príncipe. Un adorno que los españoles subvencionan con millones de euros anualmente. Dejar embarazada a la princesa sería el único trabajo remunerado que habría hecho el príncipe en su vida, según la revista. Diferenciando entre lo divino y lo terrenal, creo que este insulto a los príncipes es menor que el realizado por los caricaturistas daneses a Mahoma. Entonces estaba permitido y se defendía la libertad de expresión y prensa aunque los dibujos ofendían al islamismo. Pero bueno, no siempre se le puede pedir peras al juez Olmo, aunque la censura haya valorizado la revista. Porque ahora se venden los pocos ejemplares que zafaron la censura, entre 2.500 y 3.000 euros. |
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