Un día después de cumplirse 10 meses de la desaparición del testigo Jorge Julio López, las autoridades aumentaron a un millón de pesos (algo más de 320.000 dólares) la recompensa para quien ofrezca cualquier información verídica sobre su paradero.

La decisión correspondió al gobernador de la provincia de Buenos Aires, Felipe Solá, quién ordenó a todas las instituciones bajo su mandato reactivar las medidas de difusión masiva sobre el caso.

López, un albañil de 77 años, fue testigo clave para la condena a prisión perpetua del ex comisario de la policía bonaerense, Miguel Etchecolatz, el pasado 19 de septiembre, por crímenes cometidos durante la última dictadura militar (1976-1983).

Un día antes de conocerse el veredicto, desapareció sin dejar rastros poco después de salir de su casa en La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, a uno de sus paseos habituales, y hasta ahora no hay indicio alguno de su paradero.

El gobierno provincial ofreció entonces una recompensa que fue elevándose hasta llegar a 400 mil pesos (unos 130 mil dólares) y hoy al millón de pesos, más de 326 mil dólares.

La decisión surge del encuentro de Solá con la esposa y el hijo de López, quienes agradecieron a las autoridades el apoyo brindado y le solicitaron relanzar la campaña de denuncia por su desaparición.

Organizaciones de defensa de los derechos humanos, que volvieron a manifestarse por el retorno con vida del testigo, opinan que fue secuestrado por elementos remanentes del régimen castrense, responsable de torturas, crímenes y la desaparición de unas 30 mil personas.

Alfredo Gascón, abogado de la familia del desaparecido, declaró después de la entrevista con Solá que se esperan ciertos actos del gobierno provincial para poder optimizar recursos, tanto humanos como investigativos y de promoción, relacionados con la búsqueda.

Expresó además su confianza en que la causa judicial al respecto siga avanzando, y la calificó de muy prolija y bien encaminada, por lo cual se pueden esperar resultados satisfactorios.