escribe Simón

Todos los años miles de personas se movilizan en concentraciones en diversas capitales del mundo para reclamar el fin de la guerra en Irak. ¡Qué pérdida de tiempo! Todo se resolvería más fácil y rápido si el gobierno sueco decidiera ocuparse seriamente del tema. Por lo pronto le adelanto una propuesta que puede resolver dos problemas de una vez: envien Migrationsverket a Irak.

Estoy convencido de que ese traslado terminaría con la guerra en un segundo. La pasada semana se conoció que ese departamento de la administración sueca enviará de vuelta a Bagdad a decenas de iraquíes que han solicitado refugio político en este país, con la argumentación de que no existe una guerra en ese país. No hay una invasión ni siquiera una guerra civil, según la resolución de un Tribunal del Departamento de Migración de Suecia, al fallar sobre el pedido de asilo de un iraquí.

Estoy convencido de que los jueces de esa honorable institución sueca conocen exactamente la ubicación geográfica de Irak y no confunden a ese país con ningún otro. Es más, creo que leen la prensa y están al tanto de los acontecimientos mundiales. Lo que pasa es que estos señores están convencidos de que las tropas norteamericanas han logrado su objetivo -tal como lo anunció el presidente George W. Bush el 1o. de mayo de 2003- y por lo tanto impera la paz y la democracia en ese país de la Mesopotamia. Es que además en Irak hay 150.000 soldados norteamericanos y unos 180.000 mercenarios contratados por empresas y hasta por el propio ejército invasor, para proteger sus inversiones. Así que con esos datos no deben tener dudas sobre la real situación.

Los casi 320 muertos en los atentados del pasado fin de semana son apenas una excepción que confirma la regla, sostendrán estos honorables jueces.

El director general del Departamento de Migración, Dan Eliasson, confirmó que según el Tribunal de Apelaciones de esa institución, no hay guerra civil ni de ningún tipo en Irak, y que para obtener el asilo, los iraquíes deben demostrar que han sido víctimas concretas de persecusión. Es decir que la represión fue dirigida a su persona en concreto. No alcanza con que una bomba explote a tu paso, que los soldados disparen al azar, que los aviones descarguen sus bombas sobre tu cabeza. ¡Tienes que mostrar la bala con tu nombre!

Sólo seguimos la ley y las directivas del Tribunal, se justificó Eliasson, que sonó como los militares torturadores cuando decian que sólo complían órdenes.

Así que volvemos al principio. Si enviamos Migrationsverket a Irak seguro que todos se contagian de su visión y cesa el conflicto, y de paso, por lo que matamos dos pájaros de un tiro, el gobierno se deshace de un departamento que cuesta mucho dinero y que seguro no quiere tener. Además eso promovería que los reclamantes de asilo deban presentarse en Bagdad y no en Arlanda ni ningún otro aeropuerto o puerto fronterizo sueco.