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Más desestabilización en Oriente Medio |
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El ejército turco está preparando una incursión militar en el norte de Irak para combatir a los milicianos del grupo independentista kurdo, Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), para lo que ya tiene apostado a unos 150 mil soldados en la frontera. El pasado fin de semana, el gobierno iraquí protestó por los bombardeos turcos a ciudades al norte del país que causaron la muerte de al menos 28 personas. Desde hace semanas, 150.000 soldados turcos, con artillería y blindados, acampan en la frontera, presionando al gobierno de Tayyip Erdogan, islamista moderado, para que dé la orden de atacar. El gobierno del primer ministro, que antes admitió que podría ceder a la presión de los militares, teme que la incursión contra Irak pueda comprometer las negociaciones para el ingreso a la Unión Europea, ya complicadas por la resistencia del nuevo presidente francés al ingreso turco. El pasado sábado, el Ministerio de Relaciones Exteriores iraquí anunció que envió una nota al gobierno turco protestando por los "bombardeos en las provincias iraquíes de Dohuk y Erbil, que causaron daños importantes, un incendio y pánico entre la población". Según Jabar Yawar, portavoz de las fuerzas de seguridad kurdo-iraquíes (los peshmergas), "la artillería turca bombardeó al alba las proximidades de poblados ubicados en la provincia de Dohuk (cerca de la frontera con Turquía) durante 45 minutos". Las autoridades iraquíes, sin embargo, no precisaron en su comunicado la fecha de los bombardeos y si éstos se realizaron desde Turquía o por fuerzas turcas estacionadas al norte de Irak, donde permanecen 1.500 soldados con el supuesto cometido de impedir la infiltración de guerrilleros del PKK. En la nota iraquí se reclama que "esas actividades deben cesar inmediatamente porque erosionan la confianza entre ambos países y conducen a la inestabilidad de la región". Turquía acusa a los kurdos de Irak de tolerar e incluso apoyar al PKK y presiona desde hace tiempo a los gobiernos de Irak y Estados Unidos para que actúen contra ese movimiento. Ankara amenaza desde hace varias semanas con poner en marcha operaciones transfronterizas contra las bases de rebeldes. En los años 90, el ejército turco lanzó varias operaciones infructuosas contra el PKK en Irak. Enfrentamientos internos El bombardeo turco al norte de Irak sucede después de las manifestaciones del primer ministro Recep Tayyip Erdogan de apoyar cualquier solicitud del mando militar para incursionar en el norte de Irak, aunque las relaciones entre el premier y las fuerzas armadas no son las mejores. Erdogan, dijo que estaba dispuesto a apoyar la incursión si así lo solicita el mando militar, aunque el presidente del gobierno, Ahmet Necdet Sezer, dijo que aún no estaban dadas las condiciones para esa operación. El último episodio del enfrentamiento fue el intento del parlamento, dominado con una muy escasa mayoría por Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) del primer ministro de designar a un musulmán como presidente del país. La iniciativa no logró los votos necesario, y el parlamento aprobó una reforma constitucional para establecer la elección directa del presidente, lo que a su vez fue vetado por el actual presidente Ahmet Necdet Sezer, considerado "defensor" de los grupos que pretenden mantener la laicidad del Estado. Tras la imposición del veto presidencial, el parlamento debe volver a votar la reforma, y en ese caso, el presidente no tendría otra opción que aprobarlo o llevarlo a referéndum popular. La reforma constitucional, propuesta por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), después de que la oposición boicotease el nombramiento del ministro de Asuntos Exteriores, Abdulá Gül, como presidente, prevé la elección popular del jefe de Estado, cuyo mandato se reduciría además de siete a cinco años prorrogable a otros cinco. Asimismo, prevé otros cambios, como que los comicios legislativos por los que se renueva la composición del Parlamento se celebren cada cuatro años, en vez de cada cinco, y que el quórum para que una sesión parlamentaria sea válida se reduzca de dos tercios a un tercio. Precisamente, la falta de quórum hizo que la candidatura de Gül a presidente fracasase hace casi un mes. Desde entonces, Turquía vive inmersa en una grave crisis política que ha reforzado aún más la polarización social entre quienes defienden al AKP y los defensores a ultranza del laicismo, representados por la mayor parte de la oposición, el Ejército y la burguesía profesional. Estos últimos, que conforman el 'establishment' turco, observan con recelo la posibilidad que el AKP les arrebate su cuota de poder y ponga en marcha una supuesta agenda oculta para islamizar el país. La elección directa por los ciudadanos del presidente, en las actuales circunstancias, podría consagrar a un islamista, aunque ello no significa que se abandone la ortodoxia neoliberal del gobierno ni los acercamientos con Europa. De hecho, el gobierno del primer ministro islamista, ha sido el que más éxito ha tenido con las privatizaciones. Amenaza de invasión La crisis ante los atentados explosivos en ciudades turcas, que el gobierno atribuye al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), desplaza de la discusión pública los enfrentamientos políticos, y una acción militar en Irak podría reducir aún más las diferencias públicas. El PKK, considerado como un "grupo terrorista" por Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos, niega la autoría del atentado a Ankara, que provocó al menos 6 muertos, pero eso poco importa al gobierno turco y las autoridades de la Unión Europea y Estados Unidos. El conflicto entre el PKK, que promueve la independencia del Kurdistán, y las autoridades turcas ha causado más de 37 mil muertos desde 1984. Durante una entrevista en la televisión, el jefe del gobierno turco, Recep Tayyip Erdogan, aseguró que el Parlamento, donde su partido, el AKP, goza de mayoría, dará luz verde a una ofensiva del Ejército en Irak para "exterminar" a los milicianos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) que operan en la zona y desestabilizan Turquía con sus ataques, tal y como le reclamó hace poco más de un mes el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Yasar Buyukanit. "Emprenderemos cualquier movimiento necesario para proteger la tranquilidad y la prosperidad en nuestro país. Los desacuerdos con las fuerzas de seguridad y con el Ejército sobre esta cuestión son impensables (...) Esto es la república de Turquía, no una tribu. Somos lo bastante fuertes como para llevar a cabo los pasos necesarios. Nuestra Policía y nuestro Ejército están preparados para actuar", declaró. Para enviar tropas al extranjero es necesaria una autorización parlamentaria en Turquía. Erdogan, sin embargo, insistió en esperar los resultados del mecanismo de cooperación trilateral creado por Turquía, Estados Unidos e Irak, aunque admitió que por ahora no han sido satisfactorios. Washington exhortó a Ankara a no lanzarse en una operación transfronteriza unilateral, y estimó que una acción de ese tipo desestabilizaría al norte de Irak y agravaría la tensión con los kurdos iraquíes. Las dudas sobre la conveniencia de la acción militar se reflejó en las manifestaciones del canciller turco, Abdulá Gül, cuando dijo que "por el momento" el gobierno no enviará al parlamento un pedido de autorización para la acción militar. Por otra parte, Gül reclamó un mayor apoyo de las tropas estadounidenses en la lucha contra el PKK. "Deseamos que el nivel de cooperación de Estados Unidos en la lucha contra las guerrillas se incremente. Ahora mismo no está en el nivel correcto deseado (...) Tenemos derecho a esperar ayuda de Estados Unidos e Irak contra las guerrillas", apostilló. Turquía en tanto insiste en vincular al PKK con los atentados con explosivos en diversas ciudades, y reclama así la colaboración europea en su "lucha contra el terrorismo". Por lo pronto, tras el antentado en Ankara, a finales de mayo, Estados Unidos y Europa respaldaron al régimen turco. El embajador de los EEUU en Ankara, Ross Wilson, dijo que "estamos intentado encontrar la vía para darle más apoyo a las fuerzas de seguridad turcas en sus operaciones (contra el PKK)". "El PKK es el principal problema terrorista de Turquía, y sus aliados no hicieron siempre lo que pudieron en ese asunto. En las últimas semanas, las fuerzas turcas iniciaron una lucha abierta contra el PKK", reconoció Wilson. En tanto, el comisario de Ampliación de la Unión Europea, Olli Rehn, adelantó la "solidaridad con Turquía en sus esfuerzos de lucha contra el terrorismo" y añadió que el tema es "una preocupación común para la UE y para Turquía". A su vez, el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer, destacó que la Alianza "es solidaria con Turquía y con los ciudadanos turcos" y se mantendrá "unida y determinada en la lucha contra el terrorismo". |
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