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La globalización no acabó con los pobres,
sólo creó más ricos

 

Esta es la opinión de Pedram Shahyar, de Attac y uno de los convocantes a las inmensas manifestaciones de protesta a la Cumbre del G-8, que está reunida en el bunker en el que han transformado a la pequeña localidad balnearia alemana de Heiligendamm, donde se han dado cita los jefes de los países más ricos del mundo.

Para protegerse de los miles de manifestantes antigloblalización que han acudido para repudiar a tipos como Bush, Blair y Sarkozy, el gobierno alemán tuvo que construir una valla de 12 kilómetros que costó 17 millones de dólares, y ha restringido la libertad de movimientos de las personas, construyendo además lugares especiales para mantener presos a masas de manifestantes a quienes pueden tenerlos presos hasta por 10 días. Ya en las primeras refriegas que provocó heridos, la policía antidisturbios detuvo a más de mil personas.

En opinión de miembros alemanes de Attac estas medidas intentan intimidar y fraccionar el movimiento y por eso el gobierno alemán, ha movilizado 17 mil policías y 1200 soldados para vigilar la cumbre y para que nadie pueda ver a los que mandan el mundo.

Esta cumbre está marcada por varios desacuerdos y una inestabilidad institucional de organismos que como el Banco Mundial les ha servido de instrumento para la dominación global. Porque como es sabido la reunión de los jefes de Estado o de Gobierno de los ocho países más industrializados, está presidida por el desacuerdo entre Alemania y Estados Unidos por el cambio climático y la seguridad, con consecuencias negativas para el Tercer Mundo; la desacreditación del Banco Mundial por los actos de corrupción de su presidente Paul Wolfowitz y no menos por la creciente tensión entre Rusia y Estados Unidos motivada en el nuevo despliegue nuclear norteamericano en dos países ex-socialistas. En las últimas semanas Putin y Bush han intercambiado amenazas verbales y acusaciones en torno a la propuesta norteamericana de construir un escudo antimisiles en Europa del Este y a la supuesta falta de democracia en Rusia. Está previsto que, si tienen tiempo los líderes del mundo se ocupen del futuro aún indefinido de Kosovo y de la tensión en Medio Oriente.

En relación al cambio climático y las medidas a tomar, Estados Unidos rechaza la idea alemana de que los países industrializados den un ejemplo asumiendo el compromiso de reducir hasta el año 2050, los gases nocivos en un 50 por ciento de los niveles de los 90, un plan que significaría avanzar más allá del Protocolo de Kioto. No escapa al temario de esta cumbre temas económicos sensibles para el capitalismo global como la crónica debilidad del dólar y el fortalecimiento del euro, y las paralizadas negociaciones sobre acuerdos comerciales de la llamada Ronda de Doha. Un temario que sólo tiene en cuenta -bajo el pomposo lema de Crecimiento y Responsabilidad- la suerte del mundo rico preocupado hoy sobre todo por su futura seguridad energética, pero que una vez más deja al garete al mundo subdesarrollado.

Dos años atrás en la Cumbre de Gleneagles en Gran Bretaña, el G-8 se había comprometido darle a Africa 50 mil millones de dólares, y el continente aún los está esperando. La política de ayuda de los estados ricos en Africa ha fallado se excusó en un comunicado reciente el Banco Mundial, y un portavoz del gobierno japonés reconoció que lo que pasa en Sudán es sólo un ejemplo de ese olvido.

En ese sentido, el presidente de la asociación de economistas de la Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica, Amalear Stokell afirmó que a los líderes del G-8 sólo les preocupa el crecimiento económico de los países enriquecidos, la inestabilidad e incertidumbre de las inversiones y los problemas de seguridad energética.

Si bien a la cumbre fueron invitados otros jefes de Estado como el presidente argelino Abdelaziz Buteflika, ninguno de ellos podrá influir en la declaración final privativa sólo para los integrantes del G-8. Una organización que a la larga tendrá que reconocer la existencia además de dos gigantes económicos como son China e India, que hasta ahora son excluidos.



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